Capitulo 17

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— Algo malo le sucedió

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— Algo malo le sucedió. Lo sé, lo presiento —dijo Irina, su voz temblando ligeramente mientras se frotaba las manos, tratando de ahuyentar la inquietud que la invadía.

Margo observó cómo la angustia se dibujaba en el rostro de Irina. La falta de noticias sobre Laurent se había vuelto insoportable, y la preocupación crecía en la atmósfera de la casa Denali.

Carmen y Eleazar intentaron consolarla, sugiriendo que tal vez Laurent había decidido no cambiar su dieta, que tal vez había encontrado su camino y no deseaba más involucrarse con ellos. Pero Irina no podía aceptar esa idea. Su intuición le decía que algo había salido mal, que Laurent estaba en peligro, y la certeza de que algo grave había sucedido la mantenía en un estado de inquietud.

— ¿Te sientes bien? —susurró Edward en el oído de Margo, haciendo que ella dejara de lado sus propios pensamientos. Al girar la mirada hacia él, vio la preocupación reflejada en sus ojos, y eso la hizo sentir un poco más tranquila.

— Sí. Solo... —dijo, dándole un vistazo a Irina, cuya expresión era una mezcla de miedo y desesperación. — Estoy preocupada por Irina.

Edward asintió lentamente, comprensivo.

— Para algunos vampiros dejar la sangre humana es muy difícil— Dijo Edward pensando lo que todos creían. Que Laurent se arrepintió— no todos tienen el control o el deseo de dejarla.

— No creo que sea eso... —murmuró Margo, sintiendo una punzada de angustia al ver el dolor de Irina.

Sabía que debía decirle lo que había escuchado sobre Laurent y esa tal Victoria, pero dudó. Su mente giraba en torno a la idea de que, si Laurent se había ido con Victoria, sería un golpe devastador para Irina.

La preocupación se apoderó de ella. ¿Y si Laurent realmente había dejado a Irina por esa vampiresa? La sola idea de que Irina pudiera sufrir por su culpa le causaba un dolor en el pecho.

No conocía mucho a Irina, pero Margo ya se consideraba parte de los Denali, y Irina era una Denali, ella no quería lastimar a un miembro de su nueva familia.

Carmen llevó a Irina a otro lugar, tratando de calmarla, mientras Esme la acompañaba, brindándole apoyo y comprensión. La angustia de Irina era palpable, y Margo podía sentir el peso del silencio en el aire, una mezcla de preocupación y temor.

Eleazar suspiró, observando a Margo y se acercó a ella, su rostro una mezcla de determinación y ansiedad.

— Tenemos que irnos, nos están esperando; ya mandaron otra carta —anunció Eleazar con tono grave.

Edward frunció el ceño, el no entendió sus palabras pero no tardó en saber cuando el vio los pensamientos de Eleazar. Su mente se aglomeró con pensamientos protectores mientras atraía a Margo hacia él, rodeándola con su brazo por la cintura. La idea de que ella fuera a ver a los Volturi le erizaba la piel.

New Dawn | Edward Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora