Edward se separa de Bella luego del incidente de su fiesta de cumpleaños. Alejándose de ella busca refugio en la casa Denali donde conoce a la que sería su compañera de vida.
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Margo se levantó con una sonrisa deslumbrante en su rostro, sus ojos brillando con alegría. La risa aún resonaba en el aire mientras se sacudía la nieve de su chaqueta, mostrando su energía inagotable.
Al ver a Emmett, cuya expresión era un equilibrado entre sorpresa y diversión, su sonrisa se ensanchó aún más. No había en ella ni una pizca de inseguridad; en su lugar, había un aire de desafío que la hacía aún más cautivadora.
— ¡Otra vez! —exclamó con entusiasmo, su voz clara y llena de vida. Se preparó, moviendo sus brazos como si estuviera lista para un nuevo asalto, mientras sus piernas se colocaban en una posición firme.
Los demás vampiros la observaban con asombro y admiración. Edward, desde la distancia, no podía evitar sonreír. Era evidente que Margo disfrutaba del juego, y su energía era contagiosa. Se movía con una agilidad y rapidez que desmentían su corta experiencia como vampira, haciendo que todos se preguntaran hasta dónde podía llegar.
— Es ágil para ser neófita —comentó Carlisle, observando cómo Margo se posicionaba para atacar de nuevo, lista para desafiar a Emmett con su velocidad.
— Era gimnasta de humana —confirmó Kate, su voz llena de admiración mientras cruzaba los brazos, observando cada movimiento de Margo. Sabía que la joven tenía un talento especial, pero verla en acción era otra cosa.
Edward se sintió orgulloso de ella. Sabía que no usaba su don, prefiriendo ganar con su habilidad física en lugar de depender de algo que le daba ventaja.
Cuando Margo, con un grito juguetón de "¡Bon voyage!" empujó a Emmett, quien había bajado la guardia por un instante, todos los vampiros estallaron en risas. Ella lo empujó con facilidad, el cuerpo de emmett cayendo en la nieve arrastrándose unos cuando metros. Este se levantó gruñendo mirando a Margo
La escena era un verdadero espectáculo de energía y risas. Margo, con su cabello ondeando en la brisa, se movía con una agilidad sorprendente, saltando y esquivando los intentos de Emmett por atraparla. Cada movimiento era una danza, y la nieve bajo sus pies crujía de alegría con cada salto que daba.
— ¡No puedes dejar que una neófita te gane! —bromeó Jasper, mientras los demás se unían a las risas.
— ¡Esto es solo un calentamiento! —gritó Emmett, lanzándose hacia ella de nuevo.
Margo lo esquivó con un giro rápido, sus movimientos fluidos y elegantes. Finalmente, aprovechando un momento de descuido, empujó a Emmett con una fuerza sorprendente, haciendo que el gigantesco vampiro cayera en la nieve nuevamente con un sonoro "¡thud!".
— ¡Te dije que eras un bobo! —exclamó Margo entre risas, disfrutando de su victoria mientras Emmett se sacudía la nieve de la cara, su expresión entre divertida y frustrada.
Margo celebró con una enorme sonrisa, su energía vibrante irradiando hacia los demás mientras se acercaba a los Cullen. Con una expresión traviesa y triunfante, levantó la mano en alto y exclamó con entusiasmo:
