Edward entrelazó sus dedos con los de Margo, disfrutando de la suavidad de su piel contra la suya, cada contacto entre ellos pareciendo más íntimo y cercano. La calidez de Margo, apoyada cómodamente en su pecho, hacía que todo el mundo a su alrededor se desvaneciera, dejándolos a ambos en una burbuja de tranquilidad. El suave vaivén de la mecedora, el crujido de la madera bajo su peso, y la risa de Margo llenaban el aire de una serenidad especial.— ¿Pianista? — preguntó ella, con una chispa de curiosidad en la voz.
Edward asintió levemente, jugando con sus dedos mientras respondía con una sonrisa.
— ¿Y eres bueno? — Margo continuó, girando un poco su rostro para mirarlo mejor, su expresión era una mezcla de burla y genuino interés.
— Eso me dicen, — respondió él riendo suavemente, su risa como una caricia para el oído de Margo.
Ella dejó escapar una risita más traviesa. — Chico culto, que buen premio me gané.
Edward sonrió ampliamente, inclinándose ligeramente hacia adelante para rozar su mejilla contra el cabello de Margo, disfrutando de la familiaridad de ese contacto. — El premio soy yo, ¿eh? — bromeó con suavidad, aunque sabía que en realidad era él quien se sentía afortunado.
Margo soltó una carcajada suave y relajada. — Oh sí, definitivamente. ¿Quién diría que, además de todo, también tocabas el piano? Un hombre de muchos talentos.
— Tendré que demostrarlo algún día, — respondió Edward con un brillo juguetón en sus ojos mientras la mecedora seguía su suave movimiento, envolviéndolos en ese momento perfecto.
Margo levantó la vista, sus ojos brillando con emoción. — ¿De verdad? ¡Me encantaría! Siempre he tenido una debilidad por los músicos.
Edward rió suavemente, sintiendo que su corazón se llenaba de alegría. — No te decepcionaría. Aunque debo advertirte que mi repertorio puede ser un poco... arcaico.
— ¿Arcaico? — preguntó Margo, con una sonrisa traviesa. — ¿Qué significa eso? ¿Tienes una debilidad por la música de los años 80?
Edward hizo una mueca cómica. — No, nada tan específico, pero disfruto de una variedad de géneros. Desde clásicos hasta algo más moderno.
Margo levantó una ceja, divertida. — Traducción: soy anticuado, — dijo en tono burlón, una sonrisa traviesa curvando sus labios.
Edward soltó una suave risa y negó con la cabeza. — No es anticuado... es tener buen gusto, — replicó con fingida seriedad, aunque no podía ocultar la diversión en su expresión.
Margo soltó una carcajada, moviéndose ligeramente sobre su pecho. — Bueno, ya veremos si tu "buen gusto" es lo que imagino.
Edward rio, disfrutando de la conversación que estaban teniendo
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New Dawn | Edward Cullen
أدب الهواةEdward se separa de Bella luego del incidente de su fiesta de cumpleaños. Alejándose de ella busca refugio en la casa Denali donde conoce a la que sería su compañera de vida.