Edward se separa de Bella luego del incidente de su fiesta de cumpleaños. Alejándose de ella busca refugio en la casa Denali donde conoce a la que sería su compañera de vida.
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Un intruso. Eso fue lo que vio Alice en su visión. Edward y Carlisle fueron a la casa de bella en cuanto esta llegó diciendo que alguien había entrado en su casa cuando notó como habían revuelto su armario dejando un desastre en el suelo. Edward y Carlisle en cuanto llegaron a la casa de Bella notaron ese aroma de un vampiro desconocido.
Carlisle envió a Emmett y Jasper que eran los mejores rastreando que todos ellos para seguir el rastro de aquel vampiro. Mientras los demás esperaban en la casa.
Bella se abrazaba con más fuerza, como si eso pudiera ahuyentar el miedo que sentía ante la posibilidad de que su vida volviera a estar en peligro. Los Cullen estaban alrededor de ella, sus rostros tensos pero manteniendo la calma.
Esme fue la primera en romper el incómodo silencio, su voz suave pero preocupada. — ¿Era alguien conocido? — preguntó, buscando respuestas.
Edward negó con un leve movimiento de cabeza. — No, no reconocí el aroma — contestó, con una expresión sombría en su rostro.
— Entonces, podría ser un nómada de paso, ¿no? — sugirió Esme, tratando de encontrar una explicación lógica.
Rosalie se cruzó de brazos, con una mirada fría pero calculadora. — No lo creo — respondió tajante. — Si hubiera sido un nómada, no habría dejado a Charlie con vida. Un vampiro desconocido entrando en una casa humana y no matando es extraño. Esto parece más calculado.
El ambiente se volvió aún más tenso cuando Jasper y Emmett entraron en la sala. Ambos se veían serios, con la noticia que traían colgando pesadamente en el aire.
— El rastro desapareció a 8 kilómetros de la casa de Bella — dijo Jasper, con una expresión de frustración.
Carlisle frunció el ceño, su mente ya trabajando en las posibilidades. — Esto no es un simple vampiro de paso, alguien está orquestando todo esto — concluyó, su tono grave, consciente de la amenaza que eso implicaba.
La sala se sumió en un pesado silencio mientras todos intentaban asimilar la gravedad de la situación. Bella no podía evitar mirar a Edward, esperando que él pudiera ofrecer alguna seguridad, pero incluso él parecía estar preocupado por lo que se avecinaba.
— ¿Victoria? ¿Es ella?
El nombre de Victoria había salido temblorosamente de los labios de Bella, sus ojos llenos de preocupación mientras miraba a Edward en busca de confirmación. Pero fue Alice quien respondió, su tono suave pero seguro.
— No es Victoria — dijo Alice, negando con la cabeza — Hubiera visto su decisión si fuera ella. No ha sido parte de esto.
Carlisle tomó la palabra entonces, su voz firme y decidida. — Nos turnaremos para proteger la casa de Bella — anunció, como si ya estuviera organizando el plan en su mente. Pero la reacción de Rosalie no se hizo esperar.
