Capitulo 05

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Margo avanzaba con agilidad por una rama del árbol, sus movimientos fluidos y llenos de gracia

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Margo avanzaba con agilidad por una rama del árbol, sus movimientos fluidos y llenos de gracia. La nieve cubierta en el ramaje se deslizaba suavemente, cayendo al suelo en pequeños copos. Con cada paso que daba, el crujir de la nieve resonaba bajo sus pies, una melodía delicada que apenas perturbaba la calma del bosque.

— ¿Entonces te gusta? —preguntó, su curiosidad desbordando mientras observaba a Tanya, que había dejado a un zorro que había cazado en el suelo luego de alimentarse de este. Margo, con su habitual energía, se colgó de la rama, sus piernas colgando cabeza abajo, buscando la respuesta en el rostro de la rubia.

Tanya hizo una mueca, sorprendida por la dirección de la conversación. No se dio cuenta de cómo había llegado a hablar de Edward. Margo tenía esa habilidad especial de interrogar y captar detalles con facilidad, y había notado su malestar al pensar en la relación entre ella y Edward.

— No es eso —respondió Tanya, evasiva.

— ¿No es eso? ¿Entonces qué es? —insistió Margo, intrigada.

— Me atrae, pero sé que nunca podremos estar juntos. No somos compañeros. Él nunca me mirará con otros ojos.

Margo frunció el ceño, aterrizando frente a Tanya con un suave golpe que hizo que más nieve cayera al suelo. La miró fijamente, confundida por el término que acababa de escuchar.

— ¿Compañeros? —preguntó, ladeando la cabeza.

Tanya suspiró, comenzando a caminar de regreso a la casa, Margo la siguió, intrigada.

— Es como almas gemelas para nuestra especie. Un compañero es alguien que se vuelve nuestra pareja para la eternidad —explicó Tanya, su tono soñador traicionando un anhelo profundo.

Margo, aún procesando la información, soltó una pequeña risa.

— Ugh, qué monógamos. Qué aburrido.

Tanya sonrió con nostalgia, consciente de la importancia de esas conexiones.

— Es porque no lo entiendes —dijo con un suspiro, mirando al horizonte—. Cuando conoces a esa persona, todo tu mundo parece detenerse y enfocarse solo en ella. Te sientes viva. Completa.

— ¿Pero puedes estar con alguien más si no tienes compañero? —preguntó Margo, tratando de entender mejor el concepto.

— Sí, pero con el tiempo pierde el sentido hacerlo.

Margo reflexionó sobre esto, mirando al frente pensativa.

— Entonces... —murmuró, considerando las implicaciones—. Eleazar y Carmen son compañeros.

— Sí —confirmó Tanya, una chispa de felicidad brillando en sus ojos.

— Con razón se ven como la pareja feliz de portada —dijo Margo, sonriendo.

New Dawn | Edward Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora