Capitulo 24

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— Entonces, tú, Emmett, Alice, Jasper y Edward van a la escuela

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— Entonces, tú, Emmett, Alice, Jasper y Edward van a la escuela

Rosalie asintió mientras pasaba la página de su revista de moda. Margo estaba sentada en la mesa balansenado sus piernas mientras Rosalie estaba sentada en la silla frente de ella.

— Carlisle trabaja en el hospital, y Esme trabaja como arquitecta.

— Si.

— Y tú y Emmett ya se graduaron — Rosalie volvió a asentir— ¿Y lo hacen cada que se mudan? ¿Por la eternidad?

— Si

— ¡Que aburrido!

Rosalie sonrió mirándola — Es tu futuro niña.

Margo soltó una risa irónica al escuchar la respuesta de Rosalie.

— ¿Mi futuro? — repitió, sacudiendo la cabeza con incredulidad. — No sé si estoy preparada para repetir la escuela una y otra vez. ¿No se les hace monótono?

Rosalie levantó la mirada de su revista, con una pequeña sonrisa en su rostro.

— Al principio lo es, pero luego aprendes a ver los detalles. Nuevas personas, nuevas oportunidades... Aunque, sí, puede volverse tedioso. Pero es lo que debemos hacer para mantenernos ocultos.

Margo suspiró dramáticamente, balanceando sus piernas en el borde de la mesa.

— Quizás encuentre una forma de evitarlo. No me veo estudiando la misma matemática por los próximos cien años.

Rosalie levantó la mirada de su revista, una sonrisa de complicidad jugando en sus labios.

— Lo dudo. Pero si lo logras, me avisas.

— ¡Que horrible! Sabes, me iba terrible en matemáticas, y me dolía tanto la cabeza como no tienes idea

Rosalie dejó escapar una risa ligera mientras observaba a Margo fingir un dolor de cabeza, revolviéndose el cabello con dramatismo.

— Te compadezco — dijo, aún sonriendo. — Pero, lamentablemente, eso no cambia en esta vida. Tendrás que enfrentarte a las matemáticas una y otra vez.

Margo dejó caer las manos con un suspiro teatral, como si el peso del destino eterno de álgebra y ecuaciones hubiera caído sobre sus hombros.

— ¡Qué tragedia! — exclamó. — Pensé que al menos ser inmortal me libraría de eso. No me di cuenta de que firmé para una eternidad de ecuaciones.

Rosalie sonrió, divertida por la exageración de Margo, y cerró su revista con un golpe suave.

— Bueno, al menos tienes toda la eternidad para mejorar — dijo, con un toque de sarcasmo en su tono.

Margo la miró fingiendo indignación.

— O quizás podría usar mis habilidades inmortales para encontrar alguna trampa o atajo.

New Dawn | Edward Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora