Capítulo 15 Oasis de paz.

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Jackson y Félix estaban de pie frente a ella mirándola fijamente. Atentos a cualquier cosa ya que no presentaba algún movimiento en tanto tiempo.

—¿Crees que ya se murió?—pregunta Félix.

Jackson le da un codazo—Solo descansa.

Mueve su mano, enviando una pequeña corriente de aire hacia Aurora.

Lo que le causó cosquillas, pero eso no le impidió seguir descansando y se cubrió con las sábanas.

Jackson sonrió ante su gesto y aparto las sábanas.

Ella aún dormida buscaba con su mano las sábanas. Al no sentirlas despierta.

Tomo asiento en la cama. Jackson le devuelve las sábanas.

Los miro fijamente—¿Cuánto tiempo llevan ahí?—pregunte.

—Debo hacer mi trabajo, Félix se quedará contigo. Yo tratare de volver rápido—comenta.

—¿No es que adonde vayan estaré con ustedes?

—Pues sí, pero al estar conectados con ambos uno puede quedarse contigo mientras el otro no está. Así que nos turnaremos, Félix y yo para hacer nuestro trabajo.

—De acuerdo...

Jackson chasquea los dedos y desaparece, junto con él aparezco yo.

No pude evitar reírme—Supongo que me quedo.

—Este no es un buen entorno para ti—añade Félix a mi lado.

Chasquea los dedos y desaparezco junto a él.

—Obviamente al transportarse Jackson, tú lo harás con él pero al hacerlo yo. Tú te vienes conmigo.

—No te pregunte eso pero gracias por aclararlo.

—. Ahora ¿Qué haces para divertirte aquí?

—Leer...

El me mira y parpadea—¿Eso es todo? ¿No sales, no te diviertes con tus amigos?—interroga.

—No tengo amigos, estoy sola en esta casa, bueno, ya no porque estás tú—sonreí.

—Me gusta leer, pero no esos romances raros que lees tú.

—Tengo muchos libros de romance y nada que tenga que ver con eso. ¿Quieres ver?

Félix extiende una gran sonrisa—Encantado.

Avanzó a mi librería y el me sigue—¿Qué género te gusta?

—Algo que tenga acción, misterio y suspenso todo junto.

—Ah—dudo por un momento porque esos géneros no son lo mío—. Te parece uno de mitología antigua donde hay batallas entre reinos opuestos—sugerí.

—Es perfecto—responde con una amplia sonrisa.

Le devuelvo la sonrisa y le entrego el libro—No lo vayas a rayar ni arrugar una sola hoja. Es un libro de la universidad.

—Creí que no estudiabas.

—¿Por qué lo dices?

—Porque siempre estás aquí o en tu bosque y no sales a otro lugar.

—Estoy de vacaciones. Muy pronto me reinte—corto mis palabras de una—. En fin, ¿Te gusta este libro?

—¿Cómo te va? quiero saber.

—Muy bien, es divertido e interesante los libros que mi profesora escoge para los análisis de mí tesis.

—Literatura...

Asiento con la cabeza.

—Interesante—añade.

El mueve su dedo y aparece una silla, toma asiento y procede a leer el libro.

Lo dejo para que lea y me dirijo hacia mi pez para darle algo de comer.

Saco del cajón su comida de pez y lo alimento. El pez comenzó a comer rápidamente.

—¿Te imaginas que el pez hable?—suelto.

—Todos los animales hablan, solo que los humanos no tienen la capacidad de entender su idioma—afirma Félix sin apartar la mirada del libro.

—Y tú puedes entender lo que dicen.

El asiente con la cabeza afirmando que si puede entender el idioma animal.

—¿Qué crees que diga mi pez?

El aparta la mirada del libro y mira al pez el cual también lo mira atento.

—Dice, que tenía mucha hambre...

—Eh... Eso no me...

—Y dice que se llama Beatriz.

—¿Beatriz...? Ha, sí. Jackson lo mencionó. Es lindo, me gusta mucho.

—. ¿Quieres recolectar caracolas conmigo?

—No gracias, me quedaré con tu libro.

Me lanzó a la cama y me quedo mirando hacia la nada.

Me levantó y salgo de la habitación—Voy a estar afuera.

Me dirijo hacia el mar y sumerjo mis pies en la orilla del mar. Sintiendo la cálida agua tibia. El sol estaba radiante y perfecto al mismo tiempo, la brisa era refrescante y movida.

Me dejó caer en el agua y sentir el sonido de las pequeñas olas.

Cierro mis ojos sintiéndome bastante bien. De hecho últimamente me he sentido mejor que antes y eso me gusta.

Libero mi mente de cualquier pensamiento dejándola vacía. Extiendo las manos hacia los lados sintiendo los pequeños movimientos de las olas.

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Félix:

La idea de que salga sola así muy tranquila es bueno. Pero nunca se sabe con qué se podría topar.

Salió de la casa para asegurarse de que Aurora si estaba fuera de la casa.

Cuando cruzo la puerta lo primero que vio fue a Aurora flotando como una tabla de surf sin moverse un poco.

—Ay no...

Sale corriendo hacia el agua para sacarla.

—¡Aurora!—la toma.

Me alertó cuando siento que alguien me toca y abro los ojos apartándome.

El me suelta y me mira con el ceño fruncido. —¿Qué demonios estabas haciendo?

—Me relajaba que más.

El suelto un largo suspiró mientras negaba con la cabeza todo frustrado—Por qué te quedas quieta como si estuvieras muerta. Pensé que habías ahogado.

Me carcajee por eso—Perdón si te asusté, solo quería sentir el agua es todo. Además se nadar...

Cierra sus ojos y pasa su mano por su entrecejo.

—Sal de aquí antes de que yo te ahogue.

Volteo la mirada fuera de sus ojos y extrañamente a lo más lejos de la casa consigo ver a alguien.

Le señaló hacia ese lugar—Ese es quien creo que es.

El mira en mi dirección notando a la persona que veían mis ojos. Y asiente con la cabeza—Si, es alguien que conoces aparentemente.

Me acerco poco a poco a Félix hasta ocultarme detrás de él. Agarro con fuerza la camisa detrás de él.

—Ese es Jacob, Félix. Es la persona de la que Jackson hablo. Me hará daño por eso está aquí.

El me mira en lo que alcanza a girar su cabeza y toma mi mano—No te hará daño. Vamos entrar.

Avanzamos a la casa pero sigo detrás de él para ocultarme. Mi corazón latía con tanta fuerza.

—Si le demuestras miedo más lo atraerás...

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