Capítulo 5 La Última Vida.

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Jackson confundido intento nuevamente ver a través de ella, pero en cuanto lo hizo logro ver algo que solo duró unos muy pocos segundos.

Logro ver un poco sobre su vida pasada. La cual era muy parecida a la actual. Una chica buena pero con un alma un tanto oscura pero, eso fue todo. Intento ver la causa a su malestar, lo cual lo llevo a saber que está era su última vida.

Profundiza aún más profundo con sus poderes solo que... En cuanto lo hizo, todo se tornó negro. Era una oscuridad tan espesa que era como si tuviese sus ojos cerrados sin ver nada. De nuevo todo cambio a su estado normal.

Tan luminoso y blanco como estar en un vacío de color blanco. No había nada dentro de ella más que eso, mientras que una gran fuente de luz tan escandilante como ver una bombilla después de una larga oscuridad lo cegó.

Esa fuerza mayor dentro de ella lo saco de su interior. Tan fuerte fue que incluso Jackson salió expulsado se su lado, golpeándose fuerte con la pared detrás de él.

Él se levantó poco a poco del suelo, todo dolido—Pero que... Demonios fue eso—salió de su boca.

Se acercó a ella cuidadosamente y tocó su frente, la fiebre ya le había bajado.

«Es extraño podrá ser... ¿Será que si es una criatura sobrenatural? ¿Podría ser una sirena, una vampira o tal vez... solo tal vez... Podría ser un hada?».

—. ¡¿Qué tanto la ves?!

De pronto se escuchó una voz que lo saco de sus pensamientos.

Miro a su alrededor y la voz provenía del pez que tenía en la habitación.

Lo que lo llevo a pensar. «Si ese pez vive con ella tal vez, podría saber algo».

—Escucha pez, ¿Sabes que le sucede?

—Primero que nada un saludo joven apuesto. Soy Beatriz y no, no sé qué le sucede. Lo único que sé, es que hace mucho tiempo ella toma unos medicamentos que la ayudan a sentirse mejor, es todo lo que se.

—¿Desde cuándo las toma?—pregunto.

—No sabría decirte cariño. Cuando ella llego aquí yo ya estaba, pero sí sé que desde el momento en que esa niña llego a esta casa, con el tiempo comenzó a tomar unas píldoras que la ayudan a prevenir que se desmaye y entre en crisis.

—Muchas gracias señora pez...

«Bueno queda claro que está enferma, pero ¿De dónde proviene ese poder dentro de ella? No parece ser alguna caricatura mística o algo por el estilo».

Aurora comenzó a quejarse aún inconsciente. Cosa que alerto a Jackson e hizo que estuviese atento a lo siguiente.

La mire atento, ella se quejaba de dolor... ¿Pero de que dolor específicamente?

Comenzó a mover sus piernas muy lento mientras se quejaba, poco a poco sus manos se volvieron un puño sobre su estómago. Su rostro era una expresión de dolor.

—El dolor... Debe de ser interno. La está lastimando—salió de mi boca en un susurro.

El tomo sus manos y se sentó a su lado, la miró atento. No comprendía lo que le sucedía exactamente más que su dolor interno. ¿Por qué lo tenía? ¿De qué padecía realmente?

—. Ella es así, presenta dolores por lo fuerte que son los medicamentos que debe de tomar, pero cuando no los toma se siente así.

Jackson miro de nuevo al pez. —¿Qué puedo hacer para despertarla?

—No lo sé cariño, solo queda esperar a que despierte y se tome su medicamento, además de lo débil que está ya que tampoco ha querido comer estos últimos tres días—confiesa.

Aurora seguía quejándose de su dolor interno. Las venas de su cuello se marcaban abultadas y azuladas. Y no, no un azul normal. Era un azul intenso. Las toco, solo por curiosidad y estas estaban un tanto frías.

—. Jackson ya déjala, tienes que volver—respondió Félix que recién acababa de aparecer.

—Ayúdame con tu poder, quiero intentar si con nuestros dos poderes unidos logro ver que le sucede.

—No Jackson, déjala en paz y vuelve.

—Iré contigo, pero ayúdame con esto primero, sí.

Félix no le quedó de otra que suspirar y aceptar ayudarla.

Unieron sus manos con las de ella e intentaron ver qué es lo que había dentro de ella.

Pero nada. Fue inútil. Apenas intentaron entrar en su interior esa fuerza extraña los cegó nuevamente e hizo que salieran de inmediato con tanta fuerza que ambos dieron contra la pared a su espalda.

Félix quedó atónito por lo sucedido, no solo por el golpe, sino por lo sucedido con Aurora—Pero que mierda es ella.

—Sorprendente ¿no?—respondió Jackson con una sonrisa cargada de dolor.

—Sí, si para ti es sorprendente una fuerza igual de rara que ella, que salga de su interior y te estrelle contra lo que sea que pueda estar a tu espada—respondió Félix todo irritado.

Las horas pasaron y Jackson no se movió ni un segundo de su lado.

Por otro lado Félix se hartó de quedarse allí y se fue de vuelta al infierno.

Pronto amaneció y Aurora se despertó:

Miro a su alrededor confundida, dado que ella recordaba muy bien haberse desmayado en el baño.

Se levantó con cuidado de la cama para no marearse aunque de igual forma al hacerlo se mareo.

Jackson quien la estaba observando escondido de ella, se percató de que Aurora no solo estaba enferma, sino que puede estar en sus últimos meses de vida.

Ella con cuidado se levantó y entro al baño, allí se tomó su medicamento y vaya que eran unos muy extraños. Tomó tres píldoras muy extrañas de color blanco, azul y vino tinto.

En cuanto Aurora procedió a quitarse la ropa, Jackson cerró el acceso del baño y su habitación que le permitía ver lo que ella hacía para respetar su privacidad.

Después de un rato lo volvió a abrir. Ella se dirigió a la cocina en la que se preparó un desayuno específicamente, solo de frutas y unas tostadas con un jugo de naranja. El cuál procedió a comer en su habitación.

—Eso no es suficiente comida para tu organismo Aurora, pero por lo menos estás alimentándote algo.

Luego de terminar su desayuno, le dio de comer a su pez, Beatriz...

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