Cumpleaños

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Narra Noah

Pasaron dos semanas desde que Ethan me tocó el muslo. Sentí que mi trasero lubricaba sólo por su tacto, su mano era tan fuerte.

Hoy era su cumpleaños, él cumplía exactamente dos meses antes que yo. El 14 de enero. Justo el segundo día de mi celo.

Le estaba preparando una tarta mientras él iba a buscar las cosas de la lista que le di, necesitaba distraerlo. Me costó mucho que no leyera mi mente, pero lo conseguí a base de cantar canciones en ésta.

El problema era que Azrael seguía en la casa, él estaba preparando otra tarta.

Y creo que era bastante bueno cocinando, ¡pero no me rendiría tan fácilmente!

Saqué mis dotes culinarios y mis años de ser educado en roles de género por mí padre (en los cuales me la pasaba cocinando y cosiendo después de clases), para hacer una hermosa tarta en forma de corazón. Le puse las velas del 2 y 3, él cumplía 23 años.

Decoré la casa mientras vigilaba que el malvado omega no intentase destruir mi pastel.

Y conseguí hacerlo todo. Apagué las luces, cogí la tarta y me escondí tras el sofá.

Tardó unos 15 minutos en aparecer por la puerta.

-Noah, puedo oír tus pensamientos, no hace falta que me hagas una sorpresa- vociferó al entrar al salón.

Rápidamente salí de mi escondite con la tarta en mis manos, y chillando "¡Sorpresa!". El pelirrojo y yo le cantamos feliz cumpleaños, obviamente intenté que se me escuchara, aunque fue difícil teniendo al contrario casi gritando.

Su tarta era sólo redonda, ¡está vez podía ganar!

Retiro lo dicho, Azrael ganó de nuevo, pues se me olvidó agarrar el mechero para encender las velas. ¡Soy un idiota!

-Sopla las velas- dijo el ojinegro con una sonrisa inocente, me miró de reojo, sentía su burla calarse en mí.

-Oh, cierto- sonrió Ethan.

Bajé la cabeza avergonzado. Esto era una pesadilla.

Entonces vi a mí pareja acercar su dedo índice con una llama al número 2 hasta que está se prendió, hizo lo mismo con la número 3.

No tardó en soplar las velas de mi pastel, él era tan bueno.

-Gracias, la verdad es que tiene muy buena pinta- reconoció sonriéndome.

Al oír aquello no tardé en dejar la tarta en la mesa e ir a la cocina a por un cuchillo, platillos y cucharitas.

Le di el cuchillo para que cortara la tarta, él era el cumpleañero, tenía que hacerlo.

El primer trozo me lo dió a mí, el segundo se lo quedó para él, y después le dijo a Azrael que si quería pastel que se lo cortase él mismo.

El omega se fue molesto a su cuarto. Ethan y yo nos quedamos comiendo tarta.

-Mmmm vainilla, me encanta la vainilla- dijo guiñándome el ojo.

Chillé mentalmente. Y más teniendo en cuenta que la casa estaba llena de mis feromonas olor vainilla.

-Debes dejar la costumbre de pegar esos gritos- rió masticando un bocado de bizcocho.

-Perdón, no puedo evitarlo- comenté-. Te tengo otra sorpresa, pero tienes que cerrar los ojos y dejar que te lleve, prohibido leer la mente- añadí nervioso.

Estuve todo el rato cantando canciones en mi cabeza mientras él estaba sentado en el borde de la cama.

-Puedes abrirlos- murmuré.

El apocalipsis del poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora