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14 de septiembre

5 meses, mi omega estaba embarazado de 5 meses.

-Mmmm, me aburro- decía desanimado y acostado en la cama, tiraba flechas sobre si mismo para que cayeran en él, y obviamente no le afectaban.

-¿Puedo tocar tu arco?- pregunté.

Me daba curiosidad.

-Sí, si puedes aunque....

Cuando lo dijo, lo agarré para inspeccionarlo, pero al tocar la punta de la flecha

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Cuando lo dijo, lo agarré para inspeccionarlo, pero al tocar la punta de la flecha.... Caí de lado cerrando los ojos lentamente.

Desperté después de una hora, tenía a Noah durmiendo a mi lado. Lo veía hacerse pequeñito.

Él estaba asustado debido a que me dormí profundamente por su don, y si había una amenaza no podría protegerlo a él y al bebé.

-Dormir por tú don es bastante extraño, no he soñado con nada y no sentía casi nada- le informé.

-No lo sabía, pero no lo vuelvas a hacer- me riñó.

-Y otra cosa, el arco es totalmente inofensivo. Las flechas son lo importante, ¿podrías coger una y clavársela a alguien? ¿y si es que sí, harían el mismo efecto?- interrogaba.

-Si, pero me parece incómodo acercarme a alguien para clavarle una flecha, prefiero mantener la distancia- explicaba.

Interesante....

-Cualquier parte de la flecha funciona como somnífero, haremos una cosa- ideé.

Me miraba extrañado.

Lo llevé a la cocina y le di un cuchillo muy afilado, le pedí que cortara la flecha en trozos.

No funcionó, lo intentó con todos los cuchillos de la casa, la flecha era muy fuerte a alteraciones.

Soy bastante cabezota y tengo una inteligencia bastante buena.

-Utiliza un portal, pon la mitad de la flecha en un lado y la mitad en el otro. Y después cierras el portal- busqué una solución.

Él hizo todo tal y cómo lo dije. La flecha acabó por la mitad con facilidad.

-Tenemos que ver si sigue funcionando- le hice saber.

Me senté en el suelo y le pedí que me pasase la parte de atrás de la flecha. Nada más tocar ese trozo, caí dormido.

Me levanté un tiempo después.

-Una hora- me informó.

Un trozo de flecha hacía el mismo efecto que una flecha entera.

-Parte la flecha en muchos trozos- mandé.

No dudó en hacerme caso. Consiguió partir la flecha en trozos de 0,5 cm, gracias a un montón de portales pequeños de corta distancia.

Le di un pequeño saquito de tela para que se la pusiera en la cintura, allí metió los trozos.

El apocalipsis del poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora