El apocalipsis del poder

Celos

Pasó media semana, el omega el cuál dijo que se llamaba Azrael, nos acompañaba. Durante los días escuché en sus pensamientos que me veía atractivo, en pocas palabras, acabó enamorándose. No lo digo yo, lo dice él mismo en su cabeza.

Por otro lado, Noah estaba plagado de celos cada vez que estaba cerca de Azrael o este me rozaba.

No tardaron las inseguridades en él, pues siempre ha sido de poca autoestima.

{Alomejor es por mi cabello, ¿le gustarán pelirrojos en vez de rubios? ¿Debería teñirme?, ¿debería adelgazar?} se carcomía por dentro en todos los paseos.

Él era perfecto, tenía un cabello hermoso y un cuerpo muy bonito. ¿Por qué querría cambiar para gustarle a alguien cómo yo?

El pelirrojo por otro lado era seguro de sí mismo, y me coqueteaba muy abiertamente para que Noah lo escuchara.

-Mi celo está por venir, podría dejarte la puerta abierta ese día- me comentó sin pudor.

-No, gracias....- hablé incómodo.

-Tengo 19 años, soy legal- mencionó mirando con burla al ojiazul.

{¡Es legal!} chilló internamente el rubio completamente preocupado.

-Ah, muy bien por tí- dije sin interés.

Mientras Azrael insistía y coqueteaba a mi lado, Noah estaba tras nosotros con pensamientos de inseguridad. Eso no me gustaba obviamente.

{¿Es asexual o que?} pensó el ojinegro.

"No soy asexual, simplemente no me agradas" estuve a punto de gritarle, preferí abstenerme.

A mí me gustaba Noah, hasta había tenido erecciones por él, ¿cómo iba a ser asexual? Sólo tengo el suficiente control para no agarrarlo y follarlo. Las ganas no faltaban.

Pensar en follarme a Noah hizo que imaginase escenas demasiado fuertes para mí control. Por ejemplo verlo en cuatro, eso sería tan excitante....

Tuve una erección, esto tenía que ser una broma.

Lo peor no fue eso....

-¡Sabía que te gustaba! ¡Se te ha puesto duro pensando en mí!- vociferó Azrael.

Ambos omegas observaron mi entrepierna, el pelirrojo con lujuria y el rubio con tristeza.

{No soy de su agrado, tendría que haberlo sabido. Sólo me he engañado a mí mismo} sollozó Noah por dentro.

Él desviaba la mirada de mí.

Oír al ojiazul llorar internamente, me hizo quitarme la excitación al segundo. Acababa de hacerlo sentir mal, y aún más inseguro.

{Soy horrible, es normal que no le agrade} se decía a sí mismo. Parecía que se torturara.

-Vete- le ordené al ojinegro.

-Ya has oído, vete rubito- habló con burla a Noah.

El ojiazul se espantó por un segundo, él negaba con la cabeza lagrimeando, me rogaba quedarse.

-Te lo digo a tí, tú eres el problema- señalé al pelirrojo.

Este me miró sorprendido, no se lo creía.

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Al final el puñetero se quedó, Noah se preocupó por este cuando le dijo que podría ser secuestrado. A mí me la pela que le pase a ese imbécil.

El rubio seguía pensando que yo me excité por ese desconocido. Se comía la cabeza diciéndose que no era lindo.

{Me excité por tí, por pensar en ponerte en una posición.... Ya sabes} le aclaré en su mente.