Me había vuelto un alfa de campo, eso es lo más bajo a lo que podía caer, ¿porqué? Pues porque siempre quise trabajar de algo con lo que ganase mucho, y más cuándo conocí a Noah. Ahora estaba destinado a ser pobre para siempre.
Era injusto, yo había estudiado en universidad, solo por el puto apocalipsis no pude acabar la carrera, era una pesadilla.
Era un alfa de campo que sería padre a temprana edad, bueno tampoco tan temprana, tengo 23 años. Aunque para mí era temprano. Y para Noah era un embarazo adolescente.
Lejos de lo que siempre se piensa de que los omegas son interesados, él no ha pensado nunca en irse y abandonarme por algún alfa rico que encontrase o odiarme por preñarlo a temprana edad (era obvio teniendo en cuenta que él mismo me insistió).
Era el omega más feliz que podrías encontrar en un apocalipsis, increíble pero cierto.
Aunque yo siempre me pensaba que no era así cuando se encontraba pensado en sus cosas.
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Ahora mismo él pensaba que se veía gordo, sí, eso era lo que más le preocupaba (ni siquiera se veía gordo).
-Oye, te ves bien, deja de pensar tonterías- dije acercándome a él.
Obviamente quién lo abrigaba con esos chaquetones era yo, pues él odiaba las chaquetas al ser poco "combinables". Ya lo he dicho, era muy omeguino.
-No pensé que engordaría tanto- murmuró apenado.
-Tienes seis meses, y solo has engordado cinco kilos, eso es poco- le hice saber.
Y más teniendo en cuenta que él pesaba 46 kilos antes de quedar embarazado, él no había engordado lo que debería. Que conste que lo alimento todo lo posible, pero hay dos problemas, escasez de comida y su metabolismo rápido.
Por estas cosas las personas con metabolismo lento existían, en cuánto a supervivencia ganaban. Por mala suerte Noah era un omega embarazado de metabolismo muy rápido, lo bueno era que su don protegía al bebé y destinaba toda la energía que necesitaba de la comida a él.
El ser humano malgasta mucho en las extremidades, su don agarraba de esas partes para así compensarlo.
