Deseo

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Noah no paraba de insinuarse, llevaba ropa corta, se ponía en posturas provocadoras y expulsaba el doble de feromonas.

Mi época de apareamiento duraría dos semanas, dos jodidas semanas (aunque al menos no volvería a pasar por ello hasta dentro de un año). Y aún estaba en el primer día.

El rubio estaba en su primer día de celo, así que te podrás imaginar el poco control que tenía, y yo también.

Al ir a la cama a echar una siesta, lo veía tirarse y ponerse de forma sexy en está.

Al ir a la cama a echar una siesta, lo veía tirarse y ponerse de forma sexy en está

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Yo huía, pues sabía que nada más tocarlo no pararía. Era demasiado hermoso.

Él buscaba quedar embarazado, lo sé porque no paraba de pensarlo. Y yo al estar de está forma, mi instinto no quería evitarlo, al revés, también quería dejarlo preñado.

Al buscar en sus recuerdos, vi que él tiró las pastillas por el váter. Muy listo.

Salí de la habitación para ir al sofá, descansaría allí.

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Pasé la noche en el sofá, nada más despertar ya oía la mente del ojiazul, el cuál sollozaba por no estar cerca de mí.

Fui con él para acostarme a su lado y abrazarlo. La cama estaba llena de mi ropa, él buscaba mis feromonas.

Se giró para poner su cabeza en mi pecho, él inhalaba mi aroma.

-Quiero un bebé, sería el omega más feliz del mundo si me hicieras mamá- murmuró sin mirarme a los ojos.

Suspiré pesadamente.

-Ya sabes porqué no podemos- le recordé.

Él se molestó (y entristeció), y no tardó en irse del cuarto. No le agradaba lo que le decía.

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Después de horas oliendo el aroma a vainilla que desprendía su almohada, salí al salón.

Él estaba en la cocina, cocinando galletas de chocolate.

Me quedé admirando su silueta amasando. Sabe que estoy detrás de él viéndolo, pero hace cómo si nada.

{Si Ethan no me da un bebé, podría buscar otro alfa} pensó.

Lo vi mirar tras su hombro, él esperaba mi reacción. Yo sabía que era un pensamiento dirigido hacía mí para provocarme celos.

{Sé lo que intentas} le dije.

Se cruzó de brazos, no le agradó mi respuesta.

Por dentro me hervía la sangre, sé que es falso, sé que él no piensa eso realmente. Pero igualmente me afectaba debido a mí instinto, él lo sabía, se aprovechaba de ello para tentarme a caer.

El apocalipsis del poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora