Después de enterarme de que él no sufriría ni moriría en un parto, estuve planteándome la idea de.... ¡No, él era joven! Además que este no es un mundo para traer un ser indefenso.
Yo buscaba ropa nueva, al igual que él. Las tiendas estaban bastante saqueadas, pero encontramos algo.
Robamos un champú del supermercado y volvimos a casa.
Fuimos al baño, era bañera, lo cuál era mejor.
Llené la bañera mientras Noah se desvestía. Desviaba la mirada todo lo que podía con tal de no verlo.
-Bañate conmigo, me siento débil, podría caerme- pidió.
-Tu no te enfermas, dudo que eso pase- sonsaqué.
-Aburrido- se quejó agarrando la toalla bruscamente.
Salí del baño, él tardaría una hora en salir cómo mínimo. No lo entendía, estábamos en un apocalipsis, ¿que necesidad había de arreglarse tanto?
Cuándo salió del baño lo vi tirarse a la cama, parecía modelo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me tocaba bañarme a mí, por fin, ya olía a sobaco.
Después de 30 minutitos salí cambiado y todo. Me dormí en la bañera, no pude evitarlo, me relajé mucho.
{Por aquí} escuché un pensamiento fuera de la casa, mierda no tendría que haberme dormido.
No había solo una mente, habían tres. Tres personas.
{Que ganas de hincarle el diente al omega} leí.
Las tres mentes estaban morboseando sobre lo que harían con Noah si lo encontraban. Que asco.
Lo encontré en el cuarto leyendo, rápidamente le tape la boca y lo metí en el armario. Le tiré una máscara de oxígeno con una pequeña bombona.
{Hay tres alfas en la planta baja, ni se te ocurra salir, y no malgastes el oxígeno} le advertí.
{Puedo ayudar si quieres} incluso en su pensamiento susurró, él estaba asustado.
{No, tú solo quédate en el armario} insistí.
Bajé despacio.
Uno de ellos tenía el mismo don que el de la calle, imagino que era el mismo tipo.
Los otros dos no los conocía.
Uno tenía los dones de gravedad y luna.
El otro tenía los dones de metal y bestia.
Bajé junto a un ejército de monstruos.
La mujer se rió y me hizo caer al suelo, mi cuerpo pesaba demasiado. Ella era la de la gravedad.
-Me encantan los omegas, ¿es masculino o femenina?- preguntó con burla.