Me acosté en un colchón dentro de una casa abandonada, Noah no tardó en tirarse encima de mí. Su sonrisa era brillante.
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Noah Bennett era ese omega que cualquier alfa desearía tener, pero mejor, pues....
-¡Te amo!- me chilló sin pena alguna.
Él estaba locamente enamorado de mí, y no lo decía por creerme algo, literalmente sé que lo está.
Uno de mis poderes es la telepatía, así que cada día escucho los pensamientos de Noah sobre mí, y nunca siquiera piensa en irse o algo. No lo entiendo, yo si fuera él me iría con un alfa millonario con búnker que me pueda proteger.
Yo era un alfa con nada de dinero lo cuál no es raro en un apocalipsis.
Cada vez que un beta me veía intentaba matarme por defender a Noah, pues querían matar a los omegas a toda costa. Los betas nos la tienen tomada. Ahora todos son de una religión en la que se creen más por no tener instintos según ellos, dicen que son más a la imagen y semejanza de Dios.
-¿Te acuerdas de la vez que me regalaste mis sueños?- me preguntó cariñosamente.
Yo tenía 21 años y era un gran aficionado a la química, física y biología. Hice unas prácticas con un amigo de mi padre.
Consiguieron arrebatar el don de ilusión (o eso creí) a alguien, eso fue simplemente increíble. Yo estuve cuando sucedió. Recuerdo que lo dejaron en una probeta así que no tardé en inyectarme.
¿La razón? Quería hacerle una sorpresa a Noah, nos conocíamos desde hacía unos meses.
Al llegar a la cita en el parque, intenté impresionarlo haciendo ilusiones bonitas para él, pero digamos que no resultó bien.
Lo impresioné de mala manera, el don que me inyecté no hacía ilusiones como tal, hacía monstruos de pesadilla.
Logré hacer desaparecer aquello, pero Noah se asustó tanto que seguía agarrado a mí. De la vergüenza que sentí le prometí regalarle algo increíble como recompensa.
A los pocos días consiguieron otro sujeto de prueba, un cadáver de la generación de mis padres, no tardaron en arrebatar el don, un don de la ilusión. Ansiaba regalarle aquello a Noah así que me lo llevé oculto.
Noah odia las agujas pero logré convencerlo de que le encantaría, y así fue, él era capaz de crear todo tipo de ilusiones como en sus sueños. Se enamoró perdidamente de mí desde aquel día. Antes le agradaba mucho, pero desde aquello simplemente quedó embelesado.
Pensaréis que acabaría en la cárcel por aquello, pero no fue así. La misma tarde de regalarle el don, la guerra comenzó y con ello el apocalipsis.
A veces me arrepiento de regalarle el don, pues lo utilizaba para....
-Mira, así sería nuestro bebé, ¿no crees?- habló emocionado mientras hacía una ilusión de un bebé parecido a mí en sus brazos.
Rodé los ojos, quería pensar que lo decía de coña, pero no dejaba el tema.
Por si os da curiosidad, Noah no es un omega que solo tiene el don que le regalé, tiene otros dos como los de mi generación. ¿Cuáles? Noah literalmente es un ángel, uno de sus dones es ese, hacer lo que puede hacer un ángel.
Noah puede volar con alas de ángel, sanar a personas muy heridas (él es inmune al veneno y se cura rápido de las heridas) y tiene un arco con flechas somníferas (tiene una puntería increíble). Y después está su otro don que es aún mejor, y aterrador. Puede controlar el espacio y tiempo, ¿a qué me refiero? Pues que es capaz de hacer portales a otros sitios, y de retroceder, acelerar o pausar el tiempo.
¿Y yo? Pues.... Digamos que no tengo malos dones, pero comparados con los suyos son un poco miseria. No me quejo, soy telépata, creo monstruos aterradores y controlo-creo los cuatro elementos y sus variantes.
Pero lo que decía, mis dones no son nada comparado con Noah, capaz de simplemente pausar el mundo si así lo desea.
Si, en este mundo él y yo teníamos ventaja, los de mi generación que son la mayoría porque apenas nacen bebés, solo tienen dos dones, nosotros tres cada uno.
Muy descompensado ¿no? Bueno, Noah y yo nos complementamos, sus dones son más para defensa, y los míos para ataque, o por lo menos así actuamos.
-Vamos a buscar comida- dije levantándome habiéndolo apartado de encima de mí primero.
Él daba saltitos tras de mí por todo el camino. Incluso en la calle devastada él daba saltitos.
-Podrían oirnos si no paras- reñí.
-No importa, tú sabes siempre si hay gente cerca, además eres muy fuerte y me defenderás- parloteo feliz.
No entiendo de dónde saca la felicidad en un mundo así.
Entonces percibí un pensamiento que era imposible que fuera de Noah.
{Mataré primero al pelinegro, se ve más peligroso y se nota que es alfa, después el omega}
Rápidamente creé media esfera de hielo a nuestro alrededor para protegernos de ataques exteriores.
Oí algo impactar en el hielo, era fuerte, tenía que hacer más grueso el escudo.
-Tengo frío- el rubio no tardó en abrazarse a mí.
No paraba de haber impactos contra el hielo, acabaría rompiéndose. Veía a Noah intentando crear un portal pero no podía, él ya creó uno de larga distancia hoy (tuvimos que conseguir ropa de una tienda lejana hace 10 horas).
El problema de un gran don es un gran desgaste, Noah era un tanto débil físicamente, así que el don de espacio y tiempo lo desgastaba demasiado. Lo único que podía hacer sin desgastarse tanto eran ilusiones y convertirse en ángel para utilizar la sanación, arco o volar.
-No te fuerces, tengo un plan- le calmé al ver que lloraba de los nervios.
Creé un huracán fuera de la cúpula de hielo, pensaba hacer que el ser que estuviera fuera se marchara.
{Mierda, puto alfa}- escuché el pensamiento del desconocido, tuvo que irse con el rabo entre las piernas. Puto beta.
Nos quedamos 20 minutos esperando para asegurarnos que el tipo de fuera ya no estuviera.
Hice desaparecer la cúpula de hielo con un chasquido.
-Eres muy listo, gracias a tí estamos a salvo- sonrió.
Después de 3 horas llegamos a un supermercado que por lo menos tenía carne en lata, algo es algo.
Comí un poco y le dejé lo demás a Noah, él necesitaba energía.
-Podemos compartir, me siento mal comiendo casi todo cuando me has salvado- articuló dejando caer su cabeza en mi hombro (los dos estábamos en un banco).
-Como quieras.
Compartimos la carne y bebimos agua de mi don. Tuve suerte, gracias a mí don tenía agua infinita.
-Nunca entenderé de dónde procede el agua, fuego, aire o tierra que creas, ¿cómo es posible?- preguntó curioso.
-Hay una teoría que se estudiaba cuando estaba de prácticas. Se decía que al igual que el universo se creó de la nada, ahora las personas que tenían poderes de creación, eran algo parecidas en cuanto a como creaban las cosas de su don. Se cree que la nada es capaz de crear algo siempre de alguna forma y utilizan el universo y los dones como los míos como sustento de la teoría- expliqué.