IX - En El Parque

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Justo después de salir del colegio, Max le hizo una llamada a su padre para avisarle que no lo esperara, diciendo que iría con un amigo al parque. Al terminarla, fue directamente por la ruta que había tomado junto con Dan y Azael hacia el parque días antes. Mientras tanto, en su cabeza seguía pensando sobre cuál sería el autor de la nota misteriosa. En mente tenía cuatro opciones principales:

1. Podría ser una broma de Dan o de Azael; sin embargo, él no creía que ellos hicieran algo así. Después de todo, la nota le había llegado de un lado, no de enfrente o de atrás.

2. Podría ser Rocky, nuevamente con otra trampa para hacerle cosquillas; sin embargo, parecía estar muy enfocado en su tarea para hacer eso. Aparte, su letra era ilegible en comparación con la de la hoja.

3. No creía que fuera Marshall; si él quisiera verlo, le habría mandado un mensaje por medio de WhatsApp en medio de la clase. No es de enviar notas.

4. La verdad es que la opción que más quería Max era que el autor de aquella nota se tratara de Sebastián. Ya habían pasado tiempo juntos hace unos días, y Max sentía que ambos se llevaban bien, pero no estaba seguro de si aquel agrado era mutuo.

Mientras reflexionaba sobre sus ideas, Max seguía caminando en dirección al parque. Era un día soleado y bastante cálido; el chico de cabello negro prefería mucho más el clima frío, pero tampoco le molestaba tanto el calor. Fantaseaba sobre recostarse bajo la sombra de un árbol.

Después de un par de minutos caminando, Max llegó finalmente al parque, respirando profundamente el aire fresco debido a la gran cantidad de árboles que se encontraban en él. Dió un par de pasos dentro; sin embargo, entonces fue consciente de la nota. Esta no indicaba en qué lugar se debían reunir, por lo que Max tenía un problema: no sabía a dónde ir ni tampoco a quién buscar.

Max giró su cabeza observando alrededor del parque, intentando ver algún rostro familiar. Sin embargo, no hubo suerte, así que, sin otra pista de a dónde ir, empezó a caminar por el parque, viendo a todos lados, esperando encontrar al autor de la nota.

Max empezó a caminar entre los árboles, observando los verdes arbustos que se encontraban ahí. Caminaba por un camino recto de concreto mientras seguía buscando al chico, pero no había suerte. Después de un rato de caminar, llegó a la fuente, el centro del parque; sería un lugar ideal para encontrarse con el autor. Sin embargo, esta no era la realidad; el parque se encontraba solitario, prácticamente vacío, solo con Max vagando por él.

Con los ojos cerrados, no era consciente del tiempo que pasaba ni de su entorno. Podía notar que el cielo se nublaba, pero esto solo lo hizo sentirse más relajado, así que en esa posición quedó dormido. Después de cinco minutos descansando contra aquel árbol, parecía que la nota había sido una falsa. Sin embargo, esto no era la realidad: un toque en el hombro de Max lo hizo despertar.

—¿Estás relajado, verdad?—preguntó aquella voz que inmediatamente pudo reconocer. Se trataba de Sebastián. Con una sonrisa en su rostro, su vestimenta era diferente a la que tenía en la escuela, ya que parecía estar usando un uniforme deportivo, con unos tacos de béisbol. Al verlo, Max se sonrojó de inmediato y quedó en shock, ahora sabiendo quién había sido el autor de la nota. Estaba demasiado feliz, pero no se lo esperaba.

—Ahora me doy cuenta de que fue un error no poner dónde nos debíamos ver, jaja. Lamento haberte hecho esperar tanto, aunque yo también estuve buscándote—soltó un suspiro mientras se quitaba su mochila y la dejaba a un lado de la de Max, sentándose en el suelo junto a él.

—N-no te preocupes, Sebas, pero, ¿por qué estás vestido así?—preguntó Max de forma curiosa mientras lo observaba.

—¡Oh! Bueno, en unas horas tengo un juego de béisbol; creo que no sabías que me gusta ese deporte—respondió Sebastián mientras miraba al rostro de Max.

Max: El Chico Nuevo del ColegioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora