XXIII - Durmiendo Juntos

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Sebastián gateó por la cama hasta llegar a los pies de Max, colocando en sus manos su humeante zapato izquierdo y entonces procedió a retirarlo cuidadosamente, repitiendo el mismo proceso con el zapato derecho y posteriormente continuando a retirarle sus apretados tines, dejándolos sobre él suelo mientras Max soltaba un suspiro de alivio, sintiendo el aire fresco en sus pies.

El hecho de sí Sebastián tenía o no un fetiche de pies en ese preciso momento no era importante, en ese momento sólo tenía ganas de disfrutar del cuerpo de su amado, de pies a cabeza. Colocó sus manos sobre las plantas de Max y les quitó las pelusas de tela que habían quedado debido a los tines, disfruto la sensación de suavidad en la piel de Max, ciertamente eran demasiado suaves y se sentían cálidos, Sebastián sé acercó un poco más y entonces le dió un beso a sus empeines, especialmente en cada dedo individualmente, al terminar de besar sus pies sé regreso para el cuerpo superior de su novio, ya que le había quitado los zapatos tenía más sencillo ir por los pantalones.

Todo lo que había ocurrido hasta esté momento finalmente estaba llegando a un resultado, toda la tensión que habíam acumulado ambos chicos estaba llegando al desenlace, ambos sé encontraban emocionados y en cierta parte nerviosos, jamás habían tenido un contacto tan íntimo cómo el que se avecinaban, tampoco tenían al 100% claros los gustos de la otra persona; ¿Qué tal si eso no le gusta?, ¿Qué tal si no quiere que sea tan atrevido?; Sé preguntaban ambos chicos al respecto, sin embargo ambos estabanlo suficientemente excitados para dejarse llevar, sabían que tenían el consentimiento del otro, por lo que en lugar de preocuparse por minúsculos detalles sólo sé dejaron llevar por sus instintos.

Sebastián sé acercó al pantalón de Max y comenzó a desabrochar el botón y el cierre de forma cuidadosa, Max no intervenía en lo más mínimo, sólo observaba en silencio, aunque en su expresión sé podía notar que el también estaba ansioso por quitarse el pantalón de una vez por todas. Cuándo las manos de Sebastián finalmente lograron desabotchar su pantalón; inmediatamente el miembro de Max salió, estando finalmente aliviado debido a lo apretado que se encontraba en aquel pantalón, claro aún tenía puesto el boxer pero ciertamente era mil veces más flexible que no lo incomodaba tanto.

—¿Ya sé siente más cómodo tu amigo? — Preguntó Sebastián con una sonrisa en su rostro, mientras observaba fijamente aquel bulto marcando su silueta en la ropa interior del contrario. Max sólo lo observó sonrojado pero asintió levemente.

Con Sebastián pasaba exactamente lo mismo, su erección lo estaba matando debido a lo apretado de su pantalón, porque en un segundo sé desabrochó el pantalón y entonces ambos chicos sé lo quitaron del todo, dejándolos caer al suelo.

Cada vez mostraban más piel sin embargo les faltaba la camisa, aunque esto con facilidad pudieron retirarlo, hasta que ambos chicos quedaron únicamente en boxers.

Ambos contemplaban el cuerpo del contrario, por un lado Sebastián lucía muy impresionados por los fuertes brazos de Max, con esos hombros anchos que tenía y lo fuerte que lucían sus tríceps, mientras que la atención de Max estaba enfocada en las piernas de Sebastián, estás lucían bastante definidas, con sus pantorrillas también grandes.

Max, sintiendo un impulso de excitación sé levanto de la cama, caminando en dirección a Sebastián y empujandolo hacia atrás, Sebastián lucía algo confundido pero queriendo ver a dónde llevaba todo esto obedeció a Max.

Finalmente la espalda de Sebastián choco contra una pared, estando acorralado por Max, el cuál sé acercó aún más al cuerpo de Sebastián, entonces acercó su rostro y con una de sus manos tomó su cabeza de la línea de la mandíbula, empezandolo a besar de forma muy apasionada la cuál Sebastián correspondía, sus cuerpos cubiertos en sudor y testosterona chocaban cada vez acercándose más, mientras sus erecciones cada vez sé sentían más y más duras, las manos de Sebastián todo este tiempo sé habían encontrado sobre la espalda de Max, aunque este último parecía querer aún más contacto.

Max: El Chico Nuevo del ColegioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora