X - Compañeros de Laboratorio

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Max se encontraba en clase. Después de lo que había sucedido ayer con Sebastián, estaba algo distraído, recordando aquel momento con cariño; no podía evitar amar a ese chico.

Dan y Azael lo observaban, sin tener idea de la actitud de Max, ya que él había mantenido aquel encuentro en secreto, aunque tenían sus dudas sobre su comportamiento.

—Psst... ¿Por qué tan sonriente, Max? Has estado así todo el día y no tengo ni idea de por qué. ¿Acaso ya le chupaste los pies a Sebastián? —susurró Azael lo más bajo posible para no interrumpir la clase de matemáticas que el profesor estaba explicando.

—No, no... No es nada, solo estaba recordando algo —respondió Max, también susurrando, mientras Dan escuchaba la conversación.

—¿Qué estabas recordando? —susurró Dan hacia los dos chicos de atrás. Sin embargo, la conversación entre los tres fue rápidamente interrumpida por el profesor de matemáticas.

—Hey, joven Max, lo veo un poco distraído —dijo el profesor, causando que todos los demás chicos se voltearan hacia Max, lo que le hizo sentir un poco apenado—. Así que supondré que usted ya conoce este tema. ¿Por qué no pasa y responde este problema?

Max miró un poco nervioso al profesor. No era malo en matemáticas, pero le dificultaba un poco el tema que estaban tocando. Sin embargo, al ver a Sebastián observándolo, supo que debía responder. Quería impresionarlo, así que tragó saliva, se levantó de su asiento, se acercó al pizarrón y observó más de cerca el problema.

⁹⁷

Σ ⁴

ⁿ ⁶²

Max medito por un momento mientras veía aquel ejercicio, sabía que no era para nada difícil, era apenas la introducción al tema, sin embargo sé sentía algo inseguro de cómo responder.

Max miro hacia atrás, viendo los rostros de sus amigos esperando a que respondiera de forma correcta, con Sebastián observandolo con una sonrisa, parecía confiar en Max.

Este impulso lo hizo regresar su rostro hacia el problema y entonces suspiro, sabía que de alguna forma eso debía tener algo similar con una suma normal,

97 y 62 serían los límites y el 4 sería el número del cuál se desea obtener la suma, empezando a sudar y ponerse algo nervioso volvió a voltearse, está vez viendo cómo Dan parecía estarle dando la respuesta al ejercicio, moviendo sus labios cómo si estuviera hablando, por lo que confiando en él empezó a escribir el número en el pizarrón.

– ¿144?, Estás en lo correcto Max, puedes ir a sentarte. – Respondió Mr Brent mientras se acercaba al pizarron seguir explicando, antes de regresar Dan había dado un vistazo a los pies de su profesor, causandole un poco de exitacion al darse cuenta que estaba usando unos zapatos de vestir y unos calcetines tan finos que sus tobillos se transparentaban, por lo que se imaginaba sus plantas también siendo visibles atraves de aquellos calcetines, fantaseando sobre la textura de sus pies y sobre su posible olor.

—Así que verán, chicos, estos ejercicios se resuelven de esta forma...

Max no le prestó atención y regresó a su asiento, feliz de haber respondido correctamente, aunque fuera gracias a uno de sus amigos.

—Oye, gracias, Dan —le dijo Max mientras le daba unas palmadas en la espalda.

—No te preocupes, jaja. Tuve que buscar la respuesta en Internet, pero me alegra haberte ayudado —sonrió, y luego se volvió a su lugar, mientras los tres chicos prestaban atención a la clase.

Después de unos minutos, sonó el timbre y la clase de matemáticas terminó, comenzando la de química. Sin embargo, Max se sintió extraño al ver a sus amigos levantarse.

Max: El Chico Nuevo del ColegioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora