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—¿Podemos salir hoy? — Ricky tomó la mano de Gyuvin llamando su atención.

Estaban en aquel lugar algo apartado, donde podían pasar los recesos lejos de Hanbin y sus quejas.

—En mi casa estaría bien. — susurró acercándose al mayor, quien lo miro confundido ya que la casa del menor era el primer lugar donde nunca se verían. —Hanbin comentó que tenía algo que hacer, así que no estará.

Ricky asintió no muy satisfecho y le dio un casto beso en la mejilla al más bajo, siguiendo con su almuerzo.

¿Hoy? — la voz del mayor resonaba por la bocina mientras iba de camino a casa. —Ya pasó la hora de su salida, ¿cómo voy a encontrarlo?

Le diré alguna excusa, tu solo dime dónde y tu lo mantienes ocupado por lo menos dos horas. ¿Por favor? — hizo un puchero aunque sabía el contrario no podía verle.

Bien. En el restaurante de siempre. — la llamada se corto y dejo de oír la respiración del mayor; sabía que Zhanghao no era alguien de muchas palabras, regularmente sus conversaciones terminaban después de unos cinco minutos, y no se quejaba, su amistad era de esa manera y estaban bien así, además de que sabía a Zhanghao no le gustaba dar demasiadas vueltas, quería ir al punto.

Suspiró, ahora tendría que pensar en algo para hacer salir a su hermano de casa.

—¿Seguri es aquí? — Hanbin tuvo que caminar varias cuadras, incluso tomar un taxi para llegar ahí, todo porque Gyuvin repentinamente se sintió mal y quería comida de ese local. —Bien, bien. No tardaré, si sucede algo llámame. — el menor soltó un bajo "mhm" y corto la llamada.

Hanbin entró al restaurante cuando escuchó un trueno y tomó un gran respiro. Esperaba que aquello de alguna forma mejorará su relación con Gyuvin, no quería seguir viéndole y recordar lo que le dijo en la fiesta. Aunque el menor no había mencionado nada, siquiera para disculparse, no podía culparlo completamente.

Estaba por pedir algo de comida cuando alguien le giro tomándolo del brazo y lo alejó de la fila.

—Hey, mucho tiempo sin vernos. — miro confundido al más alto, quien sonreía. No podía descifrar si era una sonrisa de burla o de sinceridad.

—Disculpa, ¿quién eres? — no quería sonar grosero, pero realmente no podía recordarlo.

—Soy Zhanghao, o el amigo "drogadicto" de Gyuvin. Como tu me llamaste. — sintió su rostro tornarse rojo y bajo la vista, sintiéndose avergonzado tras escuchar aquello.

—Perdón- Yo- No estaba pensando con claridad esa noche. — rasco su brazo y lo miró con pena. —Soy Hanbin, igualmente.

Hanbin quería pedir la comida e irse, no podía seguir manteniéndose firme ante aquel chico, no después de la desastrosa primera impresión que le había dado. De verdad que se sentía tan avergonzado que podría salir corriendo aún con la lluvia cayendo. Espera...

Giro su vista hacia la ventana y pudo ver como la lluvia aumentaba, incluso haciéndose difícil el divisar los locales de la otra calle. El chico a su lado permaneció en silencio unos segundos, hasta que pudo notar el pánico en su rostro y pareció entender por qué.

—¿No tienes auto? — cuestionó tomándolo por sorpresa. Hanbin negó. —Puedo llevarte si es que quieres.

—No, me iré yo solo. Esta bien. Gracias. — se dirigió a la caja y pidió lo que Gyuvin había encargado, sin poder despegar su vista de la calle empapandose cada vez más. Hizo una mueva.

La mujer encargada le dio su orden y él pagó. Cuando giro a ver el lugar, este parecía algo vacío, pero le sorprendió más no ver a Zhanghao, no sabiendo en qué momento se había ido.

Se oculto bajo la pequeña chaqueta que llevaba y salió del local, esperando encontrar algún taxi que le llevara de regreso a casa.

[ ¡ stop ! ]

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𝘀𝘁𝗼𝗽 - 𝗵𝗮𝗼𝗯𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora