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Nervioso no era una palabra suficiente para explicar como se sentía. Tenía el corazón en la boca y en cualquier momento lo vomitaba. Sus manos sudaban un poco y mojaban ligeramente los tallos del ramo de flores que llevaba.

Trató de acelerar el paso al darse cuenta que ya iba a ser hora de la clase y ni siquiera había llegado a la universidad.

No le dijo nada a sus amigos porque sabía que iba a estar mucho más nervioso. Ese día se resumía todo. Era el fin o el comienzo de algo hermoso.

Llegó a la universidad y corrió rápidamente hacia su pabellón, subió las escaleras y se arregló el cabello, ahora un poco despeinado, antes de entrar a la clase.

Su corazón latía tan rápido que podía oírlo claramente. Apenas puso un pie en la clase vio a George entregándole un ramo de flores a Gia para después abrazarla.

Una pequeña lágrima se escapó por el rabillo de su ojo y cuando intentó limpiarla, esa lágrima se convirtió en varias.

George dejó de abrazarla y volteó hacia la puerta trasera de la clase donde Dream seguía ahí parado. Dream al darse cuenta de eso, oculto su ramo y se dio media vuelta para salir de la clase.

George corrió y lo encontró sentado solo en las gradas. Aún había rastros de sus lágrimas que volvieron a aparecer cuando se sentó a su lado.

—Dreamie, ¿qué pasó?

Solo niega con la cabeza, mientras limpia sus lágrimas. Tenía un nudo en la garganta que le impedía hablar.

—¿Te rechazó? Realmente lo lamento. Esto fue mi culpa. No debí insistir en que te confieses —George pasa una mano por su espalda y la avaricia suavemente—. Tal vez no era el momento.

Le dolía verlo así. Le dolía tanto ver que estaba sufriendo por alguien más y no por él, porque él nunca haría nada que lo hiciera llorar. Porque George quería que Dream hubiera estado enamorado de él.

—Ven para acá —George se acerca un poco más a él y lo abraza, instantáneamente Dream empieza a sollozar—. Encontrarás a alguien con quien tus sentimientos sean recíprocos. No todo está perdido. Eres muy joven aún y hay un montón de personas que se darán cuenta de lo hermoso de tu corazón.

—Lo dices porque seguro te fue muy bien con la persona que te gustaba.

—Yo no diría eso... pero no importa. ¿Quieres saltarte la clase? No creo que nos vaya mal solo por faltar a una clase.

—No quiero causarte molestias.

—La verdad es que no quería venir a clases hoy.

George se separa del abrazo y se levanta. Estira su mano para que Dream la tome y lo hace después de limpiar sus lágrimas con el dorso de su mano.

Las manos de Dream son más grandes que las suyas. Son tan suaves y bonitas al igual que su personalidad y el hermoso corazón que tiene. No puede creer como aquel chico lo había rechazado, porque él no podría hacerlo. No podría tener el valor de romper su corazón.

—¿Te has dado cuenta que algunas personas son tan puras que se siente completamente incorrecto lastimarlas?

—No creo que haya alguna forma en la que lastimar a alguien se sienta correcto.

—Desde mi perspectiva algunas personas si merecen ser "lastimadas" por sus malas acciones, pero no es el punto. Por ejemplo, los animales son tan puros y tan inocentes, que si lastimas a uno aunque sea de forma accidental sientes un gran dolor en ti.

—Incluso cuando hacen algo malo accidentalmente no se siente correcto ni siquiera regalarlos.

—Me plantea muchos dilemas, aun así prefiero tomar la otra bifurcacion. Me pregunto como será la mirada de los peces en el océano, he leído mucho de que aun vivos sus miradas se sienten exanimes, los caballos e incluso los gatos se sienten tan curiosos e ilusionados, es muy tierno.

—Tal vez sería más feliz como un animal.

—O tal vez el mundo sería más feliz si las personas buenas recibieran cosas buenas.

George aprieta su mano con la de Dream para llamar su atención.

—Ese chico no te merecía. Aunque bueno... tampoco es como que podamos obligar a alguien a amarnos no.

Lo que George no sabía es que ese chico era él, que él había roto su corazón y ni siquiera se había percatado de ello.

—¿Alguna vez te han roto el corazón? —pregunta Dream.

—Creo que nadie más que yo me ha roto el corazón. Muchas veces soy muy iluso y pinto estrellas donde no las hay. Me decepciono por crear grandes expectativas en las personas, cuando sé perfectamente que el ser humano es imperfecto. Así que no podría culpar a alguien de romper mi corazón por no ser tal como lo idealicé.

Entonces las horas pasan y ellos se quedan hablando en una de las plazas del campus, mientras acarician el césped hasta que su clase acaba y cada uno vuelve con sus amigos.

—Nos vemos, Dream —George le da un beso en la mejilla y corre junto a Gia.

—Hasta luego, George —dice a la vez que va con Karl y Sapnap.

Entonces cada quien toma su camino como si nunca se hubieran cruzado.

George espera hasta estar lo suficientemente lejos para no verlo ni oírlo.

—¿Y qué tal te fue? —le pregunta Gia.

—El chico que le gustaba lo rechazó, así que no pude hacer nada más que consolarlo.

—Oh, no. Pobrecito. Estaba segura que gustaba de ti.

—Yo también lo creí. Ni siquiera pude decirle que a mí me gustaba. No podía hacerlo sentir peor por no corresponder mis sentimientos. ¿Por qué la vida es así?

—No lo sé... ¿Te dijo quién era el chico?

—No. Tampoco le quise preguntar. Es extraño. Nunca lo he visto con nadie más que sus dos amigos.

—Tal vez no lo conocías lo suficiente.

—Supongo que tienes razón.

—¿Y qué harás con el otro ramo? —le dice a la vez que le enseña los dos ramos que tenía.

—Puedes quedártelo como regalo de cumpleaños doble.

—Gracias y lamento que no haya salido bien. ¿Vendrás a mi fiesta de cumpleaños más tarde?

—Obviamente que no puedo faltar. Me hará bien desconectarme un poco.

Too Sweet [DreamNotFound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora