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La primera vez que vio a George ni siquiera sabía su nombre. No le había prestado la atención suficiente como para pensar en él después de verlo en una de sus clases. Lo único que pensó cuando lo vio esa primera vez fue "ese tipo es raro".

George era tan delgado, su cabello era un poco más largo que el suyo en ese momento, sus ojos tan oscuros y con un aura tan tranquila. Sus pasos eran firmes y calculadores. Era espeluznante ver a alguien así.

Pasó un año hasta que volvió a verlo. Esta vez se miraba diferente. Seguía siendo tan delgado como antes, su cabello seguía del mismo largo que la primera vez que lo vio, pero había algo en sus ojos, una dulzura, un brillo de curiosidad, de saberlo todo. Sus pasos seguían siendo firmes y más confiados.

Habían coincidido nuevamente en una clase después de tantos meses. Ambos eran estudiantes de programación, George era un año mayor que él y lo supo al descubrir que su grupo de amigos eran también repitentes en ese curso. Observarlo durante las clases se había vuelto su pasatiempo favorito.

Algo en su cuerpo se agitó cuando lo escuchó hablar, su voz tan suave, tan tranquila. Cada vez que escuchaba su voz al escucharlo exponer o cuando participaba —George era una persona muy participativa y no le sorprendía que todos los docentes ya se supieran su nombre— se sentía como caer sobre nubes de malvavisco. Sus ojos se posaban en sus labios y se quedaba embobado en cómo estos se movían. No solo le sorprendía lo hermosa que era su voz, sino lo inteligente que era. Su vocabulario era exquisito y su forma de expresarse siempre tan educada lo apuñalaba una y otra vez.

Durante semanas se negaba a creer que George podría gustarle o siquiera interesarle. Tal vez su pensamiento más cercano es que lo quería tener como amigo.

No fue hasta que un día escuchó a sus amigos hablar demasiado durante la clase al igual que la mayoría de estudiantes en ese momento. Les habían dejado una práctica grupal, por lo que la mayoría hablaba de eso, menos sus amigos.

—¿Quién es? —escuchó a Sapnap preguntarle a Karl.

—No te voy a decir.

—¿Está en esta clase?

Dream andaba tan ocupado en terminar la práctica sin ayuda de sus amigos que apenas prestaba atención a la conversación de sus amigos.

—Puede ser —admitió Karl avergonzado, con las mejillas tan rojas que le hacían competencia al más rojo tomate.

—Contando desde la puerta hasta la ventana, ¿en qué columna está sentado?

—No voy a decirte.

—¿Se siente adelante o atrás?

—Más adelante que atrás.

—¿De qué están hablando? —pregunta Dream, un poco más interesado en la conversación de esos dos.

—A Karl le gusta alguien de la clase.

Karl le tapa la boca de Sapnap.

—Pero no lo digas tan alto o podría oírte.

—Ni siquiera me has dicho quién es.

—Es el chico que está sentado allí adelante. El de cabello oscuro y ondulado.

—¿El de piel pálida?

—Sí.

—¿Te gusta George?

Karl le vuelve a tapar la boca con la mano a Sapnap.

Dream enarca una ceja viendo a sus amigos en especial a Karl con curiosidad.

—No es tu tipo. Parece un twink —dice Dream con desagrado.

—También me gustan así.

No debería sorprenderle que no fuera él único al que le causara curiosidad. George llamaba tanto la atención sin darse cuenta. Eso le molestaba. George era su secreto y que uno de sus amigos se haya fijado en él también lo hacía más difícil y a la vez tan fácil. Al menos ahora sabía que quería algo con George, no solo mirarlo durante las clases, sino descubrir quién era y si era tal cual como se lo había imaginado.

—¿Has hablado con él? —le pregunta Dream a Karl.

—Quisiera hablar con él, pero me da vergüenza.

—Es lo mismo que hablar conmigo o con Sapnap.

—No lo es. No quiero darle una mala impresión.

Él tampoco. Por eso lo había estado observando tanto. Tratando de descubrir sus intereses, tratando de leer sus pensamientos y tratando de saber si esa faceta que mostraba a todos era real. Sin embargo, nunca podría conocerlo si no hablaba con él.

Al llegar a su departamento fue directamente a su computador y entró al grupo de WhatsApp que compartían todos los de esa clase. Revisó cada perfil hasta encontrar el de George, no tenía ni siquiera una foto suya, sino la de un gato que supuso debía ser suyo. Estaba seguro que era él, ya que no había otro George en su clase.

Rápidamente lo agendó antes de pensar en qué debía escribirle sin parecer alguien raro, aunque si lo fuera. Tal vez había juzgado a George mal y el raro siempre había sido él. Finalmente fue por la segura, preguntar algo de la clase.

George

Hola! :D Vamos a la misma clase de Diseño y Desarrollo de Software

Me preguntaba si de casualidad sabías si la práctica grupal se entregaba antes de la siguiente clase o la próxima semana

Pasó horas esperando alguna respuesta. Ya no tenía otra clase aparte de esa en el día, por lo que solo le tocaba esperar y esperar a que respondiera.

Cuando ya estaba por dormirse le llega un mensaje y el sueño casi se le quita cuando ve de quién se trata.

George

¡Hola! Disculpa por responder tan tarde. El docente dijo que teníamos plazo hasta la próxima semana.

Muchas gracias! :]

Después de eso George lo deja en visto. Aunque es lo de menos. Está tan emocionado de haber recibido un mensaje suyo que ya puede imaginarse la historia de amor más romántica jamás contada. Da vueltas sobre su cama viendo ese mensaje una y otra vez. Mierda. Estaba perdido.

Too Sweet [DreamNotFound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora