Capítulo 27: El comienzo de un fin

68 3 2
                                    

Era inicio de la primavera en Lakewood, el día era perfecto para una boda.

Annie y Archie lo habían decidido así, pues con todas las fiestas decembrinas y algunos problemas que habían estado atravesando los demás miembros de la familia Ardley, los planes de la boda se habían aplazado un poco. Archie aún no concluía sus estudios pero no quería esperar un momento más para poder desposar a su querida novia. Por el contrario Annie no tenía prisa alguna, sólo que su madre no pensaba igual, pues los rumores circulaban, sobre todo dentro de la misma familia, que ya llevaban más de 3 años comprometidos y que tal vez el joven Ardley no quería contraer matrimonio. Pero eso se había terminado por fin.

Muy pocos miembros de la familia sabían el cariño (y tal vez obsesión) que sentía Archibald por Candy, que a ésta última ya no le pasaba por la mente, ni le incomodaba saber aquel detalle. Archie prácticamente se había dado cuenta de que realmente debía estar con Annie cuando se fue a estudiar leyes y sentía la presencia de la joven un poco distante. Candy no era para él, una chica demasiado libre para sus necesidades, era un no y no era porque no le agradaba eso, sino porque se dio cuenta de que realmente no necesitaba una mujer como Candy a su lado, él quería atención, amor y sólo pudo ver eso en Annie, sonaba egoísta y un tanto machista pero Annie lo amaba así, y él a ella, así que no importó para nada, eran el uno para el otro.

El día era caluroso, pero no importaba, los pajaritos cantaban y el olor a las rosas de Anthony invadían el lugar en donde se iba a llegar a cabo la boda. Y todos los invitados estaban ya tomando sus respectivos lugares. Archie y Candy habían optado usar el portal de las rosas para que Annie pasara por ahí, el altar se había colocado un poco más adelante. Se decidió de esta manera pues era un bonito recuerdo de sus queridos primos, pues Archie había colocado dos pequeñas fotografías de su hermano Stear y una de Anthony, cerca del portal pues para él era cómo si estuvieran acompañándolo a dar ese siguiente paso.

Candy miró esto y sólo pudo soltar unas pocas lagrimas de felicidad y de mucha nostalgia. Archie se paró a su lado y la abrazo por encima de los hombros como consuélelo, y él también se había limpiado unas pocas lagrimas.

— Nunca me había puesto a pensar en qué este día iba a estar sin ellos. — Dijo Archie soltando un suspiro al final.

Candy miraba las fotos y el portal. Luego volteó a ver a Archie y le regaló una sonrisa muy grande.

— Ni yo, pero estoy segura que donde quiera que estén, están felices por los dos. Sobre todo Stear, está muy orgulloso de lo mucho que has crecido — Lo animó Candy.

— Gracias Candy — Dijo Archie luego hizo una pausa — Los extraño mucho, aunque nunca lo diga.

— Yo también. Pero me alegra saber y estar aquí contigo porque sé que haz luchado contra eso, no es fácil.

— No, no lo es — Archie se llevó las manos a la cara para limpiarse unas ultimas lagrimas. — Debemos continuar.

Candy soltó una risita.

— Sí, Annie no tarda en llegar.

— ¡Candy! ¡Archie! — Saludó Albert quien justo llegaba.

Albert y la tía abuela Elroy habían llegado en una limosina, ya que la tía abuela había estado fuera esos días, y Albert se había tomado la molestia de ir por ella hasta la estación de trenes.

— Albert — Saludó Candy colocando un tierno beso en la mejilla del joven. — Tia abuela, bienvenida. Me da mucho gusto saber que está bien.

La tía abuela sólo hizo una mueca y después de pensarlo un buen rato, y si no hubiera sido por el apretón que le había dado Albert, no hubiera dicho nada.

Eres mi amor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora