Terry se preguntaba qué estaba haciendo en ese momento, según él había tomado vacaciones para reencontrarse con Candy, cuando se prometió a si mismo recuperarla, ahora estaba de regreso a New York con la desdicha en el corazón, pues aunque no era una despedida como tal, no se sentía lo suficientemente cerca de Candy, ya que no habían pasado mucho tiempo como él esperaba.
Se sentía sumamente triste, de nuevo, y como siempre culpaba a Susana de sus desgracias.
Mientras tanto Candy se encontraba en el Hogar de Pony junto con Annie, ambas preparaban un desayuno para los chicos del hogar. Annie veía cómo su amiga ponía todo su corazón en hacer las cosas, y creía que era más para no pensar en todo lo que estaba pasando, pero la dejó ser, no debía preguntar qué era lo tenía pues ya sabía exactamente qué, sólo que de vez en cuando Candy dejaba mostrar una sonrisa.
No era tan malo después de todo, Terry resolvería todo, pero Candy tampoco estaba tan segura de sus sentimientos, ¿qué pasaría después de que Terry hablara con Susana? ¿Realmente se resolvería todo?. Muchas preguntas rondaban por su mente, y qué debía hacer ella, no podía hacer mucho estando lejos.
Tanta era su desesperación y éxtasis que sentía en ese momento que habló con Annie y sus dos madres, claramente la decisión había sido tomada por ella misma, sólo que debía avisar a alguien que ella iba ir tras Terry.
¿Dejarlo irse de nuevo? No.
Candy tenía un poco de dinero ahorrado, para que lo que fuera que se necesítese en ese momento y no desaprovechó la decisión que había tomado tan de repente para gastarlo, entonces se encaminó junto con Annie a la estación de trenes, si mal no le iba llegaría unas horas después de Terry.
—¿Qué pasará si alguien más se entera? — Preguntó Annie temerosa como siempre.
—Tienen que enterarse, no creo volver para antes de la fiesta de año nuevo, la tía abuela ya debe estar en camino; y Albert... bueno, no importa, siempre termino en problemas.
—Candy, cuídate mucho, espero verte pronto —Se despidió Annie dándole un abrazo y un beso en la mejilla.
La rubia entró al vagón de tren y se despidió de Annie con la mano y gritando con un fuerte "adiós, nos vemos pronto, Annie".
Ambas chicas iban con el corazón contento, sabían que era un acto de amor y eso era lo importante. Sólo que Annie se sentía con la responsabilidad de avisar a la familia Ardley, y era mucho peso para ella sola, ya que siempre había sido una miedosa.
Su prometido Archie estaba por terminar su carrera de leyes así que era poco habitual verlo en casa; para Annie, los que le preocupaban más eran él y la tía abuela. Sabía que iban a pensar cualquier estupidez para cuestionar a Candy.
Y como la rubia ya sabía que la tía abuela iba a llegar en cualquier momento a Lakewood, todo para la fiesta de año nuevo que iba a dar, Annie se veía en la penosa necesidad de ir a visitarla en cuanto llegara.
Faltaban al menos dos días para la fiesta, y la anciana como siempre tenía que tener todo el perfectas condiciones, siempre tenía que lucirse y en cuanto llegó a la mansión de los Ardley las ordenes no se hicieron faltar.
Archie ya estaba ahí por que fue él quien llegó por ella a la estación, y Annie, con una cara de angustiada llegó inesperadamente; su sorpresa fue tal cuando vio que de nuevo los hermanos Legan habían llegado con ella, según Annie ellos ya no debían estar ahí, ya que sus padres no iban a pasar año nuevo en Lakewood.
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Eres mi amor eterno
RomanceDespués de que Candy regresara a la mansión de Lakewood, Albert se percata de que la pecosa no es muy feliz del todo. Él trata de animarla dejándola vivir a su manera, pero no funciona. Candy sólo esconde su tristeza y trata de complacer a todos con...