Capítulo 23: Tengo que volver

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Después de la fiesta de navidad y más días después, Candy había vuelto a trabajar a la clínica Feliz, junto con el Doctor Martin a quien ya veía un poco recuperado de su adicción al alcohol, había pensado que dejarlo solo por un buen rato era su mejor medicina, ya que lo tenía sumamente distraído, así que por esa parte estaba muy feliz de que sus vacaciones al menos hayan tenido algo de provecho y no solo para ella.

Luego de tomar su doble turno, ni cuenta se había dado de que Albert, nuevamente había desaparecido, sin dejar una nota, ni un mensaje dicho a los sirvientes, nada.

La tía abuela, para esos días ya se había regresado a Chicago junto con los hermanos Legan; y Letty y Karen habían decidido quedarse el resto de sus vacaciones en Lakewood, para Candy no era ninguna molestia, pero luego de llegar del trabajo no era la mejor idea ir a verlas y ponerse al tanto de "los chismes" de la alta sociedad, era demasiado cansado hablar de otra gente y además aburrido.

A Candy le intrigaba más la idea de que no sabía en dónde se encontraba Albert de nuevo, ya que según ella, no tendría nada que hacer fuera del país o al menos del estado, se sentía algo triste ya que sentía que le estaba ocultando algo, porque si hubiera sido por negocios, al menos un mensaje hubiera dejado.

—Oh, ahí estás Candy — le dijo Karen, quien salía del comedor principal.

Candy estaba apunto de subir las escaleras para poder ir a su dormitorio a descansar un poco, así que sólo soltó un suspiro lleno de fastidio, tuvo que contener sus ganas de salir corriendo y sólo le sonrió.

—Ah, Hola Karen... como sabes acabo de llegar del trabajo — Candy estiró los brazos para mostrarle a la actriz cuán cansada se encontraba.

—Lo sé, pero dado que hoy tienes la tarde libre pensé en que podías acompañarnos a las chicas y a mi a una tarde de spa. — Dijo la joven actriz tratando de persuadirla.

—Tuve una noche muy cansada, solo quiero dormir un rato, quizá las alcance más tarde — Candy no dijo más y se echó escaleras arriba para no poder ver la cara de decepción de su amiga.

Karen abrió la boca de sorpresa, nunca había conocido a una chica que se preocupara más por su trabajo que por ella misma, pero como dicen siempre hay una primera vez. Ella al parecer también estaba un poco decepcionada de sus vacaciones "inesperadas" en Lakewood, porque todos sus planes para seducir a Albert se habían ido todas al carajo, pues el susodicho no se aparecía para nada en la mansión, y otra cosa, su nueva amiga Candy tampoco estaba interesada en las mismas cosas que ella, no le quedaba de otra más que estar con Letty que cada vez se le hacía más fastidiosa porque hablaba todo el día de lo guapo que era Edward Foster, y sus nuevas amigas Annie y Patty no hablan mucho.

Era un verdadero martirio, pero prefirió eso y quedarse un poco más a pasar las navidades en compañía de su aburrido tío. Hacer algo diferente no le hacia daño.

Así que las cuatro chicas, se fueron directo al spa privado que tenía Annie en su mansión de Lakewood, tenían esa tarde libre todas, ya que Archie tenía que volver a la escuela para poder terminar con sus tramites de titulación y Edward se ofreció a acompañarlo, ya que no era mucha tarea por hacer.

Por otro lado, Candy cayó rendida en su cama que ni tiempo tuvo de quitarse las botas, en ese tiempo, según ella, se sentía más realizada ya que no estaba Dorothy merodeando para ver que más le hacía falta, como si Candy fuera una mujer de alta sociedad.

El día trascendió de lo más normal, al menos para las demás chicas, ellas estaban hablando de los planes de la boda de Annie, que para ese tiempo ya solo faltaba un mes, la joven morena cada que hablaba se le llenaban los ojos de un brillo muy característico de las típicas novias emocionadas.

Eres mi amor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora