Capítulo 16: La desdichada

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El día 24 de diciembre de aquel año, el tercer año donde aún se seguía hablando de la guerra, y que el único día que se supone que debía ser feliz, muchas de las personas sólo tomaban periódicos para leer las terribles noticias que por ahí circulaban, muchos de ellos sólo para leer los nombres de las personas que habían muerto en combate, tales decepciones hacían que otro porcentaje de personas solo leyera la secciones de espectáculos y otras noticias menos fuertes.

Ese día había una publicación que llamó la atención de muchos, por lo menos se habían olvidado por completo de la guerra por un momento, ya que en ella se mencionaba la aparatosa separación de Terrence Grandchester y Susana Marlowe.

Terry estaba sentado en la estación de trenes, vestido de manera en la que no lo pudieran reconocer; por alguna extraña razón había comprado, por primera vez en tres años, un periódico, sabía que la noticia de ese día en la mañana iba a estar hablando de él, y tenía toda la razón.

Sintiendo el sabor de la bilis en su boca, Terry leía la pequeña pero escandalosa nota, al recordar todo lo ocurrido esa noche de la separación sólo pudo hacer una mueca de disgusto. Todo lo escrito ahí, eran las palabras de la madre de Susana, es por eso que dejo en evidencia su coraje, y por esa misma razón se encontraba en la estación de trenes. No tenía ningún motivo por el cual seguir viviendo en la casa de las Marlowe, y en cuanto pudo salió de ahí.

La noche anterior a noche buena, Terry llegó a media noche a la casa de Susana, la cual lo esperaba con ansias en la recepción, al verlo, ella se llenó de emoción y sus ojos comenzaron a derramar unas pequeñas lagrimas, lo cual a Terry saco de sus pensamientos.

— Bienvenido — Saludó ella con una sonrisa llena de esperanza.

Terry torció la boca.

— Hola, Susy — Devolvió el saludo sin ganas, dejando sus cosas a un costado de él, después se sacudió la nieve.

— ¿Cómo ha estado tu viaje? — Preguntó con curiosidad.

— Bastante cansado...

Hubo un silenció, ya que Terry no parecía la misma persona que se había ido a Florida, Susana tenia un mal presentimiento acerca de su comportamiento. Siempre había tenido esa inseguridad en ella desde que Terry había decidido quedarse con ella, y esa noche se había intensificado. De un momento a otro Susana, se había puesto como una histérica.

— Estuviste con alguien más, ¿no es así? — Quiso saber ella entre lagrimas.

— Estás loca, Susana — Contestó él con despreció.

— Eso soy para ti, una loca, pero por desgracia tú decidiste estar con ella, ahora vas a tener que soportar esto — Gritó ella con desesperación.

— ¡Susana! ¡Basta! No quiero discutir más — Comenzó a decir Terry con una octava de voz más alta — Estoy harto de esto, Susy, no puedo seguir con esto.

Terry se veía derrotado, y no quería ser grosero con ella pero simplemente, ella no cooperaba mucho.

— ¿Qué quieres decir con esto, Terry? — Preguntó con un hilo de voz, ya que si hablaba un poco más fuerte ésta se le quebraría.

— Que no puedo seguir así. Yo me he decidido a dejarte ir... — Terry esperó respuesta.

Susana estaba atónita, se puso las manos en la cara para que no pudiera verle el rostro, estaba sumamente avergonzada por todo lo que había dicho, y por todo lo que había hecho, pero aún no sacaba todo ese veneno, entonces comenzó a escupir palabras:

Eres mi amor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora