La luz de la mañana se filtraba suavemente por las cortinas del apartamento, bañando el lugar en una cálida penumbra. Minghao aún sentía el calor del cuerpo de Junhui a su lado, y aunque no quería moverse, sabía que tendrían que levantarse pronto. Se acurrucó un poco más contra él, disfrutando de los últimos momentos de quietud antes de que el día comenzara.
Pero justo cuando estaba a punto de volver a cerrar los ojos, escuchó unos golpes suaves en la puerta. Junhui gruñó ligeramente, removiéndose en la cama, pero no hizo el esfuerzo de levantarse de inmediato.
—Debe ser Chan —murmuró, estirándose y soltando un suspiro—. Siempre olvida las llaves. ¿Podrías abrir mientras yo preparo el desayuno?
Minghao asintió perezosamente, aún medio adormilado. Se levantó de la cama, agarrando unos bóxers rápidamente y una de las camisas de dormir de Junhui, que le quedaba un poco grande pero era cómoda. Caminó hacia la puerta, rascándose la nuca y preguntándose a donde había ido Chan tan temprano.
Al abrir la puerta, lo que vio lo sorprendió. No era Chan. Frente a él, con una expresión que dejaba claro que no esperaba verlo, estaba Wonwoo, sosteniendo una transportadora con un gato negro dentro. Minghao parpadeó, incómodo bajo la mirada intensa de Wonwoo, quien lo observaba de arriba a abajo con el ceño fruncido.
—Hola… —Minghao murmuró, rompiendo el silencio incómodo—. ¿Junhui está esperando que vengas?
Wonwoo, aún con la misma expresión, se aclaró la garganta, como si intentara procesar la situación. No había esperado encontrar a alguien más en el apartamento de Junhui, y mucho menos ver que ese "alguien" estaba claramente viviendo allí. O, al menos, eso parecía.
—No sabía que Junhui tenía… compañía —respondió Wonwoo con un tono frío, su mirada recorriendo la figura de Minghao, que seguía usando la camisa de dormir de Junhui, lo cual hacía aún más evidente la relación que compartían.
Minghao sintió una incomodidad creciente. No conocía bien a Wonwoo, pero había escuchado lo suficiente de Junhui para saber que su relación con él no había terminado de la mejor manera. Además, la presencia de Wonwoo parecía traer una atmósfera pesada, como si algo no estuviera del todo bien entre ellos.
Antes de que pudiera decir algo más, Junhui apareció en la puerta de la cocina, secándose las manos con un paño.
—Oh, Wonwoo —dijo, con una sonrisa forzada—. No esperaba verte tan temprano.
Minghao se quedó de pie junto a la puerta, observando cómo el gato negro se movía ligeramente dentro de la transportadora. Su corazón latía con nerviosismo, y no era por el gato, sino por la figura de Wonwoo, que seguía inmóvil en el umbral.
Wonwoo miraba fijamente a Minghao, como si estuviera procesando lo que veía. Minghao, con la camisa de dormir de Jun, apenas abotonada, y sus boxers, le daba una imagen clara de lo que había sucedido la noche anterior, y probablemente muchas noches antes de esa.
—Tampoco esperaba encontrar a alguien aquí —respondió Wonwoo finalmente, su tono neutral pero con un trasfondo de incomodidad.
—Wonwoo, ¿qué haces aquí? —preguntó Jun, su tono educado pero cargado de la misma sorpresa.
Wonwoo alzó ligeramente la transportadora y dijo con sencillez, aunque había una clara tensión en su voz:
—Traje a Woonie. Dijiste que vendrías a verlo, pero pensé que quizás te gustaría tenerlo aquí de una vez. Parecía que necesitaba un poco de atención.
Junhui parpadeó, claramente confundido por la inesperada visita, pero algo en la expresión de Wonwoo lo hizo fruncir ligeramente el ceño. Había más que un simple deseo de traer al gato de vuelta. Esto era una excusa, una forma de ver a Junhui, tal vez de entender qué estaba pasando en su vida ahora.
Jun suspiró y se acercó a la transportadora, inclinándose para mirar al gato que, en su pereza mañanera, apenas levantó la cabeza para verlos.
—¿No pudiste esperar? Te dije que iría a verlo pronto —comentó Jun, suavizando un poco su tono.
—No pensé que esto pudiera esperar —respondió Wonwoo, aunque ambos sabían que el gato no era la verdadera razón de su visita.
Minghao, incómodo con la situación, dio un paso atrás claramente percibiendo la tensión entre los dos. No hacía falta ser un genio para entender que había historia entre ellos, una historia que aún no estaba completamente enterrada.
—Voy a la cocina —dijo Minghao, apartándose de la conversación—. Les dejo que hablen.
Cuando Minghao se alejó, Junhui observó a Wonwoo fijamente, cruzando los brazos sobre el pecho, como si se preparara para una conversación difícil. El ambiente entre ellos era denso, lleno de palabras no dichas.
—¿Entonces...? —comenzó Jun, intentando romper el silencio.
—No sabía que tenías a alguien viviendo contigo —interrumpió Wonwoo, sin rodeos.
Junhui parpadeó, claramente sorprendido por la afirmación.
—Minghao no vive aquí. Solo... pasa tiempo conmigo —respondió eligiendo cuidadosamente sus palabras.
Wonwoo lo observó con una mezcla de sorpresa y algo más que Junhui no podía descifrar. Quizás era decepción, quizás era dolor. Aunque había sido Wonwoo quien decidió terminar la relación, verlo a él con alguien más lo golpeaba de una manera que no esperaba.
—No sabía que habías seguido adelante tan rápido —murmuró Wonwoo, su voz más suave esta vez, pero aún llena de una especie de resentimiento latente.
Junhui suspiró, cansado de esa conversación que no quería tener.
—No fue rápido —respondió con calma—. Fue difícil, y lo sabes. Pero tú querías espacio, y te lo di. No puedes estar molesto porque encontré una forma de seguir adelante.
Wonwoo no respondió de inmediato. Sus ojos se desviaron hacia la cocina, donde podía escuchar a Minghao moviéndose, claramente tratando de mantener su distancia mientras los dos hablaban.
—Woonie era nuestro gato —dijo Wonwoo finalmente, cambiando de tema, pero aún aferrado a los recuerdos que compartían—. Pensé que podríamos... no sé, seguir siendo amigos al menos.
Junhui lo miró por un momento, sintiendo un nudo formarse en su pecho. La verdad era que no había sido fácil dejar atrás lo que tenía con Wonwoo, y verlo ahora, trayendo al gato como una especie de puente entre ellos, le recordaba todo lo que habían perdido.
—Podemos ser amigos, Wonwoo —dijo finalmente, su voz suave pero firme—. Pero tienes que entender que las cosas han cambiado. Ya no somos los mismos.
Wonwoo asintió lentamente, aunque no parecía convencido del todo. Se inclinó y abrió la transportadora, dejando que el gato negro saliera y se estirara perezosamente sobre el suelo. Luego se levantó, mirando a Junhui una última vez antes de dirigirse hacia la puerta.
—Cuidalo bien —dijo Wonwoo, refiriéndose al gato, pero ambos sabían que también se refería a algo más.
Junhui asintió, observando cómo Wonwoo salía por la puerta y la cerraba detrás de él. El silencio que siguió fue pesado, y Junhui se quedó de pie por un momento, procesando lo que acababa de suceder.
Desde la cocina, Minghao asomó la cabeza, observando a Junhui con curiosidad y algo de preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó en voz baja.
Junhui lo miró y, por un momento, se permitió sonreír suavemente.
—Sí —respondió—. Todo está bien.
Pero mientras Woonie se frotaba contra sus piernas, Junhui no pudo evitar sentir que algo del pasado aún no estaba completamente cerrado.
---
Uyuyuy mi Wonwoo😭
