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En el club, Jihoon estaba en el vestidor, sus ojos lanzando destellos de frustración mientras discutía acaloradamente con Soonyoung. La conversación había escalado tras un incidente incómodo: un cliente nuevo había tocado el trasero de Jihoon, y Soonyoung, en un arrebato de celos, había espantado al hombre.

—¡No puedes hacer eso, Soonyoung! —exclamó, cruzando los brazos con desdén. —Ese cliente se fue espantado. ¡Él no sabe cómo operamos aquí! No sabe que no somos solo cuerpos esperando ser tocados. Este es un trabajo, y no sabía tenemos nuestras reglas.

Soonyoung, aún con el ceño fruncido, intentaba justificar su comportamiento. —Pero Jihoon, era demasiado atrevido. Nadie debería tocarte así sin tu consentimiento. Estaba protegiéndote.

—¿Protegiéndome? Lo único que lograste fue asustar a un cliente que no sabía cómo funcionaba esto. ¡No me digas que no entiendes eso! —respondió Jihoon, su voz llena de frustración. Había estado intentando seguir las reglas del club y proteger a los nuevos chicos que llegaban, pero Soonyoung parecía ignorar todo eso.

—Solo quería asegurarme de que no te pasara nada malo. Pero está bien, lo siento. No sabía que era un cliente nuevo y que no conocía las normas —admitió Soonyoung, aunque su mirada aún reflejaba celos.

A medida que pasaba el tiempo, había comenzado a relajarse respecto a Mingyu, ya que era uno de los mejores clientes de su novio, y solo a veces permitía que tuviera privados con Jihoon.

Salieron del vestidor y justo la puerta del club se abrió y, por fin, Mingyu entró, iluminando el lugar con su presencia. Jihoon sintió una mezcla de alivio y ansiedad. No sabía cómo Mingyu respondería a su estado de ánimo actual, pero había algo en él que le hacía querer dejar de lado su frustración por un rato.

Mientras Mingyu caminaba hacia la barra, Soonyoung no pudo evitar sonreír, olvidándose momentáneamente de su pelea con Jihoon. —Mira quién ha llegado. Tu salvación, Jihoon. ¿Vas a aprovecharlo o seguirás enojado?

Jihoon se mordió el labio, intentando ignorar la picardía de Soonyoung. Se acercó a Mingyu con una sonrisa forzada, pero la mirada en sus ojos mostraba un interés genuino. —Hey, ¿estás aquí para verme?

Mingyu sonrió, sus ojos brillando. —Claro que sí. La verdad es que he estado esperando verte. ¿Cómo has estado?

—Estuve mejor antes de que Soonyoung decidiera asustar a nuestros clientes. —respondió Jihoon, lanzando una mirada de reojo a su novio.

Mingyu rió, pero rápidamente se volvió serio. —¿En serio? ¿Qué pasó?

—Solo un malentendido. Pero no es nada que no se pueda solucionar, —dijo, sintiendo que la frustración empezaba a desvanecerse. —Aunque… ahora que estás aquí, tal vez podrías ayudarme a animar el ambiente.

Mingyu levantó una ceja, intrigado. —¿Cómo?

Jihoon pensó por un momento. Tal vez, si Mingyu estaba de buen humor, podría ofrecerle un servicio extra. Era algo que había querido hacer durante un tiempo, pero hasta ahora no se había atrevido. —¿Te gustaría tener un privado? Creo que hoy podríamos divertirnos un poco más.

Mingyu sonrió, su expresión iluminándose con emoción. —¿En serio? Me encantaría. Pero no quiero que te sientas presionado, Jihoon. Solo quiero que lo hagas si realmente quieres.

Jihoon sintió que la tensión en su pecho se desvanecía. —Sí, quiero. Solo quiero que te sientas bienvenido aquí, especialmente porque no has venido en días.

—Entonces, ¿vamos a la habitación privada? —preguntó Mingyu, acercándose un poco más a él, su voz llena de promesas.

—Vamos — dijo Jihoon, sintiendo que, a pesar de los problemas que había tenido, al menos esta noche podría disfrutar de algo más que solo su trabajo. Con Mingyu a su lado, quizás todo se sintiera un poco más ligero.

let me hold you [Junhao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora