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Minghao no podía dejar de maldecirse internamente mientras caminaba por las calles vacías, con la bufanda envuelta firmemente alrededor de su cuello. La brisa nocturna no ayudaba a su ya empeorado resfriado, y por primera vez en mucho tiempo, se sentía completamente fuera de control. Todo había empezado con un simple error: no le había pedido el número a Junhui.

Desde el momento en que lo dejó ir después de esa noche intensa, había pensado que algo más sucedería, que Jun buscaría la manera de verlo de nuevo. Pero mientras caminaba a casa, su mente no dejaba de girar en círculos sobre el mismo pensamiento: no tenían manera de contactarse. No tenía el número de Jun, y Jun tampoco tenía el suyo. Si por alguna razón volvía al club esta noche para verlo, no sabría que no estaba. Minghao resopló, frustrado consigo mismo.

Había llegado al trabajo esa noche con una ligera molestia en la garganta, pensando que podría ignorarla, pero Jisoo lo había notado de inmediato. Con la misma precisión que siempre, le había dado una mirada crítica y le había dicho con firmeza que no podía trabajar enfermo.

—Aquí no es lugar para contagiarnos unos a otros —le había dicho Jisoo, con esa mirada estricta que no dejaba espacio para discutir—. Vuelve cuando estés mejor.

Minghao no había tenido más remedio que aceptar. Jisoo era justo, pero también inflexible cuando se trataba de las reglas del club. Así que ahora, mientras caminaba hacia su apartamento, no podía dejar de pensar en lo que había hecho... o en lo que no había hecho.

¿Y si Jun venía a verlo esta noche y no lo encontraba allí? ¿Pensaría que Minghao había perdido el interés? ¿Que lo que sucedió entre ellos no significaba nada? El pensamiento lo ponía más nervioso de lo que quería admitir. Minghao estaba acostumbrado a lidiar con clientes, a leer a la gente, pero Jun no era un cliente más. Jun era diferente, alguien con quien había sentido una conexión real, y eso lo asustaba un poco.

Mientras avanzaba por las calles iluminadas por las luces de los faroles, su mente se llenó de preguntas. ¿Y si después de tener sexo, Jun no quería verlo más? ¿Qué pasaría si esa noche fue solo una cosa del momento para él? Se sentía un tonto por haberse dejado llevar, por haber esperado más de lo que quizás Jun estaba dispuesto a ofrecer.

“Tal vez solo fue un error,” pensó Minghao, aunque la idea le dolía más de lo que esperaba. Pero no podía quitarse de la cabeza la posibilidad de que Jun también estuviera pensando en él en ese mismo momento.

let me hold you [Junhao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora