Era una de esas noches en las que el silencio se sentía demasiado fuerte, casi como si fuera capaz de llenar la habitación por completo. Wonwoo, recostado en su cama, se quedó mirando el techo, los pensamientos desbordándose en su mente. Se suponía que este era el momento en que todo estaría más claro, ahora que había decidido terminar con Junhui, pero en lugar de sentir alivio, lo único que quedaba era un vacío inexplicable.Le era imposible no pensar en Junhui. Lo había estado evitando en las últimas semanas, pero ahora, cuando no había marcha atrás, la ausencia era más evidente que nunca. Se preguntaba cómo había llegado a la conclusión de que estaba aburrido de la relación. ¿Realmente lo había estado, o simplemente se había dejado llevar por el miedo a la rutina? Junhui era constante, siempre estaba allí para él, tal vez demasiado... Y de alguna forma, Wonwoo había comenzado a sentir que eso no era suficiente. Pero ahora, tumbado en esa cama vacía, se preguntaba si había tomado la peor decisión de su vida.
Recordaba los momentos felices que compartieron. Las risas después de alguna broma tonta que Jun contaba, su risa era contagiosa. Las pequeñas discusiones sobre cosas insignificantes, que a veces terminaban en un tenso silencio, pero que siempre resolvían abrazados, como si el contacto físico fuera la única solución a sus desacuerdos. Incluso en los malos momentos, Junhui siempre había estado allí, dispuesto a arreglar las cosas. ¿Por qué Wonwoo no podía hacer lo mismo ahora?
Había algo en la manera en que Junhui lo miraba que le hacía sentir que era lo más importante en su vida. Nunca lo había dicho abiertamente, pero Wonwoo lo sabía, lo sentía en cada beso, en cada caricia. Pero en algún momento, esa devoción había comenzado a ser una carga para él, o al menos eso pensaba en ese entonces. Ahora, en la soledad de su cuarto, se daba cuenta de que no había sido una carga. Había sido amor. Un amor que ahora lamentaba haber dejado ir.
Wonwoo cerró los ojos y se permitió recordar uno de los momentos más íntimos que compartieron. Se habían peleado esa tarde por una tontería, algo relacionado con los planes para el fin de semana. Junhui quería salir, distraerse, pero Wonwoo, como siempre, prefería quedarse en casa, perderse en algún libro o película. La discusión había sido breve, pero había dejado una tensión palpable en el aire. Sin embargo, esa noche, Junhui lo abrazó por la espalda en la cama, en un gesto de reconciliación, y antes de que pudiera resistirse, terminaron haciendo el amor. La conexión que sentían en esos momentos era incomparable, como si todas las diferencias y conflictos desaparecieran.
Era en esos momentos, cuando estaban piel con piel, que Wonwoo sentía la seguridad de que Junhui era la persona con la que quería estar. ¿Por qué había olvidado eso tan fácilmente?
Pero ahora todo había cambiado. Junhui no estaba más. No en su vida, no en su cama. Y ahora Junhui parecía haber encontrado a alguien más. Era algo que había intentado ignorar, pero ahora, enfrentado a su propia soledad, no podía dejar de pensar en ello. Se preguntaba cómo era esa persona. ¿Era alguien mejor que él? Tal vez alguien que valoraba a Junhui de la manera en que él debería haberlo hecho desde el principio. Ese pensamiento dolía más de lo que esperaba.
Junhui había seguido adelante, o al menos eso parecía. Y Wonwoo, aunque intentaba convencerse de que había sido lo correcto, comenzaba a sentir que, tal vez, había cometido un error. Pero ya no había marcha atrás. Junhui no estaba a su alcance, y Wonwoo estaba seguro de que Jun no miraría hacia atrás. El tiempo no retrocede, y las decisiones, una vez tomadas, no siempre tienen segundas oportunidades.
Con un suspiro pesado, se giró en la cama, su mente todavía llena de recuerdos y arrepentimientos. Le habría gustado saber si las cosas podrían haber sido diferentes, si tal vez había subestimado lo que compartían. Pero lo que más le dolía era pensar que, al final, quizás Junhui había encontrado a alguien que realmente lo hiciera feliz, alguien que no cometería los mismos errores que él.
Y mientras el silencio de la noche se hacía más profundo, se dio cuenta de algo: extrañaba a Junhui más de lo que estaba dispuesto a admitir, y eso no cambiaría, al menos no por ahora.
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Me duelee
