Maya
Mi primera y última confesión había sido cuando había hecho mi confirmación y comunión, osea hace nueve años atrás.
*Ahí te vamos lucifer*
Yekun abrió los ojos de par en par, tanto que pude ver el terror en ellos y también se volvió blanco como un fantasma cuando escucho la voz de mi hermano detrás de él.
Bueno, ya nos veríamos en el más allá para terminar lo que había prometido y dejado a medias está mañana en mi habitación.
Se giró lentamente para estar de frente a Freddy, yo le quite el gansito que seguía en su mano antes de que mi hermano lo viera y lo guarde en mi mochila, porque por muy enojado que estuviera era capaz de robarse el gansito que era un oferta de paz para mí.
Me paré junto a Yekun para no dejarlo solo solito en está batalla, aunque se lo mereciera. Mi hermano se cruzó de brazos, arqueo una ceja y nos miró a ambos de forma inquisitiva.
-¿Tengo que repetir la pregunta?- me miró.
Valió gente.
Me puse tan nerviosa que tartamudee.
-Hicimos…eh…¿Que hicimos?- mire de forma fugaz a Yekun, el muy tarado se estaba burlando de mí, mejor si lo hubiera dejado morir solo, mire a mi hermano que seguía esperando una explicación -. Hicimos…no hicimos nada Freddy, lo de siempre, pelearnos- me encogí de hombros tratando de aparentar indiferencia aunque me estuviera dando un ataque al corazón.
Me miró con los ojos entrecerrados sin creerme mucho.
-Mjm, ¿y por qué te estaba pidiendo perdón?
-Porque no quiero que vaya a su tornero enojada por cosas insignificantes- se encogió de hombros Yekun, por lo menos sonaba más tranquilo que yo.
-¿De cuando aca te llamas insignificante?- lo miró con incredulidad mi hermano.
-Yo no soy insignificante idiota, pero por lo que estábamos peleando si lo era.
-¿Y qué era?
¿Que no se cansaba de hacer tantas preguntas?.
Yekun me miró. Genial…¡Fantástico!...Se le habían acabado las ideas (aunque no había aportado mucho) y yo no podía pensar con tanta claridad para formar una mentira cuando mi hermano me estaba viendo de esa forma en la que me quería arrancar la cabeza.
-Eh…- me aclaré la garganta piensa, piensa, piensaaaaa -. Había un barisel tirado afuera de su cuarto.
Sentí la mirada de Yekun en mi perfil como si me estuviera preguntando si lo que acababa de decir era lo mejor que se me hubiera ocurrido, pero no lo voltee a ver porque yo le hubiera gritado: Entonces tu inventa una mentira más creíble, y eso hubiera estado pésimo delante de mi hermano.
Se hubiera armado la tercera guerra mundial hermanas.
Mi hermano me miró con los ojos entrecerrados, como si estuviera exagerando. ¡Genial ¿Ahora iba a estar del lado de Yekun o qué?!
-¿Y eso qué?
-¿Cómo que y eso qué?- lo miré con incredulidad moviendo mis manos a los lados -. ¿A ti te gustaría despertar y que afuera de tu cuarto hubiera calzoncillos que no son tuyos?- no me contestó, pero su cara de asco fue mi respuesta.
-Bueno- negó con la cabeza como si estuviera eliminado una imagen desagradable -, ustedes se pelean muy seguido, los dos son unos orgullosos y siempre quieren tener la razón, ¿de cuando acá se piden perdón?.
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Querer © #1
Novela JuvenilUna chica, once chicos y una casa. Doce adolescentes que eligieron a su familia cuando la suya les falló. Doce adolescentes viviendo en una sola casa, nada podría salir mal ¿O si?. Tomando en cuenta que doce son chicos, una chica, dos parejas de he...