Maya
Nos quedamos un tiempo así, sintiendo los temblores del otro mientras tratábamos de darnos consuelo sin emitir alguna palabra. Hasta que nos separamos pero pegó su frente contra la mía. A pesar de que sentía mis ojos pesados y aguados, sentí una paz inmensa al tener a mi hermano de vuelta a mi lado.
-¿Dulce...cómo es que fue a la clínica si solo te había ayudado en el callejón?.
Lo vi sonreír y se separó de mí limpiando su rostro con su playera, yo limpié mis mejillas con las mangas de la sudadera.
-Ella se quedó a mi lado en el hospital hasta que desperté y le pedí que le marcará a mis amigos, es una chica super linda y preciosa- me miró de reojo y soltó una carcajada cuando vio que arrugue mi gesto -. Me gustó, pero no quitaba el hecho de que, de alguna forma, estaba enamorado de Sora.
»Después de eso la encontré de nuevo en el callejón tres semanas después cuando, después de una pelea, salí a despejarme. Estaba ahí y sus ojitos azules me veían con una intensidad asombrosa, después descubrí que estaba ahí para encontrarme de nuevo, se hizo mi amiga y me ayudó a curar cada herida hasta que se convirtieron en cicatriz.
Tenía una cicatriz pequeña y diagonal en su labio inferior, otra más larga en el brazo derecho de forma horizontal, se bajó un poco la playera, otra cicatriz en su pectoral derecho, se levantó la playera y tenía otras dos cicatrices en su abdomen.
*Bueno, otra singularidad de los hermanos Torres*
-Te toca- lo mire sin entender -. Esa cicatriz en la ceja- acarició mi ceja derecha con su pulgar -, no la tenías la última vez que te ví.
Me puse nerviosa.
-No es cicatriz.
-¿Me vas a enseñar de cicatrices, a mí?- se burló.
-No fue nada- me encogí de hombros -. Me pegue con un tubo de metal en el trabajo- mentí, me miró con los ojos entrecerrados, no me creyó.
-Mhm- musitó -. Ahora explícame por qué ya no te quedas en las noches con mamá.
-No me gusta- esa si era la verdad absoluta -. No me gusta quedarme con ella o con papá.
-¿Y entonces dónde te quedas?
-Con Tita, con mis amigas o con...- ya la regué.
Me quedé callada cuando el nombre de mi novio iba a salir disparado por mis labios, pero por la forma en que me veía mi hermano sabía que no me iba a librar tan fácil.
-¿Con quién Maya?
-Con...mmm...con...¡No te enojes!- le señalé con mi dedo índice -. Con Alan- tenso su mandíbula.
-Con la cucaracha de tú novio.
-¡No es una cucaracha!
-¡Maya dónde me enteré que él es el culpable de esa cicatriz en tú ceja lo voy a...!.
-¡Freddy!- lo corte -. No fue él.
-Pues más le vale- susurro de mala gana.
Los dos miramos al frente de nuevo en silencio, o al menos el silencio duró hasta que sonó su celular.
-¿Qué pasa?- lo miré de reojo cuando escuché el sonido tenso de su voz. Frunció sus cejas con disgusto -. Vamos para allá- cortó la llamada y me miró, le sonreí enseñándole mis dientes.
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Querer © #1
Novela JuvenilUna chica, once chicos y una casa. Doce adolescentes que eligieron a su familia cuando la suya les falló. Doce adolescentes viviendo en una sola casa, nada podría salir mal ¿O si?. Tomando en cuenta que doce son chicos, una chica, dos parejas de he...