🥀| 16 Ruptura |🥀

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Maya

Seguía diciendo que la idea de mis amigas no había sido muy buena…¡En realidad había sido pésima!.

*¿Segura?*

Bueno, no taaaan mala. Yo no había tenido problema con presentarles a Ángel y Fernando, el problema era que ellas me querían emparejar a fuerzas con Luis y yo no podía reclamar nada porque una, les había dicho que me interesaba desde la vez que les conté que me tiro en el metro y dos, porque no les había contado nada de nada de todo lo que había pasado con Yekun.

Así que les tenía que contar a la voz de ya.

Después de la escuela habíamos ido a comer y por un helado, me ponía contenta que mis amigas si se llevarán bien con Fer y Ángel, de hecho parecía qué el que se gustarán era recíproco porque todo el tiempo que estuvimos juntos los cuatro estuvieron hablé y hablé y hablé, abarcando todo tipo de tema de conversación y lanzándose miraditas y ellos demasiado atentos con los caprichos de mis amigas.

¿Yo? Yo simplemente trate de no ser grosera con Luis, me caía bien, me hacía reír y era lindo, así que trate de dejarme llevar pero siempre poniendo un límite, tampoco quería que malinterpretara las cosas.

Me habían ido a dejar a mi trabajo en el auto de Luis, cuando me despedí de mis amigas me prometieron contarme todo y me hicieron jugarles contarles porque estaba tan extraña.

*Y yo pensando que no se me notaba*

El estrés del trabajo y que me regañaran porque en mi tiempo libre me puse a hacer tarea, me hizo olvidarme un rato de todo el tema del primer día de clases, de Luis, de Yekun, de que no iba a poder entrenar un mes porque estaba castigada y de que ese fin de semana Freddy y yo íbamos a visitar a mi papá.

Sace mi celular de la bolsa de la sudadera cuando me llegó un mensaje, un mensaje que me hizo sonreírle como tonta a la pantalla.

Yekun ♡ 10:05 PM
Ya llegué mi niña hermosa 💞

Maya 10:05 PM
Ya voy, dame un minuto 💙

Terminé de limpiar lo que me había tocado antes de cerrar y guarde mis cosas en mi mochila, me despedí de algunos amigos del trabajo y salí más emocionada de lo que debería.

Lo primero que hice al salir del centro fue buscarlo con la mirada con el corazón latiendo a toda prisa contra mi pecho y cuando lo encontré no pude evitar la sonrisa que me salía sola cuando estaba él.

Yo que había prometido alguna vez ahogar las mariposas de mi estómago si volvían, estaban de regreso, anunciando el remix.

Era una de las peores y mejores sensaciones de la vida; me gustaba el hormigueo que sentía en mi pecho, en mis piernas, en mis brazos y los nervios que aceleraban cada latido frenéticos de mi corazón, pero al mismo tiempo odiaba no poder tener un control, al menos no al inicio cuando más intensa sentía las emociones  y cuando más lo necesitaba para no salir herida.

Estaba estacionado enfrente del centro, recargado en la puerta del copiloto de su auto con los brazos cruzados en su pecho y las piernas cruzadas a la altura de sus tobillos.

Cuando me vio arqueo una ceja y sonrió de lado.

Empecé a caminar en su dirección, primero de forma lenta,  sintiendo cómo mis mejillas adquirían un color rojizo como los tomates y esa reacción no era gracias al frío, oh claro que no, porque incluso el frío de la noche que sentí en un primer momento al salir del centro se esfumó, siendo reemplazado por un calor abrazador que poco a poco se expandió por todo mi cuerpo cuando vi que me estaba viendo de pies a cabeza, mordisqueando su labio inferior.

Querer © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora