26.- GUN 🔥

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Un hermano, Off -susurré mientras me quitaba mi ropa-. Un hermano -De pie en medio de nuestra habitación, usando boxe, no podía ocultar mi alegría-. Tengo un hermano. Off salió del armario, usando nada más que sus calzoncillos grises oscuro. -Hermanos no son siempre buena cosa. Solté un bufido, a sabiendas que estaba hablando de la experiencia con su propio hermano. Se detuvo, mirando descaradamente a mi cuerpo casi desnudo. Estaba demasiado contento sobre el descubrimiento de mi hermano perdido para notarlo. -Hace una hora, estaba solo en el mundo. -Me tenías hace una hora -cortó Off, sonando un tanto contrariado. Dios, era dulce. Me estaba matando con la dulzura. No podía negarlo, aunque quisiera. Estaba tan enamorado de Off Jumpol. Caminé hacia él y agarré sus manos. -Lo sé, cariño. Y me encanta eso. Pero... -Me encogí de hombros-. Esta es familia. Tengo familia.
-Estoy emocionado. ¿Podemos ir y ver a Laredo juntos, por favor? -Necesitaba que Off supiera que mis planes lo incluían-. No iré si no vienes conmigo. -Apreté su mano-. Eres importante para mí, Off. Quiero compartir esto contigo. Solo contigo. - Me di cuenta que no estaba seguro de cómo reaccionar con esta noticia. Le dije:

Exhaló a través de su nariz. -Por supuesto que iré contigo. -Llevó mi mano hasta su boca y presionó un suave beso susurrado en mis nudillos. Sonreí. -Así que, estamos saliendo, ¿verdad?
Asintió. -Sí, creo que sí. -¿Y puedo decir que eres mi novio? -Una sonrisa tonta se extendió a través de mi rostro. Su ceja se levantó, pero sus ojos sonrieron. -Difícilmente soy un niño. Oh, cariño, si lo sabré yo. -¿Y ya no tengo que llevar mi pijama a la cama? -pregunté inocentemente. Se quedó inmóvil, fingiendo desinterés. -No, si no quieres. Suspiré con alivio. -Gracias a Dios. Me acerqué a la cómoda, saqué una camiseta blanca, la deslicé por mi cabeza, tirando de él a través de la manga. ¿Lo bien que se siente no llevar pijama?
-Ugh. Libertad. Off cerró con llave la puerta de la habitación y nos metimos en la cama, dejando la lámpara de mi lado de la cama encendida. Me giré hacia él, apoyando la cabeza en mi mano. -¿Cómo está tu cabeza? Se sentó en la cama, su ancha espalda contra la cabecera. -Mejor. El masaje lo alivió un poco. Gracias.
-Mi madre solía hacerme eso cada vez que tenía dolor de cabeza. Siempre funcionó. Sonreí, moviéndome para arrodillarme en la cama, acomodándome cerca de él.
-Y ahora que estás mejor... -Levanté la pierna y maniobrando, me senté a horcajadas sobre sus muslos. Sus manos agarraron mis caderas con fuerza-. Me gustaría otra dosis de ese primer beso, si quieres -solicité, mis manos descansando sobre sus anchos hombros mientras bajé mi rostro hacia el suyo.

Besó mi sonrisa hasta que me desvanecí y todo lo que quedó era hambre cruda.
Gemí bajo en mi garganta cuando sus manos en mis caderas me convencieron para que me sentara sobre su gruesa erección. Su rastrojo raspó ligeramente mientras sus labios carnosos calmaban la quemadura con besos que sacudieron los cimientos de mi mundo. Inconscientemente, mis caderas comenzaron una danza por su cuenta, moliendo mi sexo cubierto por el boxers sobre su rígida longitud. Gimió en mi boca, y jadeé en la suya. No pasó mucho tiempo antes de que usara sus manos para guiarme en un ritmo lento que tenía hechas a mi boxer un nudo. Quería jugar. Susurré en su boca. -Quítate los calzoncillos. Las manos en mis caderas se detuvieron y se apartó para mirarme. -Espera. -¡No! Estaba sexualmente frustrado. ¡Necesitaba su polla dentro de mí, ahora! -No, estoy cansado de esperar. He querido esto por semanas. -Lo besé, empujando mi pecho en el suyo-. No voy a esperar más, Off. Ahora. Me devolvió el beso con todo lo que tenía, entonces beso ligeramente mis labios. -Lamento poner un obstáculo en tus planes, pero... -Su ceja se levantó-. ¿No tenias dolor hace unas semanas? -Oh. -Bueno eso malditamente apesta. Enterré mi rostro en el espacio en donde se reúne el hombro con el cuello y fingí un sollozo-. No. Pasó las manos por mi espalda con ternura. -Podemos esperar. Levanté mi rostro y le lancé una mirada de incredulidad. -¿Por una semana? ¿Toda una semana?
Me besó en la nariz. -Esperaría diez años si me lo pidieras, Gun. -Sus ojos se suavizaron-. Siento como que te he estado esperado toda mi vida. Una semana no es nada en comparación. Mierda. Iba a llorar. En serio. Mi garganta se espeso, susurré: -Mierda. Su expresión se tornó en pánico al ver mis pestañas húmedas.

"OFF"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora