Me paré junto a la puerta, mirando a mi hermano mientras hablaba con el hombre que temblaba en la silla junto al sólido escritorio de mármol.
No me tomó mucho tiempo darme cuenta que estaba furioso. Esa familiar mirada de aburrimiento me dijo todo lo que necesitaba saber. No alzó la voz.
Nunca alzaba la voz. Ese no era el estilo de Sasha.-¿Por cuánto tiempo hemos sido amigos, Paolo? -dijo lenta pero firmemente.
El hombre no respondió. No había razón para responder. Sasha no era amigo de nadie. Él simplemente toleraba a la gente.
Sasha me miró, sus duros ojos marrón claro.
-¿Por cuánto tiempo hemos sido amigos con Paolo, Off?
Mi mente es rápida para calcular. Respondí inmediatamente. -Tres años, dos meses y cuatro días.
En el momento que terminé, Sasha repitió:
-Tres años -se levantó desde donde estaba sentado-, dos meses -dio la vuelta al escritorio y se sentó frente al hombre bajo y rechoncho-, y cuatro días.
Luego frunció el ceño, bajando su voz a un susurro:
-Eso es mucho tiempo, Paolo. -Hizo una pausa removiendo sus gemelos y enrollando sus mangas-. Así que cuando escucho que mis amigos me dejan para trabajar con Laredo, me empiezo a preguntar si mi amigo era siquiera un amigo.Paolo palideció antes de enderezarse.
-¿Quién te dijo eso? -Trató de toser pero acabó siendo un jadeo-. Esas son tonterías, Sash. Te dije que me estaba tomando un tiempo libre. A mi Vera no le agradan todas las horas que estoy haciendo. Sigue diciendo que no paso en casa el tiempo suficiente. Que estoy perdiendo ver cómo crecen los niños y toda esa mierda. -Luego forzó una sonrisa-. Ya sabes lo que dicen. Esposa feliz, vida feliz.
Sasha cierra los ojos, pasando su mano decorada con gruesos anillos de plata por su cabello con un suspiro. Su mejilla se tensó.-No me gustan los mentirosos, Paolo. Lo sabes. Has visto lo que le pasa a los mentirosos. -Apretó sus ojos cerrados y giró su cuello de lado a lado-. ¿Por qué me estás mintiendo?
Entonces hizo algo estúpido. Mintió de nuevo.
-No estoy trabajando con Laredo. Lo juro por Dios. No lo hago.
Negué con mi cabeza. El hombre era un idiota. No le mientes a Sasha. No le mientes a ningún Jumpol.
Los ojos de Sasha se abrieron al segundo. Respiró profundamente antes de ir al punto.
-Tuviste una reunión esta mañana en El Beso de Afrodita.
Paolo palideció, pero Sasha continuó:
-Fue en realidad algo gracioso. Por la manera en que se veía el rostro de Sasha sabía que no había nada gracioso en aquella situación.
-Laredo le dijo a los chicos que yo necesitaba tratar mejor a mi personal, o sino ellos seguirían tu ejemplo. Dijo que recibiría a cualquiera con los brazos abiertos. A todos.
El hombre bajito resoplo con fuerza, volviéndose de un rojo brillante.
-B-bueno. ¡Está hablando pura mierda!
-Me avergonzaste -dijo Sasha con un calmado susurro.
Paolo se levantó cuando se dio cuenta que estaba terminado. Estaba acabado.
Había sido atrapado.
-Nunca quise esto, Sash. Me obligaste. No puedo seguir trabajando de esta manera. Eres jodidamente demandante -jadeó, antes de rogar por comprensión-.
¡Tuve un maldito ataque al corazón el mes pasado! Casi muero. ¡Este trabajo me está matando!Sasha asintió pensativamente. El gran silencio en la habitación se sentía tenso con los suaves sonidos de los jadeos de Paolo. Finalmente, Sasha se levantó y para la completa incredulidad del hombre bajito, extendió su mano.
-Buena suerte.
Paolo siendo de aquellos que no le mira los dientes a caballo regalado, sostuvo la mano extendida y la estrechó. -Lo siento, Sash. De verdad.Sasha estrecho su mano firmemente y la soltó.
-Yo también -agregó-. Te extrañaremos por aquí.
Caminó de regreso al otro lado del escritorio. -Tengo un par de cosas que terminar. Dirígete al bar y nos tomaremos un trago antes de que te vayas.
Estaba claro que Paolo no podía creer lo que escuchaba, o su suerte.
-No habrá ningún problema... Pero fue acallado con firmeza por Sasha.
-Insisto.
Entonces el idiota de Paolo sonrió. -Está bien. Estaré allí.
Se giró y se movió para marcharse pero yo me quede donde estaba, mirándolo.
El bajito miró hacia mí. Parecía asustado.
A las personas no les agradaba.
No los culpaba.
Nos quedamos ahí por otro minuto antes de que Sasha volviera a hablar, gentilmente esta vez.
-Deja que el hombre pase, Off.
Escuché a mi hermano, aunque no quería. No me agradaba Paolo.
Otro minuto y de nuevo:
-Muévete, Off.
Me hice a un lado y dejé al idiota pasar. Tan pronto como traspasó la puerta, la cerré detrás de él y dije lo que necesitaba ser dicho:
-Es una carga.
Sasha suspiró y se sentó. -Lo sé.
Tomó el teléfono y después de un breve momento, habló con el receptor de la llamada.
-Te necesito. -Sin decir más, cortó.
Esperamos en silencio y cuando se escuchó un golpe en la puerta, la abrí para dejar entrar a un hombre alto y delgado. Vestía vaqueros, zapatillas y un polo azul de manga corta. Usaba gafas y perecía sofisticado con su cabello rubio con gel peinado hacia atrás, pero nada podía ocultar las cicatrices de viruela de sus mejillas. -¿Qué pasa?Sasha asintió hacía la puerta y la cerré detrás de nosotros asegurándola. El hombre alto sonrió juguetonamente.
-¿Debería estar preocupado? Siento como si hubiera sido llamado a la oficina del director.
Sasha restregó su cara con sus manos y se detuvo para apretar el puente de su nariz. -¿Puedes inducir un ataque al corazón?
Se recostó contra la pared y suspiró dramáticamente. -Bueno, mierda. Estaba siendo un buen día.
Sasha lo miró.
-¿Es posible, Pox?
Pox sonrió.
-Sí, lo es. Puedo tardar un poco en conseguir la dosis correcta. Toma un poco de esto y un poco de aquello. La mayoría de la mierda es ilegal o está fuera del mercado. ¿Para cuándo lo necesitas?
-Quince minutos. Como máximo.
Pox se enderezó y farfulló:
-Estas complemente demente. -Sacudió la cabeza con seriedad-. De ninguna manera, no puedo hacerlo.
Alcé la voz. -Conozco a un tipo que trafica con farmacéuticos. El precio será alto pero puede conseguir lo que sea que necesites -agregue-. Ellos te lo envían.
Pox se giró hacia mí lentamente, parpadeó y luego volvió la mirada a Sasha. -Son un par de hijos de puta aterradores. -Su voz estaba repleta de admiración.
Le di el número y escuché mientras Pox maldecía sobre los absurdos precios por las cosas que necesitaba.
El repartidor llegó en diez minutos. La mezcla estuvo hecha, disuelta y puesta dentro de los seis cortos que Paolo bebió. Los hombres hablaron y rieron mientras Paolo comenzaba a toser. Sasha sonreía como un zorro antes de llamar a algunas de las chicas.
El club se volvió un caos desenfrenado cuando Paolo, en medio de un baile privado, sufrió de un ataque al corazón. Sasha le realizó RCP hasta que la ambulancia llegó. Los testigos le dijeron a la policía que Sasha había hecho todo lo posible para salvar a Paolo.
Desafortunadamente, no lo logro.
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"OFF"
RomanceHola está historia es una adaptación que me gusta mucho el libro es de una trilogía de libros pero está historia en particular es mi favorita..es una historia completamente diferente de las otras que he subido, espero que les llegue a gustar mucho �...