7.- GUN

56 10 0
                                    

Off, recién bañado y vestido con un traje gris de tres piezas sobre una camisa blanca impecable, me llevó por la puerta trasera de su casa, pasando por un camino hacia una casa aún más grande.
Caminamos en completo silencio, pero mientras nos acercábamos a la puerta, me ordenó en voz baja: —No hables.

Acomodando el enorme suéter de cachemira que me prestó, asentí, permitiéndole llevarme de la mano por un vestíbulo idéntico al suyo y a la derecha, hacia un enorme comedor. Había una bandeja con fruta en el centro de la mesa con un jarrón decorativo a cada lado. Había un hombre sentado a la mesa leyendo el periódico, un tobillo apoyado sobre su rodilla. También llevaba un traje, pero a diferencia de Off, tenía aspecto intimidante.
Lo reconocí de inmediato. A este hombre le había robado la billetera anoche. Era el hermano de Off.
—Sasha —dijo Off a modo de saludo mientras entrábamos en el cuarto. Intenté quitar mi mano de la suya, pero la sostuvo con firmeza. Tiré un par de veces más y finalmente, por compromiso, apoyó mi mano en su codo.
El hombre, Sasha, no levantó la vista del periódico. —Buenos días. Levantó su taza de café y bebió. Aún leyendo, su ceño se frunció. —¿Adónde desapareciste anoche? ¿Y dónde encontraste mi billetera? No me di cuenta de que la había perdido hasta que Anika me la devolvió.
—No la perdiste —respondió Off—. Gun la robó.
Y mi corazón se detuvo.

¿Qué mierda, Off?
Oh Dios. Estaba en problemas.
—¿Y quién mierda es Gun? —murmuró Sasha mientras levantaba el rostro. Al verme, me observó de arriba abajo antes de volverse hacia Off. —¿Hay algún motivo por el cual estemos discutiendo esto frente a… quien sea que sea el?
Off aclaró: —Este es Gun.
Mis palmas comenzaron a sudar. Casi me desmayé en ese instante, pero clavé mis uñas en el brazo de Off para estabilizarme.
—Ah. Ya veo. —Sasha volvió a beber su café antes de mirarme—. Siéntate. Por favor.
Su “por favor” no sonó como un pedido, sino como una orden, pero aun así, habló suavemente.
Mi estómago se sintió chistoso de repente. Miré a offy con ojos como platos y susurré: —¿Es una trampa?
Mirándome, palmeó la mano en su codo, sacó una silla y me ayudó a sentarme. —Relájate. Sólo estamos charlando.
Sasha dobló el periódico y lo apoyó en la mesa frente a él. —Entonces, Gun, ¿robar billeteras es un hábito tuyo?
—No —respondí suavemente por el dolor de mi garganta.
Entonces Off habló. —Tenías setecientos dólares en tu billetera. Sasha miró a su hermano. —Soy consciente de eso.
Off se estiró hacia la bandeja de fruta, tomó con cuidado un puñado de frutas, y se metió una en la boca. Masticando, gesticuló hacia mí. —Sólo tomó cien. —Se metió otra uva en la boca—. El resto lo dejó.
Sasha alzó las cejas de una forma similar a como había visto hacerlo a Off. Me miró con dureza. —No eres un buen ladron.
Off giró la cabeza para mirarme. —Eso es porque no es un ladron.

—Ya veo —murmuró Sasha mientras se rascaba la barbilla—. De acuerdo. ¿Y por qué está aquí?
Fruncí el ceño. No me gustaba que hablaran de mí como si no estuviera.
—Se quedará conmigo hasta que recupere su camino. Lo contraté. Es el nuevo chico del bar. Y con su historial, estoy seguro que podrá detener los problemas antes de que comiencen. Me asistirá a mí. Off miró a su hermano y dijo llanamente: —Gun no tiene hogar. Robó el dinero porque estaba hambriento.
—Ya veo. —Pero Sasha no parecía verlo. Además, me miraba como si fuera una cucaracha que deseara aplastar. Habló directamente con Off: —Tú serás el responsable si el la caga. Iré por tu trasero, hermanito.
Off me miró. —No la cagará. Tiene mucho que perder.
Quería protestar. Quería explicar que una persona sin nada no tenía nada que perder. Pero guardé silencio. Esta charla era sobre mí, no conmigo. Claramente.
Y entonces Sasha se dirigió a mí: —Creo que ya habrás adivinado que mi nombre es Sasha. Y aunque Off está a cargo de los pisos en Bleeding Hearts, soy el jefe. —Tomando un tenedor, me señaló con él—. Aquí no hay nada de esa mierda de “tres errores y te vas”, pequeño. Una cagada, y te vas. Sin segundas oportunidades.
No respondí, simplemente porque no quería decirle que se metiera el tenedor por el trasero. Pero ante el silencio prolongado, comprendí que era necesaria una respuesta. —Entiendo.
Sasha sonrió, y pude ver lo apuesto que era. —Me alegro. Bienvenido a bordo.
Él y Off eran parecidos, sólo que Off era más alto, y Sasha tenía más músculo.
Ambos tenían cabello oscuro, peinado elegantemente. Ambos tenían ojos del color del coñac. Ambos tenían labios carnosos, y ambos llevaban sus trajes muy bien.
Desde ese momento Sasha me ignoró. Aunque sí habló con Off. —Te necesito hoy. ¿Tienes un momento después del almuerzo?
Off comió otra uva y se me hizo agua la boca. —Sí. ¿Has pensado en la idea del curso de primeros auxilios que propuse?
No había comido fruta fresca hacía mucho. Quería sentir el jugo dulce para ver si era como lo recordaba.

"OFF"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora