Caelum se despertó temprano esa mañana, el recuerdo del beso con Elyra aún fresco en su mente. Mientras el sol se elevaba sobre Hallownest, llenando el cielo de tonos dorados y naranjas, su corazón latía con una mezcla de esperanza y determinación. Sabía que el tiempo se estaba agotando; debía encontrar el conjuro que protegería a Elyra de lo que estaba por venir.
Mientras se preparaba para el día, su mente se centró en la estrategia que había planeado. Era crucial acercarse a los Guerreros de la Mantis, no solo para aprender sobre su habilidad en combate, sino también para acceder a su vasto conocimiento antiguo. Quizás ellos tuvieran información sobre el conjuro que necesitaba, un poder que podría poner a Elyra de nuevo en un sueño eterno, lejos de cualquier peligro que su propia naturaleza podría traer.
—Si logro ganarme su confianza, podría obtener respuestas —se murmuró a sí mismo, sintiendo cómo la idea comenzaba a tomar forma en su mente.
Una vez vestido, Caelum se dirigió a la sala del trono, donde el Rey Pálido estaba ocupado con sus asuntos. Sabía que su padre podría ser un obstáculo, pero también un aliado si podía convencerlo de que se trataba de una misión de vital importancia.
Al llegar, encontró a su padre contemplando un mapa de Hallownest, sus dedos delicadamente marcando los territorios y las rutas de los reinos. El Rey levantó la vista al escuchar la puerta abrirse.
—Caelum, ¿qué te trae aquí tan temprano? —preguntó, con una expresión que mezclaba curiosidad y preocupación.
—Padre, he estado pensando en la posibilidad de acercarme a los Guerreros de la Mantis —comenzó, sintiendo que su voz sonaba más segura de lo que se sentía en su interior—. He escuchado que son expertos en combate, y creo que podría aprender mucho de ellos.
El Rey Pálido frunció el ceño, pensativo.
—La tribu de la Mantis es poderosa y respetada, pero son igualmente desconfiados. No será fácil ganarte su confianza, Caelum.
—Lo sé —asintió Caelum—. Pero también podría ser una oportunidad para reforzar nuestras alianzas. La tensión entre nuestro reino y el de las Mantis ha crecido desde la traición del Señor Desleal. Necesitamos un acercamiento, y creo que aprender de ellos podría ser un buen primer paso.
El Rey Pálido lo observó con atención, su mirada evaluando las intenciones de su hijo.
—Está bien, Caelum. Si consideras que este es el camino correcto, entonces hazlo. Pero ten en cuenta que debes actuar con prudencia.
—Además, mientras esté ausente, me gustaría que mi hermano menor, el caballerito, me reemplace como guardián de Elyra —dijo, sintiendo un pequeño golpe de celos al pensar en cualquier otro insecto protegiendo a Elyra—. Él será un buen sustituto.
El Rey lo miró, una mezcla de sorpresa y aprobación en su expresión.
—Entiendo. La lealtad entre hermanos es un valor importante. Muy bien, haré los arreglos necesarios.
Con el apoyo de su padre, Caelum salió del palacio y se dirigió rápidamente hacia donde estaba Elyra. Al llegar, la vio sonriendo mientras le extendía la mano.
—¡Caelum! —dijo alegremente—. ¡Tengo planes para nosotros hoy!
Sin embargo, Caelum se quedó inmóvil, sintiendo cómo una sombra de preocupación comenzaba a nublar su mente. Elyra se desconcertó ante su falta de respuesta.
—¿Qué pasa? —preguntó, mirándolo con inquietud.
—El Rey me dio una misión y debo irme —dijo, sin soltar su mano—. Pero en mi ausencia, alguien me reemplazará como tu guardián.
La tristeza se apoderó del rostro de Elyra, y Caelum sintió una punzada en su corazón al ver su expresión.
—No quiero que te vayas... —murmuró ella, su voz llena de preocupación.
Con ternura, Caelum usó su otra mano para acariciar su mejilla.
—Prometo que regresaré —dijo con firmeza—. Cuida de ti misma.
Elyra lo miró con intensidad, como si presintiera que había más de lo que decía.
—Regresa con vida —respondió, y su mirada se volvió seria.
Caelum asintió, sintiendo que la conexión entre ellos se fortalecía en ese momento. Luego, se acercó, dejando que su casco chocara suavemente contra la frente de ella, tratando de transmitirle todos sus pensamientos y sentimientos en ese gesto simple pero profundo.
Elyra sonrió, su expresión iluminada con calidez. Luego juntó el collar que Caelum llevaba en su cuello con el de ella, murmurando palabras en el lenguaje de la Luminaria del Alba, una promesa de amor que Caelum no comprendió del todo, pero que lo llenó de un profundo sentido de conexión.
—Te prometo que siempre estaré contigo —dijo ella, y aunque no entendía completamente las palabras, el significado caló hondo en su ser.
Mientras Caelum se alejaba, el peso de su misión se hacía más evidente. Necesitaba aprender de los Guerreros de la Mantis, no solo para convertirse en un mejor protector, sino también para garantizar la seguridad de Elyra. La distancia entre ellos se sentía dolorosa, pero también sabía que era necesaria.
Mientras atravesaba los caminos familiares, recordó la fuerza y el orgullo de la tribu de la Mantis, sus guerreros implacables y su feroz lealtad. Tenía la esperanza de que, al demostrar su deseo de aprender y crecer, podría ser aceptado entre ellos. Pero, más importante aún, al unirse a ellos, podría descubrir el conocimiento que cambiaría el destino de Elyra y Hallownest.
Así, con el corazón latiendo con fuerza y la resolución ardiendo en su pecho, Caelum se adentró en el territorio desconocido, decidido a encontrar su lugar en el mundo, no solo como un receptáculo, sino como un protector y, sobre todo, como un hermano.
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Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)
FanfictionEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la lectora. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados para...