La lluvia seguía cayendo con intensidad sobre la Ciudad de las Lágrimas, mientras Nox avanzaba entre las sombras y los ecos de un reino que una vez había conocido la grandeza. Sus pasos resonaban en los pasillos de piedra húmeda, y el constante golpeteo del agua parecía un acompañamiento melancólico para su viaje. A pesar del cansancio, el impulso que lo guiaba lo mantenía firme. No sabía qué buscaba, pero la sensación de que cada paso lo acercaba más a algo importante era innegable.
Mientras cruzaba uno de los muchos puentes de la ciudad, un sonido familiar lo alertó. Una figura ágil y rápida apareció a la distancia, moviéndose con elegancia por los arcos superiores. Era ella, la joven guerrera que lo había enfrentado antes en el Sendero Verde: Hornet.
Nox se detuvo, su aguijón en mano, listo para cualquier enfrentamiento. Hornet, sin embargo, no atacó de inmediato. En lugar de eso, saltó desde una de las columnas, aterrizando frente a él con la misma gracia letal que había demostrado en su último encuentro. Su aguijón largo descansaba en su mano, pero sus ojos brillaban con algo más que hostilidad: curiosidad.
—Nos volvemos a encontrar, pequeño fantasma —dijo, su voz firme pero cargada de un tono enigmático.
Nox no respondió de inmediato, observándola con cautela. No recordaba mucho de su último enfrentamiento, pero sabía que Hornet no era un enemigo común. Había algo en ella, una conexión con el reino y con él mismo que no podía entender.
Hornet dio un paso hacia adelante, su aguijón apuntando al suelo.
—Normalmente presto mucha atención —continuó—. Te he subestimado, pero ya he descubierto la verdad.
Nox frunció el ceño, sus dedos apretando el mango de su aguijón. La verdad. ¿Qué verdad podía saber ella que él no conociera? Su memoria era un vacío impenetrable, y cada palabra de Hornet parecía rozar los bordes de algo que estaba fuera de su alcance.
—Has visto más allá de los límites de este reino —dijo Hornet, sus ojos fijos en él—. Tuya es una resistencia nacida de dos vacíos.
Nox sintió un escalofrío. No entendía lo que Hornet quería decir, pero sus palabras tenían un peso que no podía ignorar. Había algo en su tono, una mezcla de advertencia y desafío, que lo obligaba a escuchar con atención.
—No me sorprende que hayas llegado al corazón de este mundo —continuó—. Al hacerlo, conocerás el sacrificio que lo mantiene en pie.
Sacrificio. Esa palabra resonó en la mente de Nox como un eco lejano. ¿Sacrificio? ¿Quién había hecho ese sacrificio? ¿Y por qué sentía que tenía una conexión con ello?
—Si, sabiendo eso, todavía quieres formar parte de la perpetuación de Hallownest —dijo Hornet, con una intensidad que lo hizo retroceder un paso—, busca la Tumba de Ceniza.
Nox dio un paso hacia adelante esta vez, su voz rompiendo finalmente el silencio.
—¿Qué estás diciendo? —preguntó, su tono mezclando confusión y frustración—. ¿Qué es la Tumba de Ceniza?
Hornet sonrió levemente, pero no era una sonrisa de burla, sino de reconocimiento.
—Aún no lo entiendes... pero lo harás —dijo. Luego inclinó ligeramente la cabeza, su mirada volviéndose más suave, aunque seguía cargada de misterio—. La respuesta que buscas no está aquí, pero tampoco está completamente fuera de tu alcance. Hay alguien que yace dormida... una luminaria del alba.
Nox parpadeó, sintiendo cómo esas palabras despertaban algo en su interior. Una imagen borrosa apareció en su mente: una figura radiante, envuelta en luz y sombras, descansando en un lugar lleno de ruinas.
—Elyra... —murmuró sin darse cuenta.
Hornet levantó la mirada al escuchar el nombre, como si confirmara algo que ya sospechaba.
—Así que lo recuerdas, aunque sea poco —dijo Hornet, dando un paso hacia atrás—. Ella es una parte de este sacrificio, y de lo que alguna vez fue este reino. Si realmente quieres entender quién eres y qué papel juegas, entonces encuentra la Tumba de Ceniza, Sin ella, nunca llegarás a la verdad.
Antes de que Nox pudiera hacer más preguntas, Hornet saltó hacia una de las columnas cercanas. Sus movimientos eran fluidos y rápidos, y en cuestión de segundos, desapareció entre las sombras.
Nox se quedó inmóvil, procesando lo que acababa de escuchar. La Tumba de Ceniza. Una marca. Y ese nombre... Elyra. Aunque no recordaba quién era, sabía que debía encontrarla. Algo en su interior le decía que ella era importante, no solo para su misión, sino para él mismo.
Con renovada determinación, Nox ajustó su aguijón en su mano y avanzó por los pasillos de la ciudad. La lluvia seguía cayendo, como si el reino llorara por algo perdido hace mucho tiempo. Pero Nox sabía que su viaje apenas comenzaba, y las respuestas que buscaba estaban más cerca que nunca.
Mientras se dirigía hacia el centro de la ciudad, una idea se repetía en su mente, como un eco que no podía ignorar.
—Elyra... ¿quién eres realmente? —susurró, mientras las sombras de Hallownest lo envolvían una vez más.

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Hollow Knight - La Última Guardiana T1 y T2
FanfictionEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la protagonista. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados...