Nox avanzaba con paso firme, dejando atrás la quietud de Bocasucia y adentrándose en una nueva región de Hallownest.
Nox avanzaba con paso firme, dejando atrás la quietud de Bocasucia y adentrándose en una nueva región de Hallownest. El aire cambió: un dulzor espeso impregnaba la atmósfera, y la luz se filtraba con tonos dorados entre las paredes cubiertas de cera cristalizada. La Colmena. Un vasto laberinto de cámaras hexagonales, formadas con tal perfección que parecía obra de artesanos milenarios.
El zumbido constante de miles de alas era como un murmullo ancestral, reverberando a través de las estructuras de miel endurecida. Obreras de pequeño tamaño, de ojos oscuros y brillantes, suspendieron su incesante labor cuando notaron la presencia del extraño. No atacaron, pero tampoco se apartaron. Observaban. Juzgaban.
No pasó mucho tiempo antes de que una figura imponente apareciera en la distancia. Un rugido bajo resonó en la colmena mientras el Caballero Colmena emergía de las sombras, su cuerpo cubierto por una gruesa capa de cera y armado con una lanza de miel endurecida.
—Intruso... no deberías estar aquí —gruñó el Caballero, su voz profunda resonando en los túneles.
Sin más advertencias, el Caballero Colmena alzó su arma, y un enjambre de crías comenzó a surgir de su boca, volando hacia el techo. Cañón de abejas. Las pequeñas criaturas descendieron lentamente, buscando al receptáculo como un blanco fácil.
Nox se movió con precisión, utilizando hechizos para dispersar el enjambre mientras cargaba hacia el Caballero Colmena. La batalla comenzó en un intercambio brutal de golpes.
Estocada. El Caballero se lanzó con su lanza, recorriendo gran parte de la arena con un ataque imponente. Nox esquivó con agilidad, su aguijón brillando mientras contraatacaba con cortes rápidos.
—No escaparás, intruso —gruñó el Caballero, desapareciendo en una ráfaga de miel antes de reaparecer detrás de Nox. Teletransporte.
El receptáculo reaccionó justo a tiempo, saltando para evitar la embestida del Caballero Colmena. Sin embargo, el oponente no le dio tregua y comenzó a realizar un Salto, elevándose hacia el techo para ganar ventaja.
—Eres persistente... pero esto termina ahora —rugió el Caballero mientras levantaba su lanza y la clavaba en el suelo. Granada abeja. Tres esferas amarillas con púas emergieron y estallaron en un patrón octagonal, forzando a Nox a moverse rápidamente para esquivar los fragmentos.
La batalla alcanzó su clímax cuando, desde lo profundo de la colmena, una voz resonó con autoridad:
—¡Detente!
El Caballero Colmena se congeló, su lanza aún alzada, mientras una figura anciana apareció en la distancia. Era la Reina Vespara, cuya voz calmada pero firme llenó el espacio.
El sonido no era fuerte, pero su autoridad resultaba innegable. Vibró en cada hexágono, en cada fibra de cera que componía el lugar. El Caballero Colmena se detuvo de inmediato, arrodillándose, antes de desvanecerse en las sombras.
Respirando con fuerza, Nox volvió su mirada hacia la fuente de la voz. En el corazón de la colmena, en una cámara palaciega decorada con cera trenzada y filamentos de miel cristalizada, yacía Vespara, la Reina de la Colmena. Su cuerpo era majestuoso, pero desgastado por los siglos. Su melena, antes dorada, ahora se había vuelto pálida, y sus alas traslúcidas estaban plegadas a sus costados, frágiles. Se recostaba sobre una cama de cera adornada, elaborada por sus propias obreras, quienes la rodeaban en silencio reverente.
Nox se acercó, sintiendo el peso de esa presencia.
—¿Eres la reina de este lugar?
—Soy Vespara —respondió ella con voz serena, aunque marcada por la fragilidad—. Y tú, viajero, has perturbado la paz de mi Colmena.
—No busco conflicto. Sólo... un camino.
Vespara inclinó ligeramente la cabeza, observándolo con sus ojos grandes y ambarinos.
—Todo aquel que entra a la Colmena sin ser invitado es visto como una amenaza. Mi Caballero sólo cumplía con su deber. Un deber que ha cargado durante tanto tiempo que ya no conoce otra existencia.
Nox bajó la cabeza en señal de respeto.
—No pretendía ofender. Solo... continúo mi búsqueda.
Hubo un silencio, antes de que Vespara suspirara, como si su mirada pudiera atravesar no solo a Nox, sino el tiempo mismo.
—Tu presencia no es casual. Hallownest está cambiando... Puedo sentirlo. La corrupción que durante tanto tiempo nos mantuvo aislados se debilita. Dime, viajero. ¿Eres tú parte de esa tormenta?
Nox asintió con lentitud.
—He visto la podredumbre y la luz que la alimenta. Estoy aquí para ponerle fin.
Vespara entrecerró los ojos, meditativa. Luego, su tono cambió, volviéndose más personal.
—La última vez que sentí un cambio tan profundo... fue cuando la pequeña Hornet dejó la Colmena.
Nox levantó la vista, intrigado.
—¿Hornet? ¿La guerrera?
La Reina asintió, y una sonrisa melancólica curvó sus labios.
—Mi pequeña guerrera... Aunque no es mi hija de sangre, la he amado como tal. Fue confiada a mí por Matrona, la amiga más leal que he conocido.
Vespara hizo una pausa, la emoción quebrando apenas su voz.
—Matrona... cuidó del parto de Herrah, la Reina de Nido Profundo. Matrona, con su corazón herido y sabiendo que no podría criarla sola, trajo a Hornet a mi Colmena. Era tan pequeña, tan frágil... Pero incluso entonces tenía fuego en su espíritu.
Nox sintió una punzada de respeto al escuchar aquello.
—¿Por qué la aceptaste?
Vespara cerró los ojos, como reviviendo el momento.
—Porque Matrona y Herrah eran mis amigas. No podría abandonar a la hija de una de ellas... Así que la acuné. Le enseñé sobre este mundo, sobre la caza y la supervivencia. Pero también sobre compasión, sobre la importancia de proteger no solo a los suyos, sino a todos los que sufren.
Su voz se quebró un instante.
—Pero el mundo la llamó. Hallownest la llamó. Y yo... la dejé partir.
Un largo silencio llenó la cámara. Nox, con un tono más suave, habló:
—Ella es fuerte. La he visto. Su espíritu es digno de ti.
Vespara sonrió, aunque con tristeza.
—Gracias, viajero. Ahora dime... ¿Qué buscas realmente en estas tierras?
Nox tomó aire.
—Redención.
Los ojos de la reina se suavizaron.
—Entonces, sigue adelante. La Colmena no se interpondrá más en tu camino. Pero recuerda: incluso los más fuertes no pueden cargar con todo el peso del mundo solos.
Las obreras se apartaron, creando un camino. El zumbido constante de la colmena seguía presente, pero ya no como advertencia... sino como bendición silenciosa.
Nox partió, llevando consigo no solo un nuevo respeto por la Colmena, sino una historia que pesaba tanto como su propio viaje.

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Hollow Knight - La Última Guardiana T1 y T2
FanfictionEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la protagonista. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados...