El sol se alzaba sobre las murallas de la Ciudad de Hallownest, iluminando sus calles y plazas que ahora rebosaban de vida. Desde la restauración del reino, la ciudad había comenzado a prosperar. Comerciantes y viajeros llegaban desde todos los rincones del mundo, trayendo consigo mercancías exóticas, relatos de tierras lejanas y un aire de esperanza renovada.
Las antiguas estructuras, antes consumidas por la decadencia, ahora brillaban con renovado esplendor. Las tiendas estaban llenas de actividad, los niños corrían por las calles y el bullicio de voces resonaba como una sinfonía de vida. Los olores de pan recién horneado, especias y hierbas curativas flotaban en el aire, mezclándose con el aroma a tierra húmeda y flores silvestres.
Elyra, la Reina de la Aurora, caminaba por las calles, envuelta en un manto sencillo que ocultaba su identidad. Prefería mezclarse con la gente, observar cómo la ciudad florecía, sentir el pulso de la vida cotidiana. Los habitantes la conocían como alguien cercana y accesible, una guía que escuchaba sus preocupaciones y compartía sus alegrías.
Mientras avanzaba por el mercado principal, su mirada se desvió hacia un rincón más apartado de la plaza. Allí, junto a un carromato oscuro y ornamentado con intrincados detalles carmesí y dorados, había una figura que no se parecía a ninguno de los comerciantes habituales.
Una presencia inusual había llegado a Hallownest.
La figura destacaba incluso en medio del bullicio. Alto, esbelto y envuelto en un manto rojo oscuro que caía como llamas en movimiento, el extraño parecía absorber la atención de todos los que pasaban cerca. Su máscara alargada y sus ojos brillantes como brasas daban la impresión de que observaba todo a su alrededor con un interés casi juguetón.
Elyra se acercó con cautela, curiosa por la extraña presencia. Los detalles del carromato le llamaron la atención: un emblema en forma de llama danzante adornaba la madera, y había símbolos desconocidos grabados en sus bordes.
El hombre, al notar su presencia, giró suavemente la cabeza y la observó. Sus ojos rojizos chispearon con algo que parecía una mezcla de intriga y reconocimiento.
—Ah... —murmuró con voz suave, como un susurro que acariciaba el aire—. La Reina de la Aurora.
Antes de que Elyra pudiera decir algo, el extraño hizo un elegante gesto, tomando los bordes de su manto y realizando una profunda reverencia. Su porte era refinado, casi teatral, como si cada uno de sus movimientos estuviera cuidadosamente ensayado.
—Permitidme que me presente, mi reina —dijo, levantando la cabeza con una sonrisa ligera—. Grimm, maestro de la Compañía del Grimm.
Elyra lo observó con atención. Había oído rumores sobre un circo ambulante que aparecía y desaparecía sin previo aviso, llevando consigo espectáculos que desafiaban la realidad y dejaban a las audiencias maravilladas... o perturbadas. La Compañía del Grimm no era desconocida, pero su naturaleza seguía envuelta en misterio.
—Maestro Grimm —respondió Elyra, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto—. Es un honor daros la bienvenida a Hallownest.
Grimm sonrió, mostrando una hilera de dientes blancos y afilados.
—El honor es mío, mi reina. Hallownest... Ah, cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que mi compañía visitó estas tierras. Y qué transformación tan fascinante han sufrido.
Elyra ladeó la cabeza con curiosidad.
—¿Habéis estado aquí antes?
Grimm asintió lentamente.
—Oh, sí. Mi compañía viaja por muchas tierras, pero siempre regresamos a los lugares donde las llamas del destino arden más intensamente. Hallownest ha sido, y sigue siendo, un nexo de fuerzas antiguas y poderosas. Mi deber es asegurarme de que esas llamas nunca se extingan por completo.

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Hollow Knight - La Última Guardiana T1 y T2
FanfictionEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la protagonista. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados...