Hollow Knight - La Última Guardiana T1 y T2

(T2)Capitulo 15

Con el camino despejado, Nox continuó hacia los Acantilados Aulladores.

La ceniza llenaba el aire en los Acantilados Aulladores, y los vientos constantes rugían como si quisieran empujar a los intrusos al vacío. En lo alto de un risco, Nox encontró una figura enorme: Bardoon, una vieja oruga que parecía haber escalado hasta allí para escapar de la corrupción del reino.

—Ohrm... Pequeñín. Escalas alto —dijo Bardoon con una voz grave y pausada mientras observaba a Nox con curiosidad—. ¿Buscas conocimientos sobre estas tierras?

Nox, con su voz neutral, respondió:

—Busco respuestas.

Bardoon asintió lentamente.

—Este lugar de ceniza es la tumba del Wyrm. Se dice que vino a morir. ¿Pero qué es la muerte para un ser tan antiguo? Pienso que más bien es una transformación. Este reino fallido es consecuencia de lo que brotó en ese incidente.

Nox se mantuvo en silencio por un momento, procesando las palabras del anciano.

—¿El Wyrm creó este reino? —preguntó, su tono desprovisto de emoción pero lleno de interés.

—Sí... y no —respondió Bardoon, girando su cabeza lentamente hacia el horizonte—. Esta ceniza es la muda, el cuerpo del Wyrm en descomposición. Sin fin. Hmm... Sereno. Triste. El mundo es más pequeño sin los de su especie.

Nox miró alrededor, dejando que las palabras de Bardoon llenaran el vacío.

—El Wyrm buscaba orden... un propósito. Pero su luz era una unión peligrosa. Ofrecía estabilidad, pero al precio de la individualidad.

Bardoon hizo una pausa antes de añadir:

—Al atractivo de la luz yo resisto. Unión puede que ofrezca, pero también una mente desprovista de pensamientos... Al instinto se reduce al insecto.

—La luz... no trae equilibrio —dijo Nox, más como una afirmación que como una pregunta.

—No para los que tienen mente. Para los simples, tal vez. Pero tú, Pequeñín... tú tienes un propósito más allá de la luz o el vacío. Ohrm... tal vez lo descubras algún día.

Nox asintió brevemente antes de despedirse

Mientras exploraba las profundidades de una cueva cercana, Nox se encontró con el Chamán Caracol, una figura encorvada rodeada de símbolos luminosos y emanando un aire de sabiduría extraña.

—¡Jo, jo! —rió el chamán al notar su presencia—. ¿Qué te trae aquí, pequeña sombra? ¿Te has perdido?

—No me pierdo —respondió Nox, su tono cortante y directo.

El chamán inclinó su cabeza, como si analizara las palabras de Nox.

—No necesitas nada de mí... pero aun así, aquí estás. Tal vez busques algo que ni siquiera comprendes todavía.

—Busco respuestas sobre este reino —dijo Nox, observando al chamán con la misma intensidad.

El chamán soltó otra carcajada.

—¡Jo, jo, jo! Las respuestas llegan con el tiempo, pequeña sombra. Y a veces... las preguntas son mejores que las respuestas.

Nox permaneció en silencio, procesando sus palabras.

—No necesito nada más de ti —añadió finalmente, dándose la vuelta para salir de la cueva.

El chamán sonrió mientras lo veía marcharse.

—Pero tal vez algún día... necesites algo que ni siquiera sabías que buscabas. ¡Jo, jo, jo!

Con cada paso, Nox sentía que las piezas del rompecabezas de Hallownest se iban uniendo, aunque las respuestas seguían siendo incompletas. Desde los susurros de Bardoon hasta las enigmáticas palabras del chamán, todo apuntaba a un reino construido sobre un frágil equilibrio entre luz, vacío y ambición desmedida.