Hollow Knight - La Última Guardiana T1 y T2

Capítulo 54: El espectáculo, Un Regalo

La plaza de Hallownest vibraba de emoción. La ciudad, que una vez fue solo un eco de su antigua gloria, ahora florecía con vida y color. Comerciantes de tierras lejanas llegaban para vender sus productos y artesanías, mientras los habitantes, viejos y nuevos, se preparaban para un evento especial.

Un rumor se había esparcido rápidamente: un misterioso circo ambulante, conocido como la Compañía del Grimm, había llegado. Nadie sabía exactamente de dónde venían ni cuáles eran sus verdaderas intenciones, pero una cosa estaba clara: sus espectáculos eran legendarios.

Caelum y Elyra observaban la multitud desde una esquina, ambos envueltos en sus capas blancas, símbolo de su posición como protectores del renacido Hallownest. Aunque los habitantes los llamaban "Rey" y "Reina", ellos preferían verse como guardianes del reino, un título que les pesaba menos y les parecía más apropiado para sus roles.

—Todo se siente tan diferente, y sin embargo... aún hay sombras que se aferran a este lugar —comentó Caelum, sin apartar la mirada del escenario.

Elyra lo observó en silencio. Desde el momento en que él despertó del Vacío, ella no se había separado de su lado. Sabía cuándo las palabras eran innecesarias y cuándo un simple gesto podía ofrecer consuelo. Tomó la mano de Caelum con suavidad, entrelazando sus dedos.

—No estás solo en esto, Caelum. Siempre lo recuerdas, ¿verdad? —susurró, su voz suave pero firme.

Caelum asintió, pero su mirada seguía fija en la multitud. De pronto, entre los espectadores, distinguió una figura familiar: una silueta alta y esbelta, con un porte felino y una presencia que exudaba fuerza y determinación. Hornet.

La tensión en sus hombros se intensificó al verla. La relación entre ellos era complicada. Hornet lo evitaba, y cada intento de acercamiento por parte de Caelum era recibido con distancia y frialdad. Ella era como un gato callejero: siempre alerta, siempre lista para huir si alguien se acercaba demasiado.

—No esperaba verla aquí —comentó Caelum en voz baja.

—Ella está aquí porque quiere verte —susurró Elyra, apretando suavemente la mano de Caelum—. Solo necesita tiempo.

Caelum apretó los dedos de Elyra en respuesta, sintiendo el consuelo que solo ella podía ofrecerle. Pero incluso con Elyra a su lado, la visión de Hornet lo llenaba de una mezcla de emociones difíciles de descifrar.

La música cambió, y las luces en la plaza comenzaron a apagarse una por una. La multitud guardó silencio. La oscuridad lo cubrió todo.

En un rincón apartado, Hornet observaba el escenario. Caelum no pudo evitar caminar hacia ella, dejando atrás la seguridad que ofrecía la presencia de Elyra. Elyra lo dejó ir, sabiendo que este momento debía enfrentarlo solo.

—Hornet —llamó suavemente cuando estuvo lo bastante cerca.

Hornet giró la cabeza, pero no se acercó. Mantenía una postura tensa, como un animal salvaje listo para huir.

—¿Por qué te empeñas tanto en esto? —preguntó Hornet, sin mirarlo directamente—. No puedes deshacer el pasado, Caelum.

Caelum bajó la mirada por un momento, reflexionando sobre sus palabras. Luego, levantó la vista, con una expresión serena pero determinada.

—No intento deshacerlo —respondió—. Solo quiero... conocerte.

Hornet no respondió de inmediato. En su mirada había una tormenta de emociones: dolor, desconfianza, pero también una chispa de curiosidad que aún no se había extinguido.

—No sé si quiero que me conozcas —dijo finalmente, su voz más suave pero no menos firme.

—No tienes que decidirlo ahora —respondió Caelum—. Pero estaré aquí, cuando estés lista.