Capítulo 41: El Llamado del Equilibrio

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El Templo del Huevo Negro se alzaba majestuoso y aterrador, envuelto en un silencio antinatural. Nox caminaba hacia su interior, guiado por un propósito que parecía volverse más pesado con cada paso. El eco de sus pisadas reverberaba en los oscuros corredores, mientras las palabras de Monomon y los susurros del destino colisionaban en su mente nuevamente.

—"Rompe el ciclo... y encuentra lo que buscas."

El aire parecía vibrar con una energía inquietante, y cada fibra de su ser le decía que algo lo esperaba más adelante, algo que cambiaría el curso de Hallownest para siempre.

En lo profundo del templo, Caelum, el Hollow Knight, permanecía encadenado en el centro de una cámara enorme. Las cadenas brillaban con una luz tenue, resonando con la energía de los tres sellos que lo habían contenido durante doce años.

Sus ojos, velados por la infección, eran un reflejo de su tormento interno. La figura de Radiance flotaba sobre él, una manifestación de luz deslumbrante que pulsaba con una presencia abrumadora.

—"Las cadenas se debilitan, y pronto serás mío por completo." —La voz de Radiance era como un trueno resonante, llenando cada rincón de la sala.

Pero incluso en su estado corrompido, Caelum murmuraba un nombre con cada aliento entrecortado:

—Elyra...

Un destello de memoria atravesó su mente, un momento de amor y paz antes de la caída. Recordaba el brillo de su sonrisa, la calidez de su voz, y cómo sus ojos parecían iluminar incluso los días más oscuros.

Radiance lo percibió y lanzó un rayo de luz cegadora hacia su conciencia.

—"¡Basta de eso! Tu mente y tu cuerpo son míos, vasija imperfecta. Elyra ya no es más que un eco perdido en el tiempo. Acepta tu destino."

Caelum luchó contra la tormenta de luz en su interior, aferrándose al único fragmento de humanidad que le quedaba: el amor que sentía por Elyra.

En las ruinas del Palacio Blanco, Elyra estaba inmersa en un torbellino de visiones. Sentía el dolor de Caelum como si fuera el suyo propio, y cada murmullo de su nombre hacía eco en su conexión.

—Caelum... no puedo alcanzarte...

La energía de la diosa de la dualidad, aún resonaba dentro de ella, una fuerza que la sostenía mientras procesaba las visiones. La figura de Nyxoria apareció de nuevo, su presencia envolvente llenando el espacio con un equilibrio perfecto entre luz y sombra.

—"El equilibrio no es solo poder, Mi niña. Es comprensión y sacrificio. Si deseas salvarlo, debes enfrentarte a lo que temes."

—¿Cómo puedo salvarlo si estoy atrapada aquí? —preguntó Elyra, su voz teñida de desesperación.

Nyxoria sonrió con serenidad.

—"Tú eres la última Luminaria del Alba. Tu despertar no es solo físico, es un llamado a la armonía que este reino ha olvidado. Tu conexión con Caelum es más fuerte de lo que imaginas. Confía en ello."

Elyra cerró los ojos.

—Caelum... por favor, resiste. Estoy contigo.

Cuando Nox llegó a la cámara central del templo, la escena ante él lo dejó momentáneamente inmóvil. Allí estaba Caelum, encadenado y envuelto en una aura de infección que pulsaba con un poder abrumador. Radiance flotaba sobre él, su forma deslumbrante contrastando con la oscuridad que llenaba el espacio.

—Has venido —dijo Radiance, su voz goteando desdén—. Eres otra pieza más en este tablero. Nada más que un sirviente del vacío, un eco del fracaso.

Nox no respondió. Su mirada se clavó en Caelum, quien levantó la cabeza con dificultad al sentir su presencia.

—Elyra... —murmuró Caelum, confundido, como si la conexión que tenía con ella se reflejara en la figura de Nox.

Elyra, escuchando todo a través del collar, se sobresaltó al escuchar su nombre.

—¡Caelum! —gritó, aunque sabía que no podía oírla.

Nox dio un paso adelante, ajustando su agarre en el aguijón. Sabía lo que debía hacer: liberar a Caelum de sus cadenas, pero la energía de Radiance lo envolvía como una barrera casi impenetrable.

—Rompe las cadenas si te atreves, receptáculo perfecto. Solo acelerarás tu propio fin —se burló Radiance.

Nox ignoró las palabras y levantó el Aguijón Onírico. Con un movimiento decidido, atacó la primera cadena, liberando una explosión de energía que lo empujó hacia atrás.

Caelum dejó escapar un rugido desgarrador, un sonido que resonó en todo Hallownest, mientras la primera cadena caía al suelo.

Dentro de su mente, Caelum sintió el impacto de la ruptura de la cadena. Su conexión con Radiance titubeó por un momento, permitiéndole un respiro. En ese instante, Elyra apareció en su visión, una manifestación de su amor y esperanza.

—Caelum, estoy aquí.

—Elyra... ¿eres real? —preguntó, su voz temblorosa.

—Siempre he estado contigo. Lucha, por favor.

Radiance irrumpió en la visión, su luz abrasadora separándolos.

—¡Basta de esta farsa! Tu voluntad es mía.

Pero la chispa en el corazón de Caelum se avivó, fortalecida por la presencia de Elyra.

De vuelta en el templo, Nox golpeó la segunda cadena, soportando otra ola de energía mientras el vínculo que retenía a Caelum se debilitaba aún más.

Radiance rugió, y su presencia en la sala se volvió más agresiva, lanzando ráfagas de luz hacia Nox, quien las esquivaba con dificultad.

—No permitiré que ensucies mi luz con el vacío —dijo Radiance, su voz como un trueno.

Nox, jadeando, levantó nuevamente su aguijón.

—No es vacío. Es equilibrio.

Con un último golpe, atacó la tercera cadena, rompiéndola y dejando que la prisión de Caelum comenzara a desmoronarse.

Hollow Knight - La Última Guardiana  T1 y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora