Capítulo 23: Ecos del Pasado

2 1 0
                                    

La figura luminosa de Elyra flotaba frente a Nox, su expresión cambiando entre la emoción y la nostalgia mientras lo observaba detenidamente. Por su parte, Nox mantenía una postura neutral, aunque su mirada vacía se fijaba en la mujer con un destello de curiosidad que no podía evitar.

El silencio se rompió cuando Nox dio un paso hacia ella, su voz sonando tan neutral como siempre.

—Eso mismo quiero preguntarte yo —dijo, colocando una mano sobre el collar que ahora descansaba alrededor de su cuello—. Tú eres la prueba viviente de lo que ocurrió hace doce años. Si sabes algo... necesito que me lo digas.

Elyra lo observó detenidamente, tratando de comprender lo que estaba viendo. La figura frente a ella era tan diferente, tan cambiada, pero había algo en su energía que le resultaba inconfundible.

—Doce años... —repitió en un susurro, mientras su mirada se volvía más suave.

Entonces, algo en su mente hizo clic, y sus ojos se iluminaron con emoción.

—Eres... el pequeño caballerito... Nox —dijo, su voz temblando mientras pronunciaba su nombre.

Nox parpadeó, confundido por la reacción de Elyra. Aunque no recordaba nada de su pasado, el nombre que ella mencionaba resonaba en su mente, como un eco de algo olvidado.

—¿Me conoces? —preguntó, con un tono ligeramente más curioso.

Elyra asintió, acercándose a él como si quisiera confirmar lo que ya sabía. Extendió una mano hacia su rostro, pero su condición etérea impidió que el gesto se completara. Su mano atravesó la mejilla de Nox como si no estuviera ahí, y Elyra dejó escapar un suspiro, mezcla de tristeza y alegría.

—No puedo creerlo... —dijo, mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro—. Has crecido tanto... ya no eres el niño pequeño que solía esconderse detrás de Caelum.

Al escuchar ese nombre, un leve escalofrío recorrió el cuerpo de Nox. Aunque no sabía quién era Caelum, esa palabra tenía un peso especial, como si estuviera conectada con algo crucial en su vida.

—No recuerdo nada de eso... —admitió Nox, observándola con cautela—. Todo lo que sé es que llevo doce años vagando sin un propósito claro. Todo lo que me queda es este nombre: Caelum.

Elyra pareció detenerse en el aire, sus pensamientos volviendo a aquellos días.

—Caelum... —repitió, su voz cargada de melancolía. Cerró los ojos por un momento antes de volver a mirar a Nox—. Él es tu hermano. Tu protector... mi caballero.

La revelación no tuvo el efecto que Elyra esperaba. Nox no reaccionó, su rostro permanecía tan impasible como siempre, aunque algo en su interior parecía agitarse.

—Hermano... —repitió, como si estuviera probando la palabra por primera vez.

Elyra lo rodeó flotando, inspeccionándolo de cerca. La última vez que había visto a Nox, era un niño pequeño, tímido y lleno de energía. Ahora, frente a ella, estaba un joven completamente diferente, alto, fuerte y distante. Aunque su apariencia había cambiado drásticamente, Elyra podía ver rastros del niño que había conocido en su mirada.

—Mírate... ¡eres todo un niño grande! —exclamó con una mezcla de orgullo y sorpresa, girando a su alrededor con movimientos gráciles—. Pero... sigues siendo tú. Lo sé.

Nox observó sus movimientos, aunque su rostro no mostraba emoción alguna. Sin embargo, había algo en su presencia que, de alguna manera, le resultaba reconfortante.

—No siento nada... —admitió Nox finalmente, sus palabras directas y carentes de tono—. Pero es... agradable saber que alguien me recuerda.

Elyra se detuvo, flotando frente a él mientras lo observaba con una mirada llena de ternura.

—No importa lo que sientas ahora —dijo, su tono suave pero firme—. Lo importante es que estoy aquí, y te contaré todo lo que necesites saber.

Nox asintió lentamente, sin apartar la mirada de Elyra. Aunque no podía comprender completamente lo que estaba sintiendo, sabía que este encuentro era importante.

Elyra, por su parte, no podía evitar sentir una mezcla de alegría y nostalgia. Recordaba cómo Nox, cuando era un niño, la llamaba "cuñada" en tono de broma, aunque con una sinceridad que siempre la había hecho sonreír. Ahora, verlo convertido en un guerrero silencioso y perdido despertaba en ella un deseo profundo de ayudarlo a encontrar su camino.

—Nox... —dijo finalmente, su voz cargada de emoción—. Prometo que te contaré todo lo que pueda. Pero primero, necesito saber algo... ¿por qué llevas ese collar?

Nox tocó el objeto alrededor de su cuello, bajando la mirada por un momento antes de responder.

—Brillaba. Y una voz en mi mente me dijo que me lo pusiera. No sé qué significa, pero me trajo aquí.

Elyra observó el collar con atención, reconociéndolo de inmediato. Su corazón se llenó de emoción al darse cuenta de que el vínculo que compartía con Caelum aún existía, incluso después de tantos años.

—Ese collar... está conectado a Caelum y a mí —dijo con suavidad—. Es un vínculo que nunca se rompió, incluso en la oscuridad. Tal vez... por eso estás aquí.

Nox asintió lentamente, absorbiendo sus palabras mientras el eco de ese nombre, Caelum, seguía resonando en su mente. Aunque no tenía recuerdos claros, algo en su interior le decía que este era solo el comienzo de algo mucho más grande.

Hollow Knight - La Última Guardiana  T1 y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora