El eco de los pasos de Nox resonaba por las desoladas calles de Hallownest. La bruma oscura que envolvía el reino parecía engullirlo todo, impregnando el aire con un peso que Nox no percibía. Cada paso que daba, el vacío de su mente persistía, sin respuestas ni memorias.
Mientras avanzaba, la arquitectura del reino cambiaba. Las enormes estructuras ennegrecidas por la corrupción quedaban atrás, y en su lugar, una pequeña ciudad asomaba en el horizonte. Los edificios, aunque humildes, seguían en pie, resistiendo el paso del tiempo y la infección que había consumido el resto del reino. El aire aquí era ligeramente más claro, pero la quietud era igual de inquietante.
Nox se detuvo frente a lo que parecía ser el borde de un pozo profundo. El borde estaba desgastado, como si cientos de viajeros lo hubieran cruzado antes que él. De pronto, una voz anciana, suave pero firme, rompió el silencio.
—Saludos, viajero —dijo una figura que emergía lentamente de la penumbra, sus movimientos pausados y cargados por los años—. Me temo que solo quedo yo para darte la bienvenida.
Nox giró para encontrarse con un insecto viejo y encorvado. Su apariencia era frágil, pero había una calma y sabiduría en su mirada que contradecía su debilidad física. El anciano era el último residente de Bocasucia, un lugar que alguna vez estuvo lleno de vida, pero ahora, como todo en Hallownest, había caído en el olvido.
—Nuestra ciudad ha quedado en silencio, como puedes ver —continuó el anciano, mirando con tristeza a su alrededor—. Los otros residentes han desaparecido. Bajaron por el pozo, uno por uno, a las cavernas inferiores.
Nox observó el pozo. Su profundidad era insondable, como si su oscuridad pudiera devorar todo lo que entrara en ella. Aunque no podía recordar del todo, algo en esa imagen le resultaba terriblemente familiar.
—¿Por qué bajaron? —preguntó, su voz apenas un susurro.
El anciano suspiró, una melancolía palpable en su aliento.
—Antaño hubo un gran reino bajo nuestra ciudad —dijo, señalando el pozo con una mano temblorosa—. Ese reino cayó en la ruina, pero aún atrae a gente a las profundidades. Riqueza, gloria, iluminación... la oscuridad parece prometer todo eso.
Nox sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. Algo profundo, enterrado en su subconsciente, le susurraba que debía bajar. Que el destino de Hallownest y el suyo propio se encontraba en las profundidades. Pero, a la vez, un miedo primitivo le decía que, si lo hacía, podría no regresar.
El anciano continuó hablando, su tono se tornó más sombrío.
—Seguro que tú también quieres buscar tus sueños ahí abajo, ¿no? —dijo, inclinándose levemente hacia Nox, como si ya conociera su respuesta.
Nox no respondió de inmediato. Sus recuerdos aún eran fragmentos dispersos, pero una cosa era clara: había venido aquí con un propósito. Aunque no podía definirlo, sabía que estaba destinado a encontrar algo en las profundidades.
—Tengo que bajar —dijo finalmente, con un tono de resolución que no había sentido en mucho tiempo.
El anciano asintió, pero sus ojos estaban llenos de advertencias no dichas.
—Bueno, pues ten cuidado, joven viajero. Un aire enfermizo llena ese lugar. Las criaturas se vuelven locas, y los viajeros... —el anciano hizo una pausa, como si las palabras fueran demasiado pesadas— pierden sus recuerdos.
Nox sintió un escalofrío recorrer su espalda. Había algo en esas palabras que resonaba con su propia experiencia. ¿Acaso ya había perdido sus recuerdos en las profundidades antes?
—¿Crees que hay algo más ahí abajo? —preguntó Nox, buscando respuestas que ni siquiera sabía que necesitaba.
El anciano lo observó con una mezcla de tristeza y sabiduría. Parecía haber visto muchos como él, llenos de esperanza, solo para perderse en el vacío.
—A lo mejor los sueños no son tan buenos después de todo... —respondió el anciano, su voz quedándose en el aire como una advertencia que Nox no podía ignorar.
Hubo un largo silencio entre ellos. Nox miró hacia el pozo, su mente luchando entre el deber y el miedo. Sabía que debía bajar. Su misión, aunque nublada por la amnesia, lo empujaba hacia ese lugar oscuro, hacia el destino que lo aguardaba bajo la superficie.
El anciano, viendo la determinación en los ojos de Nox, esbozó una pequeña sonrisa, una que no alcanzaba sus ojos.
—Si decides bajar, recuerda: no todo lo que brilla en la oscuridad trae iluminación. A veces, lo que encuentras en las sombras es lo que menos esperabas.
Nox asintió lentamente, sin decir una palabra más. Dio un paso hacia el borde del pozo, sintiendo el vacío bajo sus pies. La oscuridad lo llamaba, como una voz antigua que susurraba su nombre. Sin mirar atrás, Nox dio un último paso y desapareció en las profundidades, dejando atrás el último vestigio de luz en la superficie.
El anciano observó el pozo, sus ojos cansados siguiendo al joven receptáculo hasta que la oscuridad lo envolvió por completo. Luego, volvió a su lugar habitual, sentado en el borde de la ciudad, esperando al siguiente viajero que, como tantos antes, buscaría respuestas donde solo quedaba el vacío.
—Buena suerte, joven viajero —murmuró el anciano, antes de que el silencio de Bocasucia lo rodeara una vez más.

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Hollow Knight - La Última Guardiana T1 y T2
FanfictionEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la protagonista. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados...