Seis

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Me desperté con una sonrisa en el rostro, una sensación extraña recorriéndome el cuerpo. Mi piel aún ardía por lo que había pasado anoche, mis pensamientos se entrelazaban con los recuerdos de Kylie, su toque, su mirada. Había sido rudo, como siempre lo era, pero había algo diferente esta vez, algo que no había sentido antes. No podía explicar por qué, pero no quería que se acabara. No quería que ella se alejara de mí.

Me estiré en la cama, sintiendo un leve dolor en mis músculos, como una marca sutil de lo que habíamos compartido. La incomodidad física era insignificante comparada con lo que latía dentro de mí. Algo cálido, algo que no podía nombrar, pero que me hacía querer quedarme. Me hacía pensar que este lugar, este encierro, era mejor de lo que creía. ¿Para qué querría volver a mi vida anterior? Fuera de aquí, todo era gris, vacío. Aquí, con Kylie, todo parecía... tener sentido.

El viento afuera comenzó a golpear la ventana, el sonido me distrajo un segundo. Me levanté de la cama, aún con esa sensación de paz instalada en mi pecho. Me acerqué a la ventana, que temblaba bajo la presión del aire. No le di mucha importancia al principio, pero noté que algo era distinto. Mis dedos tocaron el marco y lo sentí moverse. Mi corazón dio un vuelco.

La ventana que había intentado abrir cuando llegué, que estaba completamente trancada, ahora cedía. Tiré con más fuerza, y finalmente la abrí. El aire frío me golpeó el rostro, la sensación de libertad estaba tan cerca que me estremecí. Solo un paso... y estaría fuera.

Pero no lo di.

Miré hacia afuera, al jardín que se extendía más allá de los muros. Podría correr, saltar la valla y escapar. Podría volver a mi vida, regresar a la universidad, a mi rutina. Pero... ¿por qué no lo hacía? Me quedé inmóvil frente a la ventana abierta, el viento soplando con más fuerza, como si tratara de empujarme a tomar una decisión.

Mis pensamientos volvían a Kylie. No podía dejarla. No después de lo que había pasado anoche, no después de sentir que, por primera vez en tanto tiempo, alguien me había hecho sentir especial, aunque fuera de una manera extraña y caótica. Había algo en ella que me atraía, algo que me hacía pensar que tal vez mi vida fuera de estas paredes no tenía nada que ofrecerme.

¿Qué haría allá afuera? ¿Volver a la soledad? ¿A esa vida en la que nadie me entendía? Aquí, al menos, Kylie estaba conmigo. Me controlaba, sí, pero también me daba algo que nunca había tenido. ¿Seguridad? No sabía lo que era, pero no quería perderlo.

Cerré la ventana lentamente, el corazón latiendo rápido. No quería regresar a mi vida anterior. Estaba preocupada por mi gato, claro, pero...Mi mejor amiga Morgan, siempre va a mi casa, inclusive tiene llave..Eso debería bastar, ¿no?

Sacudí la cabeza, tratando de quitarme esos pensamientos, pero una parte de mí no podía evitar aferrarse a esa sensación. No quería irme. No podía. Aquí, con Kylie, me sentía más viva de lo que nunca me había sentido allá afuera.

No sabía por qué, pero me quedé. Cerré la ventana, sin atreverme a mirar atrás.

 Cerré la ventana, sin atreverme a mirar atrás

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Estocolmo - Kylia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora