¿Cómo Se Siente El Amor? (AkaKyo/AkaRen)

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Cuando el reloj marca las 6:00 pm, la alarma del celular de Kyojuro suena y ambos comienzan a despertar de su siesta.

La noche ya ha caído, el cielo está nublado y la brisa nocturna está presente. La habitación está a oscuras, pero la luz de los faroles del exterior ilumina levemente.

Acostados sobre la cómoda camilla y sintiendo la agradable calidez de la cercanía de sus cuerpos, los dos desean seguir durmiendo, pero el sonido de la alarma se los hace imposible. Así que abren los ojos, obteniendo una vista distinta debido a la posición en la que están abrazados.

Akaza observa el cuello de su amado y su camisa blanca, mientras que Kyojuro ve el cielo nocturno a través de las ventanas y, si mira hacia abajo, alcanza a notar el cabello rosado de su amado.

Estaban tranquilos, pero no pueden evitar emocionarse y sentir sus latidos acelerarse. En serio les gusta estar así de cerca, pero la hora de la siesta ha terminado. Por eso se separan un poco y hacen contacto visual.

Pensaron en decir algo como "hola" o "¿dormiste bien?", más no pudieron. Porque al mirarse a los ojos, sus cuerpos se tensan, los nervios aparecen, sus rostros se sonrojan, y, como si se tratara de una comedia romántica adolescente, terminan alejándose de golpe, cayendo al suelo por los lados opuestos de la camilla.

"¿¡Qué acabo de hacer!?", piensan al mismo tiempo con mucha vergüenza, y de inmediato se levantan del suelo, logrando que, a pesar de la oscuridad de la habitación, puedan ver la pena reflejada en sus rostros sonrojados.

Les parece adorable de presenciar, pero al mismo tiempo...

- Pfff... ¡Jajaja, eso fue muy extraño! - Exclama Akaza.

- Sí, ¿Qué nos pasó? ¡Fue una caída penosa JAJAJA! - Responde Kyojuro.

- ¡Deberías ver tu cara jajaja, estás muy rojo! -

- ¡Lo mismo digo! -

A pesar del momento vergonzoso, ambos aprovechan naturalmente la oportunidad de reír.

Tras las risas, Kyo apaga la alarma del celular y pregunta con curiosidad - Dime, ¿Te sientes mejor ahora? -

Estirando su cuerpo y respirando profundo, Aka le contesta satisfecho - Recuperé mis energías gracias a ti, Kyojuro -

Una respuesta que alegra al mayor, pero antes de que pudiera decir más, ambos se siguen viendo a los ojos y vuelven a recordar la forma en la que estaban abrazados. Por eso sus mejillas se vuelven a enrojecer y de inmediato miran hacia otro lado.

- ¡Ya deberíamos irnos! - Dice el nerviosito rubio.

- S-si, la escuela es aterradora de noche - Responde el nerviosito pelirosado.

De esta forma, los dos toman sus mochilas y abandonan la institución, despidiéndose de paso del guardia del turno nocturno.

Después, se ponen de acuerdo en ir a comer a un restaurante cercano, disfrutando así de una buena cena. Aunque por momentos se ríen de sus mutuas ocurrencias, no pueden evitar sentir que hay algo de tensión.

Después de lo que pasó en la enfermería, no tienen ninguna duda de querer confesar estos sentimientos; simplemente no están seguros de cómo hacerlo.