El día comenzó como cualquier otro, pero algo en mí se sentía fuera de lugar. Después de la experiencia que Vicky y yo habíamos vivido en las duchas del pabellón, era imposible no estar alerta ante cada pequeño detalle. Mientras caminaba hacia el comedor para desayunar, vi a Anna junto con Martina corriendo delante de mí, probablemente intentando no llegar tarde. Al entrar, me senté en la mesa de siempre, con mis amigos: Mike, Emma, José, Vicky, Mar, Isaac, Mateo, Paul, Julia... pero no podía concentrarme en la conversación. Mi mente seguía atrapada en los recuerdos de lo que había visto la última vez que Vicky fue a llamar a Mara, la directora.No solo pensaba en la chica muerta, en sus labios azules y el rastro de sangre que aún me atormentaba, sino también en algo más que vi esa tarde. Mientras esperábamos que la directora llegara, me había asomado brevemente hacia un pasillo y vi a Elías, el profesor de filosofía, entrando apresuradamente a una habitación cerrada con llave. La puerta se quedó entreabierta, pero no parecía haber nada fuera de lo común. Aun así, la imagen seguía en mi mente, inquietándome.
Alzando la vista, me di cuenta de que Elías estaba en el comedor, sentado junto a otros profesores. Algo en su comportamiento me llamaba la atención. Lo observé fijamente y, en ese momento, lo vi mirando hacia nuestra mesa. O más específicamente, estaba mirando a Anna. Su mirada era intensa, incómoda, como si estuviera evaluándola de alguna manera. Luego, sin previo aviso, se levantó de su asiento y salió del comedor. Sentí un escalofrío recorrerme.
De inmediato, me levanté de mi asiento y me dirigí hacia Anna, quien estaba hablando con Martina en la otra mesa.
-Anna -la llamé, interrumpiendo su conversación. Ella me miró con una expresión de sorpresa.
-¿Qué pasa, Carol?
-Solo... ten cuidado, ¿vale? -dije en voz baja, lanzando una rápida mirada hacia la puerta por donde Elías acababa de salir-. No te separes mucho de los demás.
Anna me miró desconcertada.
-¿A qué te refieres?
-Solo confía en mí -dije, intentando no alarmarla demasiado-. Es mejor estar atenta.
Justo en ese momento, la campana sonó, indicando el final del desayuno y el inicio de las clases. No había tiempo para más explicaciones, pero esperaba que Anna entendiera la gravedad de lo que intentaba decirle.
Caminé apresuradamente para alcanzar a Vicky y Mike, quienes ya estaban saliendo del comedor. Al llegar a su lado, los tres nos dirigimos a clase. Durante las primeras horas, intenté concentrarme en las lecciones, pero mi mente no dejaba de divagar. ¿Qué estaba ocurriendo realmente con Elías? ¿Y qué relación podía tener con la chica muerta que habíamos encontrado en las duchas?
A mitad de la tercera hora, mientras intentaba prestar atención a la lección de historia, una voz se escuchó por el megafonillo del pasillo.
-Victoria Rodríguez Ortega y Carolina Celavetti Herrera, acudan al despacho de la directora.
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The Torres Boarding School
Novela JuvenilCarolina, una niña de 16 años que entra en un internado junto a su pequeña sobrina, la hija de su prima mayor, por varios temas fue que se tuvieron que ir a el internado Torres para estar mas seguros, pero al parecer no todo fue como creían, en el i...