Calentando con mi papá 2

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Continuación de calentando con mi papá.

No es realmente necesito leer el primero, aunque sea el inicio de esta historia.

Mi madre me abraza apenas llega y yo me pego a ella, sientiendo la culpa crecer dentro de mí y mis mejillas sonrojarse por lo que ha estado ocurriendo esas dos semanas.

Aprieto mis piernas, por la cuales todavía baja la leche de mi padre, que espera para abrazar a mi madre.

-Ay, como los extrañe.- mi madre toma mi rostro entre sus manos.- Estás como más radiante, no sé qué te estás haciendo, pero no lo dejes.- me sonrojo todavía más y veo como mi padre se acerca y le da un leve beso en los labios.

Espero los celos y el sentido territorial, pero no me da nada, solo culpa por lo que llevo haciendo.

Recuerdo como hace unas horas me tenía de piernas abiertas frente a él mientras estaba en una llamada con uno de sus socios, hablando sobre una fiesta muy entretenida, con sus dedos en lo más profundo de mi canal y con mis dientes mordiendo fuertemente mis labios para no soltar ningún gemido, proque todos sus amigos sabían que mi madre estaba de viaje.

Después de eso mi padre me follo sobre su escritorio tan deliciosamente que ni siquiera recuerdo cuántas veces me vine con él dentro de mí. Incluso en ese momento recibió una llamada de mí madre y aunque me pidió que me fuera, me puse de rodillas y se la chupe con ganas mientras él me tomaba del cabello con fuerza para que lo llevara más profundo en mi boca y así lo hice, comi de él y cuando mi madre le pregunto por mí, me levanté y él hizo como que me llamada, pero lo cierto es que me abrí de piernas sobre él y me lo tragué completo con mi canal, mirándolo a los ojos con mi boca abierta por la exitación y tomando el teléfono de su mano, con él moviéndose en círculo debajo de mí.

-Hola, mami ¿Cómo te va en el viaje? - la escucho mover algunas cosas y mi padre comienza a alzarme con sus caderas, haciendo que salte sobre él sin dejar de verlo y sin dejar de hablar con mi madre.

-Maravilloso, extrañandolos horrible. Ya estoy ansiosa por estar con ustedes.- sonrío y la excitación envía mi rostro hacia atrás cuando mi padre, su esposo, me empieza a chupar los senos sin dejar de follarme.

-Ya falta poco para vernos, mami. No te olvides de mí y tráeme algo.- suelto un suspiro por lo delicioso que se siente que mi padre me penetre, suave pero profundo, chocando sus piernas contra mi trasero con cada embestida.

-Siempre me acuerdo de ti. Espero que estés cuidando de tu padre - mis ojos se van hacia nuestra unión y quiero gritar por lo rico que se siente. Necesito que me dé más duro, que lo sienta presionarse salvaje contra mí.

-Claro que sí, soy una buena niña.- mi padre suspira y sonríe, pasando su lengua por mi pezón erecto que exige su atención.

-Claro que sí, mi amor. Pásame a tu padre.- me despido y le tiendo el teléfono a mi progenitor, sin dejar de tenerlo a adentro, solo que ahora yo soy la que salto con más fuerza sobre él y aprieto mi canal alrededor de su miembro duro y grueso que tanto me llena.

Él me toma de la cadera y habla un rato con mi madre hasta que termina la llamada, para seguir follandome, solo que está ves me coloca sobre su escritorio, con una pierna sobre su hombro y la otra de apoyo, y me da así, tan duro que muchas cosas caen al suelo, incluyendo varios papeles, que más tarde me hace recoger en cuatro con uno de mis vibradores dentro de mí.

En resumen, la mejor puta semana de la vida.

- Oye hija, estás callada hoy.- arqueo mis cejas y alejo el dulce que me dió hace unos minutos. Ellos estaban comiendo lo que les preparé, pero yo no tenía hambre.

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