Capítulo 16: "Recuerdos Borrosos"

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Narra Naomi

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Narra Naomi

Sentada en el borde de mi cama, dejé que mi mente divagara una vez más hacia lo que había ocurrido la noche anterior. Rindou borracho, perdido, y yo llevándolo a mi casa. Hasta ahí, todo estaba bien, algo que cualquiera haría por alguien conocido. Pero luego, el recuerdo de sus manos en mi cintura, y el calor que había sentido cuando me abrazó, comenzó a llenar mi cabeza. Sentí cómo el color subía a mis mejillas sin quererlo.

— ¡Argh! —me quejé, dándome un ligero golpe en la frente—. ¡Deja de pensar en eso, Naomi!

Era inútil. Cada vez que intentaba olvidarlo, los recuerdos volvían a aparecer. Sus toques, sus susurros... el tono desesperado con el que había dicho "no me dejes". Sacudí la cabeza tratando de apartar todo eso de mi mente. Rindou estaba borracho, no era él realmente. Yo no debería estar pensando en esas cosas. Pero, ¿por qué seguía afectándome tanto?

— Necesito despejarme —murmuré para mí misma.

De repente, recordé algo que Izumi me había mencionado hace tiempo. "Hay una heladería por aquí que sirve los mejores helados, deberías probarlos", me había dicho. Quizás un helado me ayudaría a sacar todas estas ideas raras de mi cabeza. Era mejor que estar en casa dándole vueltas a lo mismo.

Me levanté de la cama, decidida a salir. Me dirigí a mi habitación para cambiarme de ropa. Después de revolver un poco el armario, opté por un short cómodo y una polera celeste. Miré mi reflejo en el espejo por un segundo, peiné mi cabello rápidamente y asentí, satisfecha con lo casual que me veía.

— Perfecto, un helado será justo lo que necesito —dije con más ánimo.

Salí de mi casa, intentando concentrarme en la idea de un delicioso helado y no en los confusos recuerdos de la noche anterior. Hoy no iba a dejar que esos pensamientos me dominaran. Era hora de disfrutar de algo dulce.

 Era hora de disfrutar de algo dulce

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Narra Rindou

Al llegar a casa, apenas crucé la puerta,
una voz molesta me recibió.

— ¡¿Dónde rayos te perdiste anoche,
Rindou?! —me regañó Ran, cruzado de
brazos y con el ceño fruncido.

Apenas podía soportar el dolor de
cabeza que tenía. El eco de su voz
retumbaba en mi mente, y todo lo que
quería era silencio y un vaso de agua.

— No molestes... —le respondí con tono seco, mientras me dirigía hacia la
cocina, buscando desesperadamente
algo para hidratarme.

Detrás de mí, escuché cómo su tono cambió al escuchar mis palabras.

— ¿En serio? —preguntó Ran,
siguiéndome—. A ver, ¿dónde demonios estuviste?

Abrí la nevera, saqué una botella de
agua y tomé un largo trago antes de
responderle.

— Estuve en la casa de una chica —dije
sin darle mucha importancia, queriendo que la conversación terminara.

Ran levantó una ceja, claramente
intrigado.

— ¿En la casa de una chica, eh? ¿Qué
hiciste allí, hermanito?

Suspiré, mi dolor de cabeza empeoraba
cada vez que Ran hablaba.

— No recuerdo.. —respondí, aún tratando de despejar mi mente—. Solo sé que aparecí en la casa de esa chica del café.

Ran dejó escapar una risa sorprendida y me miró con esa expresión suya que ya conocía demasiado bien.

— ¿La chica del café? Vaya, Rindou, no
pierdes el tiempo —dijo con su típica
sonrisa pícara.

Fruncí el ceño, tomando otro trago de
agua.

— No pienses cosas que no son -le
advertí—. Solo pasé la noche ahí.
Aunque sonaba tranquilo, en el fondo
seguía preguntándome qué había
pasado exactamente.

Y entonces, recordé algo que Naomi me había dicho esa mañana antes de irme.

— Naomi mencionó que anoche casi me
propasé con ella —solté de repente, sin
pensar demasiado en las palabras.

Ran se rió, claramente disfrutando de la
situación.

— No puede ser verdad. Ni estando
borracho haría eso —me reí, pero en el
fondo sentí un ligero malestar.

Ran me observó, divertido.

— ¿Quién sabe, Rin? —dijo burlón—.
Además, esa chica es una belleza, no
me sorprendería que quisieras tocar su
cuerpo.

Me detuve un mnomento, frunciendo el
ceño. No quería que pensara eso de mi.
Pero justo cuando iba a responder, algo
golpeó mi mente. Recuerdos borrosos
comenzaron a volver. Recordé haberle
dicho a Naomi que no se fuera... el
abrazo... su piel contra mis manos.
Mi expresión cambió, y Ran lo notó.

— ¿Ves? Algo de eso recuerdas, ¿no? —
sonrió con picardía.

— No haría algo así... —dije, más para mí mismo que para él, pero las imágenes seguían llegando en destellos confusos.

¿Qué demonios había pasado en
realidad anoche?

— Como sea, hermanito —Ran se
encogió de hombros—. Sólo ten cuidado
la próxima vez. No querrás arrepentirte.

Solté un suspiro pesado, sintiéndome
incómodo. ¿Qué había sido real y qué
no? Tendría que aclararlo, pero ahora lo único que necesitaba era despejarme y hacer que ese dolor de cabeza infernal desapareciera.

 ¿Qué había sido real y quéno? Tendría que aclararlo, pero ahora lo único que necesitaba era despejarme y hacer que ese dolor de cabeza infernal desapareciera

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Nota de la autora

¡Hola chicas! Quería contarles que estaré actualizando los capítulos más seguido, así que prepárense para más contenido en menos tiempo. ¡Gracias por su apoyo constante y por seguir esta historia! Nos vemos muy pronto en el próximo capítulo.🐥

EPIFANÍA (Rindou Haitani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora