Capítulo 15: "Noche Complicada"

19 6 0
                                    

Narra Naomi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Naomi

A duras penas logré llevar a Rindou
hasta mi casa. El camino fue
complicado, pero de alguna forma
conseguí sostenerlo hasta llegar. Con
un último esfuerzo, lo recosté en el sofá
de mi sala, jadeando por el cansancio.

— Ay, Rindou, ¿qué te pasó? —murmuré, mirándolo mientras él seguía
completamente fuera de sí.

Rindou apenas se movía, su respiración
era pesada, y su rostro mostraba
claramente los efectos del alcohol.
Intenté despertarlo, sacudiéndolo
Suavemente por los hombros, pero fue
inútil. El alcohol lo tenía completamente inconsciente.

Suspiré, saqué el refresco que había
comprado, y lo abrí. Bebí un sorbo,
intentando relajarme un poco. Me
recosté en una de las sillas del comedor, observándolo.

— Será una noche complicada... —murmuré para mí misma.

Mis ojos se desviaron hacia él, y no
pude evitar pensar en lo que había
pasado hace unos minutos. "Emi", había
mencionado ese nombre, pero decidí no darle importancia. "No es asunto mío",me repetí, aunque una parte de mí no podía dejar de sentir curiosidad.

— Necesitas frazadas, al menos —dije,
levantándome para ir a buscar algunas a mi habitación.

Pero justo cuando estaba por dar un
paso, sentí su mano sujetar mi muñeca.
Me giré sorprendida, y lo vi abrir los ojos levemente, su mirada perdida por el alcohol.

— No te vayas —murmuró con una voz
ronca y entrecortada.

— Solo iré por unas frazadas —le
respondí, intentando sonar tranquila.

Antes de que pudiera reaccionar, Rindou me jaló hacia él con un movimiento rápido. Perdí el equilibrio y, de repente, me encontré sentada en sus piernas. Mi corazón comenZó a latir acelerado, y el rubor subió rápidamente a mis mejillas.

— ¡Rindou! —exclamé, intentando
levantarme de inmediato.

Pero él no me dejó. Sus brazos me
rodearon con fuerza, y en ese momento, sentí como su cabeza se apoyaba en mi hombro. Estaba confundida, no entendía por qué hacía eso, pero algo en su voz cuando habló me hizo quedarme quieta.

— No me dejes... —susurró con un tono
débil, casi suplicante.

Mi corazón se tensó al escuchar palabras. Parecía vulnerable. Dudé por
momento, pero finalmente levanté una mano y le acaricié suavemente la
cabeza, tratando de calmarlo.

— Está bien, no te dejaré... —dije en voz
baja, aunque mi mente estaba llena de
confusión.

Sin embargo, el momento cambió de
golpe cuando sentí su mano deslizarse
lentamente por mi cintura. Me puse
nerviosa de inmediato. Traté de separarme, pero su agarre era fuerte, y
su mano seguía bajando.

EPIFANÍA (Rindou Haitani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora